capítulo cinco

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Color escarlata
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Exprimió el trapo húmedo, el agua de un rojo amaranto claro predominando en las gotas que caían, Hyunjin se mordió el labio inferior, preocupado que la sangre de la nariz de Jeongin no dejaba de sangrar.

-¿Te lastismaste? -El rubio solo nego, quieto en el sofá, con las manos entre sus piernas cerradas -¿Cómo me explicas esto?

-Fue su culpa, amo -susurro breve. Con la cabeza gacha, y sus ojos fijos en las manos.

Hyunjin por décima vez le tuvo que alzar la cabeza para controlar los chorros de sangre.

-¿Yo? -Burlo enojado, haciendo un pequeño rollo al trapo con sus manos, para luego limpiarle de nuevo la sangre, tratando de que no se irrite más la piel.

Suspiró frustrado, tomando el papel higiénico que descansaba encima de la mesa de madera, sacando un poco de este y haciendo un cono, lo colocó delicadamente en su nariz, indicándole que lo mantenga quieto mientras el iba a buscar algo a su habitación. Hyunjin se levantó, masajeando su cuello, mientras subía las escaleras vagamente. Las ocho indicándole el reloj a mitad del pasillo en el segundo piso.

Vio a Kkami dormido encima de su cama, aún con el arnés azul, vaya, se había olvidado de ese detalle. Se acerco a el, con delicadeza y tranquilidad, le sacó el arnés, el cachorro ni inmutandose.

Abrió su armario, sacando una camisa de pijama, con la prenda en mano bajo rápido las escaleras, observando a Jeongin luchando con los hilos gruesos de sangre. Se apuro en auxiliarlo, tomando el trapo de al lado y secando todo lo que podía, Jeongin perdiendo un poco de color, pero ¿a dónde lo llevaría?, no tenía registro médico, ni acta de nacimiento y mucho menos era humano, ¿al menos tenía huella dactilar?

-Quieto -pronunció firme, desabrochando el arnés que envolvía la cintura de el rubio, la camisa blanca e impecable manchada de pequeñas gotas Escarlatas, junto a las mangas. Hyunjin como si de un bebé se tratara, cuidadosamente le desabrocho la camisa, su piel lechosa pareciendo tan irreal. Con el papel higiénico seco la sangre que se aproximaba, Jeongin aún a quieto y sumiso, dejándose hacer.

-Ponte la camisa. Iré a poner tu camisa a lavar. Cuidado con manchar mi pijama

El menor solo asintió, abrochandose rápido la camisa negra de seda, sus manos torpemente abrochando los botones, temiendo que la sangre llegue a la camisa de su querido amo.

Envolvió una gran cantidad de papel con sus manos, atrapando toda la sangre en él, el material absorbiendo el líquido Escarlato. Se mordió el labio fuerte, el ardor del papel contra su piel irritada molestando. Queria tanto llorar, sintió de nuevo el papel ya más delgado y húmedo, rápidamente sacando más cantidad y colocándoselo en la nariz. Tomo el papel en manos, sus pies yendo a donde el ruido se oía, Hyunjin cortando filete de pollo fue lo primero que observo, la estufa encendida, con el fuego de la hornilla encendida y una olla de sopa encima.

-Vamos a cenar ramen, ¿podrías poner la mesa? -El rubio asintió aunque el mayor no lo viera, tomo los platos de el estante, llevandolos a la mesa, sus ojos abriéndose al ver sangre en el plato, tomo el papel higiénico y lo volvió a cambiar, el ardor haciéndose presente de nuevo. Lavo el plato de cerámica y con el mantel del estante lo seco, sus bonitos ojos caramelos se desviaron a cierto rollo de papel absorbente de cocina.

Claramente ese iba a durar más.

Jeongin se felicito por ser un genio.

Sonrió animado, boto en el tacho el papel ya usado, tomo el absorbente y lo enrollo como Hyunjin le había enseñado.

The Jeongin DollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora