CAPÍTULO DOS

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La misma rutina de todos los días— o al menos desde que tiene conciencia desde que inició con su profesión— levantarse, darse un baño, desayunar y alistarse para ir al trabajo, su nuevo trabajo. Apenas habían pasado tres días desde que había estado compartiendo uso de su tiempo con Jungkook que a Taehyung verlo, tratarlo era lo que más le gustaba.

Taehyung entró al hospital recibiendo varios saludos y miradas de parte de algunas enfermeras y doctores. Disimuladamente su vista viajó por el lugar en busca de rastro de Namjoon, pero nada, no lo encontró y solo le quedó seguir con su camino.

Dejando sus cosas en su consultorio se encaminó hacia la puerta pero antes de abrirla giró sobre sus pies para verse en el espejo que tenía junto a su escritorio, lucia bien, lucía fresco, el cabello bien peinado que hacía resaltar aquella bata blanca, aunque Jungkook apenas lo miraba durante sus sesiones, Taehyung no quería dar mala impresión. Confirmando que todo estaba como quería regresó hacia la puerta y se dirigió hasta la sala de pacientes especiales.

Dio tres toques a la habitación para que Jungkook supiera de quien se tratara, pasado unos segundos entró encontrándose a Jungkook en la misma posición que el primer día que lo vio.

—Hola ¿cómo estás?—dijo suave con una sonrisa.

Jungkook siseo, llevando ambas manos hacia su rostro empezó a llorar mientras decía palabras confusas.

—Hoseok— habló bajo.

Taehyung a duras penas logró escuchar

—¿Quien?

—Él está aquí— miro a Taehyung con los ojos cristalizados, estaba asustado, taehyung percibió eso y sabía perfectamente a quién se refería el menor.

Aun así prefirió preguntar.—¿Quién?

—El hombre de la noche, está aquí, arriba.—Jungook señaló al techo.

Taehyung llevó su mirada hacia arriba pero debido a la oscuridad en la que estaba y el poco rastro de luz que se colaba por la ventana era casi imposible ver.

—No hay nadie Jungkook.

—Nunca dije que era en esta habitación— respondió y enseguida el rastro de llanto desaparecio para ser reemplazada por una sonrisa.

Y antes de tan siquiera Taehyung responder la alarma de emergencia se escuchó provocando a ambos un susto.

El reglamento de la clínica le prohibía ignorar el aparato mientras estuviera de servicio. Tenía que estar al pendiente para cualquier emergencia, ya fuera de otro médico o del personal sanitario, incluso durante las consultas.

Jungkook empezó a llorar por lo bajo debido a que el sonido no cesaba y cada vez se hacía menos tolerable para ambos.

—No te preocupes, no está aquí el hombre de la noche.— se apresuró a decir Taehyung mientras se dirigía a la puerta.

Paciente XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora