Marco
Me siento en la mesa, que ya estaba ocupada por mis hermanos y mis padres. Ellos al verme, comenzaron a interrogarme con la mirada.
Suspiré con desgana y me senté en la mesa, con despreocupación.
—Buongiorno.—dije en italiano, mientras me servia una taza de cafe negro.
—Buongiorno, ¿ya puedes explicarnos el porqué te llamo Sergey?—dijo mi hermano Mario en un tono demandante. A veces me dan ganas de pegarle un tiro en la cabeza—¿Que querría la mafia russa de nosotros?
En cambio mi otro hermano Nico, se conformó solo con comer el desayuno con tranquilidad y pasando totalmente de nosotros.
—Ayuda. Necesita que le ayude con un asunto—solté sin mas—Obviamente no sera gratis. No soy una ONG.
Mario frunció su ceño, sin entender nada.
—Marco, ¿puedes soltarlo ya?—insistió mi madre, uniendo sus cejas con preocupación.
—Eso mismo iba a decir yo—se unió mi hermano Nico en la conversación. Porque hace unos segundos, estaba desconectado de lo que pasaba.
Mi padre también dejó la taza de café encima de la mesa y se concentró en mí, insistiendo con la mirada que empezará a hablar.
—Es una larga historia, pero os la voy a resumir. Sergey quiere deshacerse de su hija mayor, la odia porque cuando la ve se acuerda de su hijo que falleció. Era el hermano gemelo, pero murió en el parto. Y básicamente quiere que la secuestre y que le haga creer que es por una venganza. Quiere deshacerse de ella, sin pestañear. Si, el hombre esta jodido de la puta cabeza, pero oye ¿quien somos nosotros para juzgar? Lo importante de esto, es que, en todos sus negocios y empresas tendremos la mitad de sus ganacias. Y eso, equivale a que seremos la mafia mas rica y poderosa de Estados unidos. Fin.
—¿Aceptaste?—me respondió mi padre, casi perdiendo la paciencia.
Al otro lado veo a Mario que se estaba atragantando con con un trozo de pastel y Nico observando a todos los miembros de la mesa, esperando a que se desate un caos.
—Si.
—Sin nuestro permiso. Me parece jodidamente, perfecto Marco—negó con su cabeza, con desaprobación.
Pegue un puñetazo a la mesa, con enfado. Y me levante de la silla, para marcharme. Estaba harto de escuchar esto.
—Soy el heredero y en poco tiempo, voy a ser el jefe de la mafia italiana, y sé como funcionan las cosas. Tu no vas a enseñarme lo que tengo que hacer. Al igual que tú, tengo el mismo derecho de actuar sobre esta familia. Así que vas a cerrar tu jodida boca y simplemente vas a observar desde lejos.
Mi padre levantó sus manos en modo de paz.
—Solo espero que esta chica no te cause problemas.
—No lo dudes. Además es fácil manejar a una simple chica.
Le respondí, seguro de mi mismo.
Sin esperar a que me dijeran algo mas, cogí las llaves de mi moto, y sali en busca de mi nuevo juguete.
Hice una búsqueda bastante profunda sobre Irina. Pude encontrarla con facilidad en las redes sociales, y allí pude ver algunas fotos sobre ella. Al verla, pude saber que no es mi tipo. Y tuve que aguantar mis demonios internos, para no ir a meterle una bala entre las cejas a Sergey.
Tiene el pelo teñido de rojo, lo más seguro es que su color natural era el castaño. Ojos tan negros como los míos, aunque no tienen esa oscuridad. Tienen ese brillo, que te dejaban hipnotizado por segundos. Y un cuerpo curvilíneo.
Lo vuelvo a repetir.
No. Es. Mi. Tipo.
Me gustan las chicas que no sean inocentes y ella es todo lo contrario. Ella quiere un príncipe azul que le dé un beso en la frente, y no a uno que le meta la polla hasta el fondo de su garganta, hasta hacerle llorar.
Pero me da igual lo que quiera, ahora será mía y haré que se ponga de rodillas cada vez que me plazca.
Ha tenido la mala suerte de caer en mis manos. Porque todo lo que toco se rompe y ella no va a ser la excepción.
Al llegar a mi destino. Aparco la moto y me dirijo al interior de la cafetería, que es donde se encontraba Irina en estos momentos.
No fue difícil hackearle el móvil, con eso pude saber cada paso que daba y hacia donde se dirigía.
Me siento en una mesa apartada, y comienzo a observarla. Estaba hablando animadamente con unas chicas, y de vez en cuando notaba que se ponía nerviosa. Lo más seguro es que se ha dado cuenta que tenia unos ojos clavados en ella.
Viéndola en persona, se ve algo diferente, pero eso no le cambia el hecho de que no es mi tipo. Y dudo mucho que pueda cambiar de opinión.
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Rota por las manos de Marco [#1] NUEVA VERSIÓN MEJORADA
Storie d'amoreIrina Ivanov, princesa de la mafia russa. Marco Bianchi, jefe de la mafia italiana. Ella no tiene una vida perfecta, a pesar de ser una princesa. Porque hay grandes secretos que esconden su familia. Lo que no sabe, es que Marco Bianchi, también esta...