Tropezando Con El Tiempo

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Ser el mejor detective del mundo es su razón de ser.
Su habilidad es la columna vertebral de su alma.
Si por un instante, ultradeduccion no tuviera nada que deducir...
Él se derrumbaría por completo.

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Ranpo se hallaba esperando impaciente dentro de la cafetería, el tiempo pasaba y el escritor aún no llegaba.
Su pie derecho golpeteando el suelo de parqué, la suela de su zapato imitaba el repiqueteo de la lluvia sobre los adoquines.
Mordisqueando la madera de su lápiz, sólo apartaba la vista de la puerta para dirigirla al reloj, para volver a alternar la vista a la puerta y repetir el procedimiento de manera nerviosa y frustrada una y otra vez.

Pasaba el tiempo y la preocupación se incrementaba en el ojiverde, que de repente abandonó el pobre lápiz y empezó a desanudar su lazo y volver a enlazarla alrededor de su camisa. Había olvidado su corbata fuera de su casa, por lo que reemplazó la prenda por una cinta café, como los que usaba el idealista de su compañero.

Mientras enredaba el lazo en sus dedos, el sonido de la campanilla sonó cuando la puerta del local se abrió de un golpe, haciendo que se levantarse de su silla en un sobresalto. Su cita había llegado.

- ¡Estás tarde! ¿Cómo puedes tenerme esperando aquí tanto tie-

Su reclamo fue intereumpido, puesto que el escritor simplemente rodeó su cuerpo con los brazos, escondiendo su rostro en el cuello del contrario, inundado en una desesperación evidente que preocupó al menor.

— L-lamento la ta-tardanza... Y-yo... Hubo un accidente en el camino. No un accidente. Un homicidio, quieren hacerlo pasar por suicidio pero la escena no cuadra. Creí q-que no llegaría a tiempo a bu-buscarte... Parece que alguien preparó la escena para ti.

- Un caso... Para mí? Parece que debes denunciar a alguien por copyright, Poekun~

La voz cantarina del menor resonó como un eco en los oídos del escritor, que no sabía si prestarle más atención a los brazos de Ranpo rodeando su cuello, a la expresión de éste o a lo bonitos que eran sus ojos esmeralda vistos de cerca. Naturalmente, nada de eso saldría de sus labios.

- N-no creo qu-que sea necesario. Mas, de todos modos, supongo conveniente que vayamos a ver la escena del crimen.

Y con estas palabras, mientras Ranpo recogía sus cosas, Poe pagó por un par de cafés para llevar y algunos dulces para Ranpo, en compensación por haber reemplazado su cita para merendar por una llegada tarde y un cadáver.

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Una multitud controlada por los oficiales de la policía rodeaba el escenario, impidiéndole a Ranpo ver el cuerpo hasta el último momento. Los uniformados reconocieron al instante al joven vestido de café, ya sea por haber trabajado personalmente con él anteriormente, o por las precisas y extravagantes descripciones que tenían sobre el detective.

Tras un breve saludo, lo hicieron pasar por debajo de la cinta de seguridad, sin embargo detuvieron a su acompañante que lo seguía.

- Él viene conmigo.
- No puede pasar sin una orden.
- Necesitan mi ayuda, no? Él viene conmigo o no colaboro con ustedes, Minoura.
- Podemos llamar a Akechi-san.
- Pero no lo harán. Ustedes los de la policía le tienen demacrada estima a la fachada moralista que defienden sin sentido como para llamar a un hombre que asesinará a su testigo clave o alguna de esas pantomimas. Además, Kogoro ni siquiera es tan buen detective. Él viene conmigo o se olvidan de resolver este caso.

Minoura tragó saliva, con una mirada recelosa en sus ojos hundidos, para luego levantar la cinta de seguridad y dejar que el americano llegara junto al ojiverde, sin antes intimidarlo un poco con su discurso de siempre, advirtiéndoles que si alteran la escena o se pierde evidencia sería culpa de esos detectives particulares sin métodos precisos y otro largo tramo de palabras que nadie escuchó ni siquiera un poco.

Pasando por completo de él, Poe apoyó su mano en el hombro de Ranpo, como si presintiera que algo andaba mal. El menor sólo volvió a verlo, regalándole una sonrisa mientras sacaba los lentes de su bolsillo.

- Todo estará bien, resolveré esto en un instante y luego podemos ir por un helado, o dónde quieras... Sólo espérame un poco, si?
- E-está bien, s-si tú l-lo dices...

Entonces Ranpo se colocó los lentes, arrodillándose junto al cadáver.

Raison d'être - Ranpo EdogawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora