Raison d'être - Ranpo Edogawa

Una Burbuja De Oxígeno

Él podía ver la verdad detrás de todo.
Sin importar cuan profundo deba nadar,
sin importar la sensación de ahogo,
sin importar la falta de aire,
siempre llegaba al fondo de todo,
a la base de la estructura del mundo mismo.

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Su mirada vacía miraba el cuerpo inerte vestido en un traje.
Tenía la mente en blanco.
O mejor, siendo más elocuente, habían tantos pensamientos rondando su mente, enmarañados y bajo una sombra, a tal punto que no podía saber con claridad qué estaba pensando.
Eso era lo peor.
Porque podía saber un millón de cosas con sólo mirar la escena.
Pero sentía que era inútil.
Como si alguien hubiera eliminado sólo lo que podría guiarlo a la resolución del caso...
En ese caso...
Una habilidad.
Sólo una habilidad podría hacer eso...

Entonces un estremecimiento le recorrió el cuerpo, y de un salto rompió la burbuja de la que era preso.
- ¡Edgar, necesitamos a Ango!
- ¿Descubriste algo? ¿Hay alguna pista?
- ¡No! ¡No hay ninguna! - La risa de Ranpo era tan estridente como nunca, a lo que Poe solo abrió más los ojos, invadido de una sorpresiva curiosidad.
- ¿Cómo? No creo que Ranpo pueda tan solo leer la mente de un cadáver para saber quién es el asesino... ¿O acaso así funciona Chousuiri...?
- ¡No, es algo mucho mejor que eso! ¡Definitivamente uno se vuelve más estúpido con un arma en las manos! ¡Este es un juego que sí que quiero ganar!

El pelinegro corrió hasta llegar junto a Poe, dando saltitos en su lugar, mientras le arrancaba de los brazos la bolsa de papel repleta de dulces en busca de algo que se le antojara. El escritor lo miraba con ternura, y cierto alivio también, pues temía que el contrario se hundiera en el hecho de no poder resolver un caso. Era lo peor que le podía pasar al detective, y se juró a sí mismo impedir a todo costo que eso sucediera.

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Un auto negro blindado estacionó a pocos metros del área restringida, a esa altura habían bloqueado la calle y la multitud que había en un inicio se había dispersado. Del vehículo bajó un hombre alto enfundado en un traje negro, que luego le abrió la puerta al joven de lentes y traje color sepia. El detective caminó en su dirección al verlo, mientras se burlaba de la rapidez con la que había llegado.

- ¿Para qué me llamaste? Tengo que terminar unos informes para mañana, más te vale que sea importante. - Alegó, haciendo que la atención de Ranpo se dirigiera a las pronunciadas ojeras púrpura bajo sus ojos rojizos por la falta de sueño.
- Necesito información sobre una persona. Es un usuario de habilidad, le permite anular, eliminar o tergiversar evidencia, probablemente trabaje para alguna organización criminal o sea parte de una, es más inteligente que la media pero no lo suficiente como para destacar, y bastante quisquilloso y detallista, no tolera que le señalen sus errores, el asesinato lo llevó a cabo él sólo, aunque inspirándose de factores externos.

El agente abrió los ojos, sorprendido por la precisión de aquella descripción, teniendo en cuenta que durante la llamada, el americano le rogaba porque ayudase a Ranpo, diciendo que el mundo entero dependía de que Ranpo no se deprimiera, que no sabía qué hacer y que no había ni una sola pista.

- ¿Cómo deduciste todo eso? Creí que no había pistas...
- Soy el mejor detective del mundo, no te olvides.

Y con una sonrisa altanera Ranpo volvió junto a Poe.

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