Tiempo de Ensueño

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Aún si el mundo se cae en pedazos, estaré contigo hasta el fin del mundo.

Aún si el tiempo se distorsiona, bailaré a tu ritmo este vals maldito.

Aún si tu alma está corrompida, el infierno parecerá un sueño infinito.


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Antes de abrir los ojos, pudo sentir la mano de Poe acariciando su cabello. El murmullo de un soliloquio era lo único que se oía alrededor.

—...I'd say I'm sorry, but I don't feel that way, I don't want to lie to you, honey. Oh, my love, I wish I could... Just, change your mind, change everything I've ever done, everything I am. But I can't change reality, not me, I can only create a dream where I could love you without fear... But, you'll deduce that, and I'm too shy to try that, too weird to be loved, too tired to think about it, and you're too sweet and beautiful and dumb and stupid to understand that, you fool... 

Ranpo no entendía las palabras del escritor, pero por alguna razón se sintió conmovido y enojado al mismo tiempo tiempo, sin importar si comprendía o no el idioma natal del contrario. La forma poética, melancólica, culposa y apasionada en que sonaban los pensamientos del mayor lo tenía embelesado, drogandose aún más en aquellos llamados sentimientos que había jurado no volver a probar.

Decidió abrir los ojos de una vez, como si eso fuera a hacer que sus problemas terminaran más rápido. Los orbes violáceos del escritor estaban fijos en su rostro, brillando con intensidad, quien llevaba el cabello recogido, hecho que lo sorprendió, y sus mejillas se enrojecieron repentinamente.

 — ¿P-poe-kun...?

— ¿Yeah? ¿Aren't you hurted?

— No sé inglés, idiota.

— ¿Wh- Ah! L-lo siento... ¿T-te de-desperté? ¿C-cómo estás?

— Tú cabello... Deberías recogerte el cabello más seguido, te queda bien... Te ves más bonito así...

— ¿¡Ra-ranpo!? Debes estar delirando aún, si, si, eso debe ser...! ¿¡Cierto!? - Chilló el escritor apartándose, rojo hasta las orejas.

— Tonto... Date más crédito - Ranpo soltó una risita mientras cerraba los ojos nuevamente.

El escritor siguió balbuceando un momento, pero luego recordó su plan de acción para cuando el detective despertase, recobrando la compostura.

— Oh, cierto. ¿Quieres té, galletas, comer algo en particular? Dormiste casi todo el día, supongo que debes tener hambre...

— Mhm, un té estaría bien... ¿Qué hora es? 

— No vas a salir a ningún sitio.

— Pero el caso... Estamos tan cerca, lo siento.

— Ranpo, tu salud es lo más importante...

— ¿¡Cómo están Fukuzawa y Yosano!? ¿Qué pasó con la Agencia? - Preguntó alterado, sentándose sobre la cama de golpe, haciendo que una punzada en la cabeza y un mareo le robaran un quejido.

— No responden mis llamadas, pero Chuuya me escribió diciendo que... ¿Dazai, creo que era su nombre? Bueno, le pidió ayuda. Parece que están bien, pero no pueden comunicarse telefónicamente por ahora para no delatar su ubicación. De todos modos, la mafia está a nuestra disposición para lo que necesitemos.

— Okey... Un momento. ¿Chuuya? ¿Cómo conoces a Chuuya?

— Oh, larga historia... — Poe soltó una carcajada, recordando algo. — No te preocupes, Petit Mafia está de nuestro lado.

— ¿¡Petit Mafia!? ¿Quien es Petit Mafia?

— Chuuya, claro. Es una especie de apodo... Aunque dijo que lo odia. No le creo. Estaba demasiado borracho para poder apreciar un apodo como ese. Si, eso debe ser.

Ranpo seguía desconcertado, pero decidió dejar el chisme para otro momento. 



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Después de tomar algo caliente, comer un poco y prometer, jurar y convencer a Poe que no iba a salir de la casa antes de que se hiciera de día, Ranpo se dispuso a leer la nota y continuar con el caso, con una gran pila de dulces a su lado.

"Donde nunca se ha estado pero siempre se soñó, debajo de todo para llegar a todo, esperan en silencio los fantasmas del pasado".

Como si de un viejo libro de detectives se tratase, estaban las palabras recortadas de diarios y revistas, sin dejar ni un trazo de la mano del criminal. Aunque eso no importaba. Sabían que era Mushitaro, no podía ser nadie más. 

Aún así, Ranpo supo en un instante dónde debían ir, por más que no supiese como llegar allí.

- Edgar, ven un momento...

El escritor se sorprendió que lo llamase por su nombre, puesto que no era algo que soliera hacer, pero le quitó importancia al ver la expresión concentrada y casi mecánica del detective. Quizá Ranpo sólo no estaba pensando en nada más que el caso, y abandonar las formalidades por un instante aligeraba su carga mental. Si, eso debía ser.

 - ¿Necesitas algo?

 - Busca en las noticias sobre una estación de tren que nunca se inauguró. Recuerdo haber escuchado a Fukuzawa hablando con Mori sobre eso alguna vez, pero no sé bien del tema, estaban hablando por teléfono.

 - Entiendo, cuando encuentre algo te aviso...

 - Gracias. - Ranpo se volvió a verlo, con una sonrisa sincera en sus labios.

Y en una cápsula aislados de todo, el tiempo transcurría sin que lo notasen.




Raison d'être - Ranpo EdogawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora