𝐂𝐚𝐟𝐞́ «𝐒𝐭𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞»

➦ 𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞 ☑

Lᴀ́ɢʀɪᴍᴀ: 𝐄𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐥𝐢𝐠𝐞𝐫𝐚 𝐯𝐚𝐫𝐢𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐟𝐞́ 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐞𝐜𝐡𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐨𝐫𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬. 𝐔𝐧𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐟𝐞́ 𝐲 𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐞𝐜𝐡𝐞.
𝐄𝐧 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐥𝐮𝐠𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐛𝐥𝐚 𝐇𝐢𝐬𝐩𝐚𝐧𝐚 𝐬𝐞 𝐥𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐨 “𝐋𝐞𝐜𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐧𝐜𝐡𝐚𝐝𝐚”.

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Una voz a lo lejos le pide que despierte, arrancandolo de un maravilloso sueño mañanero.

Esos ojos café se abren perezosos, siendo acariciados luego por las manos de su dueño.

Los párpados le pesan cuando se queda viendo fijamente el techo así que se levanta y camina sin camiseta al comedor de su Casa.

─ Buenos días, niño.─ La voz de su tío funciona lo suficiente para despertarlo del todo, pintando una sonrisa en su rostro aún algo atontado por el sueño en sus huesos.

─ Buenos días.─ Saluda dejando caer su peso en una silla, creando un leve crujido a la par de un pequeño golpe en su nuca del adulto.─ ª

─ Ya te hable de las sillas, Eddie. Ten cuidado, maldición.─ Asiente sin decir más y come el cereal que hay frente a él.

Wayne Munson suspira y una ligera sonrisa de aprecio a aquel revoltoso chico crece en sus labios.

─ Te deje unos dólares en la alacena.─ La forma en que el menor de los Munson se levanta y corre a la cocina mientras come su plato de cereal le parece cómico.

─ No me esperes despierto. Recuerda estudiar como mucho HORA Y MEDIA... Y cuídate, niño, en serio.

Eddie al encontrar el dinero sonríe y traga el bocado que tenía en la boca para responder.

─ ¡Que sí! Si, tío. Buen día en el trabajo...─ Lo último que ve de su tío es como se despide con la mano y cierra la puerta detrás de sí.

Suspira al estar solo, apoyando su cintura en la mesada de la cocina y batiendo levemente con la cuchara los cereales ya aguados.

─ Que sueño...─ Cierra sus ojos, hechando la cabeza hacia atrás y así tragar saliva, chasqueando su nuez de Adán.─ Fue muy... real.

Susurro con el pulso acelerado y las mejillas coloradas.

Deja el plato con algo de fuerza en la superficie de la mesada, pasando sus manos por su rostro.

Susurra algunas cosas a referencia de lo que pasó en su sueño, sintiendo un nudo florecer en su garganta y sus ojos humedecer.

─ Eddie “El Friki" Munson con Steve "Rey" Harrington...─ Muerde su labio inferior, reteniendo el llanto en su interior.─ Claro, sigue soñando, Munson...

Se reprocha a sí mismo, golpeándose la cien con la palma de su mano y yendo después a su habitación, cogiendo el bolso de cosas personales que llevaba para ya marcharse al trajo y dejar de pensar.

[ . . . ]

La pequeña campana que esta en la puerta anuncia a una persona llegar, entrando por esta Munson, concentrado en unos apuntes de la Secundaria.
Del curso de Verano, específicamente.

─ ¡Munson!.─ La melodiosa voz del chico que le gusta resuena en sus tímpanos, pintando al instante una sonrisa en su boca.

Eleva la mirada con un brillo especial, siendo apagado abruptamente ante la presencia de una chica; la cual Steve agarra de la cintura con un cariño casi palpable en el aire.

─ Hey, Harrington.─ Responde el saludo, pasando al lado de empleados, sonriente.─ ¿Quién es... la hermosa señorita que esta a su lado?.

Steve carcajea, acercando a la chica más a su cuerpo mientras alza una mano, presentandolos.

─ Eddie, ella es Nance o Nancy. Nance, él es Eddie “El Friki" Munson.─ Un leve codazo gana en sus costillas ante “El Friki” y le sonríe respetuosa al chico.

Eddie tiene un pequeño flashback de ese día en la mañana, llamándose a sí mismo de la misma forma pero con cierto repudio.

─ Nancy Wheeler.─ Estira la mano hacia el de rulos, recibiendo un fuerte estrechon.

─ Eddie Munson. Es un gusto, Wheeler.─ Al soltarla va a colocarse un mantel, teniendo especial cuidado con su largo cabello; tomando luego una libreta para acatar el pedido de los “dos tortolos”.

Se despidió del compañero que ya dejaba su turno y fue a la parte trasera a preparar la Lágrima para la dama y el frappé para el chico.

“Irónico que haya pedido una lágrima...” Piensa con algo de acidez en el cuerpo.

─ Todos suyos.─ Colocó las tazas depende el sabor que habían pedido delante suya, sonriendo falsamente.

Steve no pasó por alto esto, en cambio, Nance se deleito con la bebida, encantada.

─ ¡Oh, Dios! Eddie, eres muy bueno.─

─ Gracias, Wheeler.─ Respondió antes de continuar su trabajo, atendiendo a otros clientes que acababan de entrar y se replegaron por la tienda.

Cuando la chica se retiro al baño unos segundos, Munson se sentó en el lugar de la mencionada anterior y miro a Steve.

─ Es tu novia.─ No lo estaba preguntando. Creía. En realidad, quería preguntar pero las miradas que llevaban... Los toques.

Era obvio.

De solo recapitular las escenitas anteriores le daban ganas de llorar y encerrarse bajo una roca gigante hasta que todos desaparecieran.

Harrington se sonrojo, mordió su labio inferior y al final, lentamente asintio.

Eddie golpeo la mesa, llamando la atención de algunos y sobre saltando al contrario.

─ ¡Genial, viejo! ¡Nancy Wheeler!.─ Rió levemente al sentir la palma de Steve sobre su boca para intentar acallar su voz.

“El único contacto que podré tener contigo y mis labios...” Piensa con más ganas de llorar.
El dolor en su mano ante el golpe de frustración es lo de menos en ese momento.

─ Pero no lo grites, idiota.─ Susurra con pena, recibiendo una melancólica mirada del castaño oscuro que fue reemplazada con rapidez por una mirada de falsa burla.

─ Es... Genial, enserio.─ Dice en un tono más bajo, camuflado con falsas emociones.

Se separan; el castaño claro con un sonrojo en las mejillas y el de cabello ruludo con un nudo que incrementaba en la garganta.

─ Que bien.─ Susurra por última vez y se levanta, prosiguiendo con su trabajo.

Nancy llega al lado de Harrington a cortar sus pensamientos; los cuales eran respecto al extraño comportamiento del contrario.

─ ¿Nos vamos ya?.─ Pregunta la chica con una cálida sonrisa, distrayendo al ajeno.

─ Claro, nena.─ Saco el dinero de su bolsillo el cual era el costo de los cafés y salió de la tienda, susurrando seguros coqueteos a Nancy Wheeler.

Dejando el corazón roto de Eddie Munson al mismo tiempo, atrás.

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