Capítulo ocho

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Hace unos días Mehmed y Mihrimah están raros. Siento que me esconden algo. Tampoco he visto a Nurbahar, he estado más atenta de ella. Sé que es una criada de Mehmed y que debe estar siempre con él pero no ha pasado nada con ellos desde hace tiempo y eso me alegra. Significa que Mehmed está cumpliendo con su promesa. 

Hoy tengo una cena con la familia del sultán. Estoy muy contenta por esta invitación ya que significa que me consideran parte de la familia imperial. Ayse me estaba bañando. Estos últimos días habían estado tranquilos y alegres. Cuando volvemos a mis aposentos Ceren y Victoria me están esperando con tres opciones de vestidos. Elijo el de color verde y lo acompaño solo con joyas de color esmeralda. 

Hoy en la mañana Victoria me había dicho que deseaba convertirse en musulmana. 

- ¡Esas son muy buenas noticias Victoria! - le digo con una sonrisa mientras le agarro su dos manos. - Bien, trae uno de mis velos y póntelo en tu cabeza. Debes asegurarte que no se vea tu cabello. 

Ella sigue mis instrucciones y digo:

- Muy bien, ahora, repite después de mi el testimonio de fe - le digo con una sonrisa. - No hay otro dios que Allah.

- Testifico que no hay otro dios que Allah - repite y sigo el testimonio.

- Y testifico que Mahoma es su sirviente y mensajero - digo.

- Y testifico que Mahoma es su sirviente y mensajero - repite después de mi y sonríe tímidamente.

- Tú desde ahora será Beril , significa "preciosa joya verde" - veo que tiene una expresión expectante por saber el significado de su nombre. - Beril, tienes unos preciosos ojos de color verde, muy parecidos al color de la esmeralda, es por eso que pensé que sería un nombre adecuado para ti.

- Es un nombre muy bonito mi sultana, me gusta mucho - dijo con una sonrisa. 

Después de eso, pasé el día en los baños. Hace varios días que no me dedicaba a cuidar mi cuerpo y todas en el harem saben que eso es muy importante para mantener su belleza, solo salimos de los baños para poder almorzar y después volvimos al mismo lugar. No estuve muy conectada a la realidad ya que estuve encerrada en mis aposentos o en los baños. No me molestaba, mis aposentos tenía balcón y podía salir allí si quería aire fresco. Prefería estar sola a estar con tanta gente compartiendo. Mi batería social no duraba mucho pero para la cena de hoy tenía la suficiente para sobrevivir la noche. 

La noche había caído sobre Estambul y la hora de la cena se estaba acercando. Me reviso en el espejo de mis aposentos antes de salir acompañada solamente por Ayse en dirección a los aposentos de la sultana Hurrem. 

Al llegar la criada encargada de la puerta avisa mi llegada. La sultana deja que pase y entro a los aposentos haciendo una reverencia hacia todos los presentes. Siento un alivio cuando veo que todavía no llega su majestad el sultán.

- Príncipes, sultanas. Es un honor que me hayan invitado a esta cena familiar - le digo con una sonrisa.

- Pues claro que debes ser invitada a este tipo de celebraciones. Ahora eres parte de la familia sultana ya que te vas a casar con mi príncipe - dice con una sonrisa radiante que correspondo en agradecimiento a sus palabras. - Ven, siéntase libre de sentarse sultana.

Me acerco hacia donde ellos están sentados y me siento al lado de Mihrimah ya que supongo que el puesto entre Mehmed y la sultana Hurrem está destinado para su majestad. El príncipe Selim y Bayecid también se encuentran aquí. 

- Sultana, Bayecid me ha dicho que le prometió batirse a un duelo de espadas con él ¿es eso cierto? - pregunta el príncipe Selim.

- Lo que dijo el príncipe es cierto su alteza.

Sultana AdaletDonde viven las historias. Descúbrelo ahora