Esta semana se me pasó volando, todas las noches dormía con Lena, así que solo usábamos dos camas.
Descansamos mucho, comimos, nos bañamos, Lena seguía impresionada que una tienda de acampada pudiera tener agua corriente.
Me encontraba arreglando la fogata cuando oí unos caballos, miró al camino y vi cuatro caballos blancos y una carroza antigua, recé a Rao para que no fuera la de mi familia, pero no me escuchó ahí estaba el escudo familiar. Me sonrojó por lo ostentoso que era.
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Me acerqué al cochero, quería preguntarle porque no había venido con una carroza a motor.
—Lo siento alteza, pero esas carrozas están en mantenimiento, la semana próxima es el desfile real y tienen que estar en perfecto estado.
—Lo entiendo, pero esta carroza es una reliquia del reino, ¿Por qué la usas?
—Ordenes del rey. —entonces no podía objetar nada.
— ¿No se usará en el desfile real?
—Sí, pero solo se limpiara, ya que está en mejor estado que las modernas.
—Normal, a penas se usa esta. De acuerdo, me conformaré con esto.
Avisé a todos que recogieran que habían venido a buscarnos.
Salieron de las tiendas y se quedaron impresionadas al ver el carruaje, yo me sonrojé por vergüenza.
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