Ya se había hecho el anuncio y ahora todos en palacio estaban muy ocupados y ajetreados.
Faltaba poco para la boda y se quería hacer antes de que a Lena se le notara el embarazo.
Así que recibíamos todos los días diseñadores del reino para que Lena escogiera a un para que le diseñara el vestido. Además de que los cocineros estaban como locos haciendo distintas pruebas que para que ellas probaran cada plato especial para que eligieran un menú para el banquete de la boda, el banquete de la noche anterior.
Sam estaba con Lena y su madre para elegir el las invitaciones, por supuesto la gente que iba a asistir eran nobles del reino y Lena no conocía a nadie. La reina se reunió con ellas para preparar las invitaciones con la ayuda de la gente de protocolo.
Kara y yo estamos ocupadas, yo estaba con mi padre, desde que llegamos no me separaba de él, me estaba enseñando lo que era ser el asesor del rey y Kara se estaba entrenando para ser reino, no entiendo porque las prisas para eso.
Así que descanso poco e incluso en la ciudad lo está preparando todo para el día de la boda que se hará una gran fiesta en Kandor y en Argo, para celebrar la boda de su futura reina. Hacía mucho tiempo que no se celebraba una boda real, por eso el entusiasmo.
Kara PV
Hoy era el gran día, el día que todo el reino esperaba, mi boda. Estaba nerviosa por supuesto, ¿quién no lo estaría?
Está vez me fui a la habitación de mis padres por voluntad propia, para dejar que las doncellas vistieran a mi prometida y pronto esposa.
Cuando llegué a la habitación, no había nadie, entré y vi el perchero con mi ropa.
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Me metí en el baño y me duché, me puse la ropa interior y me sequé el pelo. Después me vestí, en ese momento sonó la puerta, dejé pasar el que esperaba fuera y vi a mi madre.
—Hija, estás preciosa.
—Madre, tú estás hermosísima.
—Gracias hija.
Mis padres se arreglaron mucho antes de que los demás se ocuparan de nosotras.
—¿Te maquillarás?
—¿Debo?
—Es tu boda.
—Mmm, de acuerdo, pero tonos naturales.
—Por supuesto. —sonrió y dio un aplauso, apareció un sequito de doncellas y se acercaron a mí, me dieron miedo, no sabía que iban hacer conmigo.
Mi madre se quedó para controlar que todo fue bien.
Me sentaron en una silla y empezaron a peinarme y a maquillarme.