-¡Pero si estáis vivos!-gritó Judith-Menos mal que traéis mucho...porque había más bien poco alcohol y hemos dejado dos vasos para vosotros.-
-Gracias chicos. Sentimos el retraso, quería hacer una foto y nos ha costado mucho conseguirla, pero al final la tengo y es preciosa, mañana os la enseño que tengo que ahorrar batería.-
Rafa y Marta se miraron y se sonrieron, y posteriormente Marta me miró a mí, se levantó y me hizo señas de que fuera a hablar con ella. Fuimos donde más luz había, a la entrada de la playa, que tenía un par de farolas encendidas.
-¿Qué quieres?-pregunté sonriente-
-Cariño, conozco esa cara, conozco bien esa sonrisa y conozco la cara de mentiroso de Eric, no habéis estado haciendo fotos...-
-¿Qué? Claro que sí, mira...-le enseñé la foto y rápidamente volví a bloquear el teléfono para evitar quedarme sin batería-
-Que bonita...pero dudo mucho que hayáis estado solo haciendo la foto...solo...-
Marta me empezaba a asustar, ¿Era normal en Eric que hiciera eso?
-No te voy a decir nada malo, solo te pido que tengas cuidado, ¿vale?-
-¿Cuidado con qué?-
-Con Eric. Puede parecer un chico muy dulce y tal, pero es un manipulador y cuando menos te lo esperes te utilizará, y antes de que te des cuenta estarás llorando y pasándolo mal porque te ha hecho daño, así que solamente te pido por favor que si notas cualquier cosa extraña o algo, me lo digas. Le conozco bien...muy bien, sé cómo actúa y las cosas que hace y demás, y si a mí me hizo daño después de mucho tiempo conociéndole, a ti que te conoce de hace apenas unas horas te destrozará.-
El discurso de Marta me dejó helada, ¿Realmente era tan malo?, ¿Qué le había hecho el pobre Eric para que Marta tuviera que advertirme de lo que podía hacerme? Le dije que lo recordaría pero que no se preocupara, que no habíamos llegado a hacer nada, que simplemente me había abrazado y me había acariciado un par de veces, nada más.
Volvimos con los demás y nos unimos a la conversación. Las horas pasaron muy deprisa y sin comerlo ni beberlo, nos plantamos en las 6 de la madrugada. La escena era bastante interesante: Rosa y Javier abrazados en la arena, María dormida tumbada en una toalla, Judith y Rocío dormidas al lado de la nevera donde estaban todas las botellas y Rafa, Marta, Eric y yo hablando tumbados en la orilla, lo justo para mojarnos los pies y evitar dormirnos. De pronto Eric, que estaba tumbado a mi derecha (a mi izquierda estaban Marta y Rafa) me puso la mano en el muslo. Yo me di cuenta, pero seguí en la conversación que tenía con Rafa y Marta. Marta dijo que quería dormir un poquito antes de que amaneciera porque estaba cansada, así que se giró y se abrazó a Rafa, dándome de ese modo la espalda. Rafa optó por dormir también así que nos quedamos despiertos Eric y yo.
Me giré a la derecha y me tumbé de lado, de manera que podía mirar cara a cara a Eric. Tenía una leve sonrisa en la cara, y fue verla y sonreír yo también. Me miré la pierna y, a pesar de haberme girado, Eric continuaba con su mano en mi muslo. Volví a subir la mirada hasta él y noté cómo su mano se movía lentamente buscando el interior de mi pierna derecha. Rápidamente con una mano le paré y le miré a los ojos. Él me sonrió y se giró hacia mí (antes estaba boca arriba con la cabeza inclinada para mirarme). Se acercó un poco y me miró a los ojos.
-¿Por qué paras la mano?-me preguntó susurrando con esa voz tan sexy que tenía-
-¿Por qué te dejas parar?-le respondí sonriendo y guiñándole un ojo-
Eric no había quitado la mano de mi muslo, simplemente se había detenido en cuanto mi mano se topó con la suya en un intento de impedir que avanzara. Sabía a por lo que iba y como me cogió desprevenida, fue un acto reflejo. Alargó su brazo izquierdo y me acercó a él todo lo posible, de manera que nuestras frentes se juntaron haciendo inevitable el contacto visual. Eric quitó la mano de mi muslo y la intentó pasar por debajo de mi cintura, como si me fuera a abrazar estando tumbados.
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Nacer, crecer, valorar, morir.
RomansaEsta es la historia de Lila, una joven madrileña cuya vida cambió el día que cumplió 18 años. Desde pequeña siempre decía que cuando fuera mayor de edad, se iría de casa aunque fuera a vivir sola. Esto no se debía a que en casa la trataran mal ni mu...