-Lila despierta que ya estamos en casa...-
¿Ya habíamos llegado? Sinceramente no recordaba nada desde que subí al coche para volver a casa, me había quedado totalmente dormida. Miré quién estaba en el coche y solo iban Rafa y Marta.
-¿Y Judith y Rocío?-pregunté estirándome-
-Se fueron con Eric y María a su casa, más que nada porque tú te quedaste dormida ocupando los 3 asientos de atrás, y no queríamos despertarte...-contestó Rafa-Anda bajad del coche que voy a aparcar, ahora me acerco a deciros adiós.-
Marta y yo bajamos del coche y entramos en casa. La verdad es que por muy bien que me lo hubiera pasado, tenía unas ganas de estar otra vez en casita increíbles. Agradecí la luminosidad del salón, porque así logré despertarme un poco más y no volverme a dormir. En seguida sonó la puerta.
-Chicas me voy a ir ya, que aún es temprano y puedo hacer cositas por casa y tal.-dijo Rafa desde la puerta después de que Marta la abriera-
-¿No te tomas un café ni nada?-preguntó Marta cogiéndole de la mano-
-Bueno...vale, pero uno solo eh...-
Marta le besó en la mejilla y se fue sonriendo a la cocina a preparar el café. Mientras Rafa se sentó conmigo en el sofá y empezamos a charlar sobre la fiesta de la noche anterior.
-¿Te lo pasaste bien ayer?-me preguntó-
-La verdad es que sí, pero la próxima quedamos todos en un sitio con más luz...no podía dar dos pasos seguidos sin chocarme con algo o alguien jajajaja.-
Mientras respondía recordé todo lo sucedido aquella noche. Realmente había sido una noche fantástica, difícil de superar.
-Lila, escúchame.-dijo Rafa en un tono algo más serio y hablando más bajo-Conozco a Marta desde que íbamos al colegio, pasamos toda la secundaria juntos y pude vivir de cerca cómo Eric le dio esperanzas y luego le partió el corazón. Lila no te conozco lo suficiente como para saber si puedes soportar que te haga daño o no, pero necesito que seas consciente de lo que puede pasar y de los riesgos que supone estar cerca de Eric.-
-¿Por qué todos decís lo mismo?, Marta me dijo anoche algo parecido, que le había hecho daño hace tiempo y tal, pero eso no significa que me lo haga a mí. Además, entre nosotros no hay nada serio, lo de anoche aún no puedo decir que fuera algo serio, porque apenas nos conocíamos. Si en algún momento llego a algo más íntimo o personal con él y veo que las cosas van mal, ya os lo diré, pero mientras tanto, ¿Podríais hacerme el enorme favor de dejarme vivir mi vida? Si en 3 días ya me dais órdenes, es como si siguiera en casa, y no voy a estar como si no me hubiera ido...-vi la cara de sorpresa de Rafa al escuchar mi respuesta y me calmé-Perdona Rafa, es que he dormido poco y anoche Marta me dejó algo asustada con el tema de Eric, y ahora me dices tú lo mismo y empiezo a preocuparme...-según le pedí disculpas se me escapó una pequeña lágrima, supongo que por el momento que era y porque me había dado cuenta de que mi reacción había sido exagerada-
-Eh...tranquila-me dijo tratando de calmarme mientras me daba un abrazo-No te lo diré más hasta que tú me pidas que te cuente algo, y lo mismo va a hacer Marta, ¿Vale?-
Asentí y me sequé las lágrimas con la manga de la chaqueta. Cuando aparté el brazo vi que había una línea negra bastante difuminada...¡el rímel! Me había extendido el rímel por la manga...y por lo tanto en la cara también. Le dije a Rafa que me subía a la ducha y que se fueran tomando el café sin mí.
Cogí un pantalón antiguo de chándal que tenía y una camiseta de Minnie Mouse de manga larga, la ropa interior y las zapatillas de estar en casa y me lo dejé todo en el baño. Al salir de la ducha me vestí y me peiné. No había sido muy buena idea llevar toda la ropa al cuarto de baño, se me había mojado el pantalón casi por completo y la camiseta en parte. Pero no le di mucha importancia puesto que no iba a salir de casa, así que una vez que terminé de asearme, recogí el baño y bajé a por mi café. Al ir a la cocina desde la escalera no se pasa por el salón, por lo que no fue hasta después de servirme el café cuando me encontré a Rafa y a Marta besándose en el sofá. Rafa se dio cuenta de que estaba abajo y se separó de Marta rápidamente.
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Nacer, crecer, valorar, morir.
RomansaEsta es la historia de Lila, una joven madrileña cuya vida cambió el día que cumplió 18 años. Desde pequeña siempre decía que cuando fuera mayor de edad, se iría de casa aunque fuera a vivir sola. Esto no se debía a que en casa la trataran mal ni mu...