Seré muy feliz, es una promesa.

1 0 0
                                    

Vaya, tan increiblemente lento avance y apenas hoy logré terminar esta obra, felicidad en mi ser mucha, debo ser honesto, la tristeza es algo que me sigue costando redactar, aunque eh pasado por momentos curiosos en cuanto a este sentimiento, escribirlo es algo dificil, así que lamento si es pobre mi escrito al respecto, aquí la prímera parte del final. 

Ambas partes ya publicadas y este fic es finalizado de está forma.

¿Esto es amor?

Capítulo: Seré muy feliz, es una promesa.

Pareja: NakaChii

Rumbo al final, no fue nada fácil ordenar mis ideas para por fin llegar al final de este fic, llevaba años sin escribir alguno en específico.

En fin sin más contexto que comience el final en dos partes de este fic.

Pov Yuri.

Caminaba inquieto en la habitación de Yuto mientras lo esperaba su esposa no dejaba de decir que parara, que la estaba mareando, era obvio que ella se sentía incómoda tanto como yo, en ese momento me hizo unas preguntas que jamás espere de ella.

Yuto dice que las cosa están algo violentas en el reino ¿Sabes algo? Hoy por la tarde me dijo que alguien más sabía respecto a que tú eres el padre ¿Sabes quién será?

No tenía idea que teníamos traidores en el reino su majestad

Justo ahora iré a ver cómo pierden su cabeza por orden real de Yuto ¿Irás con él a la guerra?

¿Estamos en guerra? Bueno eso explica el porqué de los trajes

Por favor cuida bien de él, Yuto debe volver a casa para ver a tu hijo crecer ¿Tú volverás?

No estoy muy seguro su majestad, aunque si pudiera elegir, me quedaría siempre a lado de sus majestades

¿Cómo quieres llamarle a tu bebé?

No lo sé, tal vez ¿Yuto?

¿Tú otro hijo se llama? Chinen

Se llama Ayato Chinen

Qué bonito nombre¿Lo elegiste tú?

No su majestad, lo eligió mi padre en honor al abuelo, yo realmente no tuve mucha participación en ello

¿Eres feliz con tu esposa?

No lo sé, ella es amable

¿Pero jamás te sentiste como con tu majestad?

No mi señora, con él todo fue realmente diferente

¿Por qué no escapan ambos y yo me quedó con su hijo para recuperar el reino de ustedes?

Su majestad, estaríamos firmando nuestra sentencia de muerte, al menos yo, prefiero a Yuto vivo aunque sea lejos de mí -en ese momento se abrió la puerta sin miramientos con una cara conocida de Daiki Arioka y Yamada Ryosuke con otros dos guardias, Ryosuke fue quien habló tan solo entrar algo que me puso en alerta soltando la bolsa de viaje que tenía en mis manos-

¿Por qué le faltas el respeto a nuestro señor de esa forma?

Ryosuke tranquilizate por favor

si hermano ¿Por qué hablarle de esa forma a Yuri?

tu guarda silencio mujer, no sabes que sucede aquí ni la falta tan grave cometida

¿Disculpe joven Ryosuke?

Detengan al señor Chinen Yuri y llevenlo al calabozo hasta que partamos a la guerra

¡No, esperen! ¡Paren! !¡Paren! ¡Yo no hice nada! ¡Sueltenme! -escuche hablar a la hermana de Ryosuke, aunque no fue algo entendible para mí, pues fue callada por su hermano al alzar la mano, me sacaron a rastras de aquella habitación imploraba por encontrarme con Yuto en los pasillos, sin embargo, no tuve suerte. Fuí llevado al calabozo dónde todo parecía tan descabellado, había ratas, gente lamentándose, ahora entendía a mi madre y la razón para alejarme de mis gustos personales, con miedo le pregunté a los guardias porque estaba ahí, su respuesta me tomó por sorpresa ¿Cuándo había traicionado a nuestro señor? No lo entendía, realmente quería llorar pero me aguante tanto como pude, caminé de un lado a otro en aquella celda, lo bueno de haber ido a escoger ropa para Yuto y para mí, es que había escogido zapatos, algo que normalmente no usaba, pues era un simple sirviente, así que a veces estaba descalzo o con algún calzado muy sencillo, las ansias me carcomían, ¿Qué debía esperar? Me pondrían en una pica, no quería morir, fue en eso que llegó Daiki quién me miraba extraño, con algo de pena, sacó de su cinturón un pergamino el cuál comenzó a leer lentamente mientras me explicaba que a solicitud mía había decidido irme al frente de guerra a morir ante la gravedad de mis actos al traicionar al pueblo, al final me miró a los ojos afirmando que Yuto había hecho la solicitud como se lo había encargado yo y si aceptaba el trato dentro de poco partiría con Yuto, no pude salir de mi asombro y sin decir nada o mover un solo pelo, él simplemente se giró para irse por el mismo sitio que había venido, me deje caer, no entendía nada, si fue Yuto quién lo pidió debía haber algo grave detrás de todo esto, no pude hacer nada más que llorar. Me dejé caer en aquella celda aterradora mientras mi mano presionaba mi pecho, de la nada había comenzado a darme una presión, sentía un hueco en el estómago al punto de marearme, decidí recostarme aspirando tanto aire como podía, pensé que seguro era el resultado de la forma tan desgarradora en la que lloraba, pues ambos sabíamos que lo nuestro ya había terminado antes de notarlo.

¿Esto es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora