La vida sin un Rey

Un mes

No habrá prologo

John

Camine entre las sombras de aquel callejón donde decidí dejar todo atrás, miedos, rencores, incluso sentimientos, cualquier cosa que me atara.

Debía terminar este camino que empezó con mi vida.

Avance hasta que las paredes se volvieron cada vez mas pequeñas hasta llegar a una en especial que me impedía seguir avanzando.

Un poco extrañado mire a mi captor a lo cual solo alzo su mano.

-Aun lado-hablo

Acatando su orden me moví, el encendió su habilidad y con un pulso de alguna energía blanca destruyo la pared en miles de fragmentos dejándome anonadado, pues al momento de que lanzara aquel tipo de ataque mi habilidad se encendió por reflejo y lo vi

-Aura- dije impresionado

-Una de las tantas cosas que aprenderás bajo mi mando- contesto pasándome

Rápidamente comencé a caminar detrás de el por unas cuantas cuadras mas hasta que llegamos lo que parecía ser un auto lujoso.

-Sube- indico

Acepte su orden y me adentre en el coche, pronto el hizo lo mismo y comenzamos nuestro nuevo destino.

Una parte del viaje fue realmente tranquila, sin sonido alguno, solo el viento siendo roto por la velocidad del auto. Un poco después de la hora el cansancio se apodero de mi cuerpo haciéndome dormir como un niño pequeño.

Lo ultimo que recuerdo es la sonrisa de aquel extraño tipo con el que tenía una relación sanguínea.

-¡Niño!-

Desperté por el ruido de su voz, causando que lo mirara

-Hemos llegado-

Lo mire extrañado pues no sabía en qué momento me había quedado dormido. Me levanté de mi asiento y abrí la puerta.

Lo que mire fue realmente increíble, una mansión cernía sobre mi vista; pronto recupere la seriedad del asunto, aquí yo era la víctima.

-Sígueme- indico

Comenzó a moverse a un buen paso, por consecuencia lo seguí lo mas pronto posible. Caminamos un par de segundos por el patio hasta llegar a la entrada de aquella vivienda.

-No hables, ni mires a nadie- advirtió

Acate su orden, el lentamente abrió las puertas y nos adentramos al interior, lo que no espere es que ya hubiera gente esperándonos, eran en su mayoría mujeres, algunas de limpieza por lo que pude ver, las otras realmente parecían personas normales con un cierto detalle, eran peliblancas.

Pronto un hombre un poco mas mayor bajo por las escaleras que conducían al segundo piso.

-Padre lo he traído- dijo mi tío mientras hacia una pequeña referencia

Aquel hombre mayor avanzo por la multitud mientras le habría el camino. Siguió moviéndose hasta que se posó frente a mí.

-Me llamo...- fui interrumpido a la mitad

-Se quien eres, hijo de Jane-

-Mi nieto-

Con esta revelación estallaron los murmullos, la gente de aquí parecía despreciarme, por cómo me veía, y lo similar que le resultaba a mi madre.