SEIS
Al día siguiente, William decidió no presentarse al trabajo en el City Pop de nuevo, mintiendo sobre que su enfermedad no había terminado e iba a tener que internarse en el hospital. La realidad era que su rutina cotidiana iba a sufrir un cambio, y ahora debía desviarse hacia la sucursal de la CDAD a recibir su entrenamiento. Lucy Larson, ignorante de esto, se mostró comprensiva y lo dejó faltar hasta que se recuperase. No lo demostró por mensaje de texto, pero ella estaba sumamente preocupada por él, pues, pese a que William insistió en que no era nada grave y saldría rápidamente, sabía por experiencia lo depresivo que puede ser un hospital.
La sangre le bajó a los talones cuando se vio frente al edificio de la comisión, dándose cuenta que su vida ya no sería la misma una vez que cruzara la puerta. Echó un vistazo hacia atrás, viendo como el autobús estaba subiendo a las últimas personas y se preparaba para marchar. Aun tenía tiempo de cambiar de opinión, pero cada vez que su cuerpo, acobardado, intentaba llevarlo hacia el otro lado de la calle donde se encontraba la parada de autobús, el rostro de Eva aparecía en sus pensamientos, recordándole que después del infierno venía el paraíso; una vida a su lado. Solo hacía falta matar al Diablo.
Entró al edificio. Al traspasar las puertas de cristal, naturalmente se encontró con la recepción, donde un hombre con mejillas abultadas y caídas como bulldog lo recibió. Lo único que se le ocurrió decir fue que venía de parte de Eva Watson. Sorpresivamente, el recepcionista entendió a lo que William había llegado, así que rápidamente apuntó hacía el ascensor y le indico que debía subir al piso cinco. Siguió las indicaciones y subió al piso correspondiente. Ahí se hallaban los cubículos de los agentes de la comisión dedicados a la exterminación en el centro y a los laterales estaban también las oficinas de los agentes más importantes. Al fondo, justo frente al elevador, se podía leer "Subdirectora" y justo debajo el nombre "Eva Watson". En ese momento, William descubrió que Eva era una persona importante dentro de la CDAD.
Como es normal para alguien que entra de sorpresa a un piso lleno de agentes, las miradas de recelo cayeron sobre William de inmediato. Todos ahí estaban entrenados para no confiar en nadie, así que detuvieron cualquier cosa que estuvieran haciendo para colocar sus manos sobre sus maletines, esperando el momento para desplegar sus armas y hacer lo mejor que saben hacer: matar demonios (o cualquier referente a ellos). La tensión se calmó cuando uno de los agentes alzó la voz para decir «¿Eres el chico de Eva?», a lo que William respondió asintiendo con la cabeza. En el momento en que recibieron una respuesta positiva, dejaron sus maletines a un lado y continuaron trabajando, como si nunca hubiera pasado nada. Por su parte, William, bajo las miradas indiferentes de los agentes, caminó hacia la oficina de Eva y, antes de que pudiera tocar la puerta; ella salió.
—¡William! —vociferó Eva, animada—. Sí viniste.
—Estoy listo —respondió.
Eva tomó a William de la mano y lo llevó hasta uno de los cubículos centrales, donde se encontraron con un hombre de mediana edad, desaliñado, con un cigarrillo medio consumido en la mano izquierda y mirando un partido de basquetbol con un smartphone en su mano derecha. Su uniforme estaba completo y, hasta cierto punto, limpio; sin embargo, su barba no había sido afeitada en varios días, su cabello era un desastre enmarañado y sus zapatos los tenía sobre su escritorio porque se cansó de llevarlos puestos. A Eva, pese a ser la jefa en ese lugar, no parecía importarle esa situación, ni tampoco a sus compañeros de al lado.
—Él es mi amigo Richard Wingman —Lo presentó Eva.
—No soy tu amigo —aclaró Wingman sin despegar su atención del partido.
Eva solo se rio.
—El señor Wingman puede ser antipático —señaló Eva—, pero todos los novatos aprenden bien de él. No te dejes intimidar.
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MATAR AL DIABLO
FantasiaEn "Matar al Diablo", sumérgete en un mundo distópico invadido por demonios, donde la vida aburrida de William Norton toma un giro inesperado. Un encuentro con una misteriosa y hermosa mujer perteneciente a la Comisión de Defensa Anti-demonios (CDAD...