Capítulo 8

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Sebastián condujo cerca de la entrada principal, se bajó del auto y fue a abrir la puerta del lado de Alberic.

Alberic sostuvo a Sharon en brazos, no lo bajaría por nada en el mundo hasta llegar a su habitación. Patrick bajó del auto después, no estaba preparado para lo que vendría, Alberic por lo general era paciente y tranquilo pero habían ciertas circunstancias que hacía que él perdiera los estribos, en primer lugar estaba que las personas que más quería se pusieran en peligro y en segunda que las cosas escapen de sus manos, Sharon provocó ambas y Patrick tenía miedo de lo que Alberic sería capaz de hacer.

Al ingresar Alberic y Sharon a la casa, el ir y venir de los empleados no pasó desapercibido por Sharon, se preguntaba el porqué de tanto alboroto y sobre todo le extrañaba que algunos de los empleados apartaran la vista de su dirección con un nerviosismo que se lograba percibir a simple vista, alzó la vista para apreciar mejor a Alberic y se acobardó, el mayor tenía la mandíbula marcada y apretada, su cejas estaban fruncidas y sus labios eran levemente contraídos. Su rostro demostraba una gran molestia y Sharon no quería permanecer ni un minuto más junto aquel hombre.

— Bájame — dijo Sharon, pero fue ignorado por completo.

Alberic lo llevó hasta la recámara del bebé, lo dejó en la cuna y le empezó a quitar las calcetas mugrosas.

— Yo puedo hacerlo — volvió a hablar Sharon,  intentó apartar sus pies, pero Alberic no lo dejó. Una mirada amenazante  fue suficiente para que Sharon dejara de protestar por el momento.

Luego prosiguió a quitarle los guantes que aún conservaba, y empezó a desabrocharle el mameluco, Sharon se dejó hacer, la expresión del mayor reflejaba que estaba muy enojado, y que no aguantaría ni un manotazo.

Cuando le quitó toda la ropa, aproximó su mano al pañal de Sharon.

— No estoy hecho del baño, no me toques... por favor Alberic — cerró las piernas y puso sus manos deteniéndolo, para darle entender a Alberic que no lo tocara de esa forma.

— Sharon — por fin habló Alberic, el menor lo miró con atención y se cubría el cuerpo con la cobija que seguía en la cuna.

— Esta es tu nueva casa, ahora prácticamente somos tu nueva familia, déjate querer de esta manera, no es tan difícil, no hagas las cosas más complicadas para ti — la seriedad de su voz aún hacía temblar a Sharon.

— Pero... es que ustedes son extraños para mí, sí tanto quieren a un bebé adopten a uno y a mí déjenme en paz

— Es que de verdad que no entiendes que eres lo único que necesitamos, tu también nos necesitas, déjanos cuidarte y amarte

— Parece que el que no escucha eres tu, ¿a caso no oyes lo que dices?, te confieso que en mi perspectiva tu eres un secuestrador que me viste de forma infantil, no es sano

Alberic suspiró, Patrick en ese momento entró a la habitación, había escuchado lo que estaban hablando pero quería ver cómo reaccionaría Sharon.

Sharon pensó que tal vez hacían eso con él, para practicar el cuidado de un bebé de verdad, quizá y los muñecos en forma de bebé no era lo suyo y por eso prefirieron buscarse a una persona real.

— Si están intentando practicar conmigo, para que luego puedan adoptar un bebé real, no estoy de acuerdo, hay más maneras de hacer las cosas, esto que hacen conmigo está mal — les dijo a ambos — sé que sólo han pasado menos de dos días desde que me hicieron esto, pero enserio me asusta, ya no quiero estar aquí — terminó por decir Sharon.

— No queremos que seas la práctica, queremos que seas el bebé real, te acostumbrarás a esto — dijo Patrick señalando la habitación.

— Jamás les obedeceré, ¿bebé real? ¿Yo? — dijo Sharon apuntándose.

Un bebé grande en proceso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora