Capítulo 9

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En bastantes historias algunos personajes se ven en la necesidad de engañar al villano para sobrevivir, haciéndole creer que se está de su lado engrandeciendo su confianza y poder. Fingir y engañar, Sharon no era una persona que se arriesgaba, almenos en la mayoría de las ocasiones prefería pensarlo dos veces, pero cuando te sientes solo en el mundo sólo te tienes a tí y es en lo único que puedes pensar para poder sobre llevar el peligro.

Quizá no lograría engañar a Patrick o a Alberic, hacerles creer que Sharon se estaba volviendo más dócil ante sus órdenes, que entendía las razones por las que los mayores hacían y decían sobre tenerlo como un integrante de su familia. Sharon no soportaba el hecho de que alguien quisiera imponerle algo, en su vida hubo mucha gente que deseó mantenerlo en la palma de su mano, él escapaba de las personas que tenían similitudes  con aquellos que en su pasado intentaron controlarlo. La amabilidad es un arma de doble filo, a veces  la porta una persona noble y otras veces alguien manipulador y vil.

El menor le temía a Alberic, pero trataba de ocultar sus expresiones corporales y faciales, para que los mayores no se alarmaran y pensaran que cada vez estaba más de su lado.

— Podemos hablar ahora, si quieres — contestó Alberic, acomodándose en la cama y entrelazando sus dedos. Alberic no estaba seguro de lo que pasaría pero Patrick estaba tranquilo y eso ayudaba a que él supiera que todo estaba bajo control.

— Bueno... hablé un poquito con Patrick, platicamos del propósito de que yo estuviera aquí, y de cuál sería mi papel como parte de la familia en la que quieren integrarme — en ningún momento vió directo a la cara a Alberic, sólo pasaba la mirada al mayor por un instante y luego giraba su cabeza en dirección a sus manos o algún otro lado.

Los ojos de Alberic veían con detenimiento todo lo de hacía Sharon, desde cómo se movía su boca hasta dónde veían sus ojos.
Era notable que estaba nervioso, pero ahora ya no era tan ofensivo con sus palabras.

— Sí... ¿Ya te decidiste en ser... nuestro bebé? — Alberic dijo suave, estaba cansado  de pensar mucho en la situación, habían pasado meses desde que estaban intentando atraer a Sharon. Ahora para Alberic, era como un sueño, tenerlo en frente y estar hablando sobre formar una familia, era simplemente magnífico. Faltaba tan poco para por fin tenerle para siempre.

— Amm... bueno, sí — jugaba con sus dedos el menor — Pero antes de ser su hijo, necesito concluir algunos pendientes en mi casa — Sharon deseaba que ellos aceptaran y que le dejaran ir, tan sólo necesitaba estar con sus amigos una vez o verlos un instante para que Gab o quien sea le ayudara a escapar de ahí.

— ¿Qué clase de pendientes tienes en tu otra casa?, no necesitas nada de allá, por si acaso, nosotros haremos que traigan todas tu cosas — habló Alberic con voz cariñosa.

— Muchas gracias, por mí, encantado de que ustedes se hicieran cargo de eso, pero no sólo es ir por mis pertenencias, si no que también, debo ir a despedirme de mis amigos, ellos fueron de gran ayuda para mí y temo que hagan un escándalo si ya no saben sobre mí —  torpemente Sharon tomó la mano de Patrick y la acercó a su mejilla, ladeó un poco su cabeza y puso ojos de gatito — Por favor Patrick, ¿me das permiso de ir a despedirme de mis amigos?, prometo que me portaré muy bien y no causaré problemas

Patrick embobado y sorprendido por la acción de Sharon no pudo responder de inmediato, Alberic por su parte también se sorprendió y su pecho se ensanchó por lo que hizo el menor, sus palabras eran cada vez más amables y amorosas. Pero sobre todo comprensibles.

Alberic no le pareció mala idea considerar llevar a Sharon a su antigua casa, ir por sus cosas y que se despidiera de una vez por todas de sus conocidos. Máximo serían cuatro días en los que estuvieran fuera de casa, no afectaría en nada con respecto al trabajo de Alberic o de Patrick.

Un bebé grande en proceso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora