V. Disfraz

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En este capítulo se narran escenas de autolesión


No, a Li Meiling no le hizo ninguna gracia su relato de lo sucedido en territorio humano. Sí, al final su pobre culo había sido pateado y ahora le dolía por una razón distinta a la que a él le gustaría.

Le estuvo comentando lo que Wen Qing le había contado y pidió su opinión profesional. Es cierto que de todas formas se ve obligado a dejar de administrarle lo que sea el líquido ese que hay en los frascos porque la doctora humana no le había dado ninguno, pero siempre venía bien oír una opinión diferente.

La respuesta que obtuvo de su amiga fue que, efectivamente, podría ser.

-Hay muchas pócimas que pueden producir cambios físicos en el cuerpo de una persona y hacerle creer durante toda su vida que lo que ve es la realidad. Por ejemplo, si un bebé nace sin una pierna, el compuesto químico que se le administra hace que a ojos de todos la tenga. Es como una especie de ilusión capaz de engañar a todo el mundo. Es muy posible que lo que ZeWu-Jun ha estado tomando todo este tiempo sea algo similar a esto. Además, eso de que lo descubriréis en la próxima luna llena me hace pensar que no te ha mentido.

-¿Por qué? – pregunta confundido – ¿Qué tiene que ver la luna con esto?

-Más de lo que imaginas – responde mientras lo observa fijamente – muchos creen que los poderes de la luna llena no son más que un cuento de viejas, pura fantasía, pero lo cierto es que las noches de luna llena pueden romper cualquier hechizo, por eso tus ojos cambian de color esa noche, porque ni siquiera la maldición de las estrellas puede permanecer durante esas horas.

-¿Crees que tiene algo que ver con el color de sus ojos también? – pregunta, alzando una ceja y dirigiendo la mirada hacia el lugar donde reposaba Lan XiChen. Él había visto el color natural de sus ojos más de una vez y puede asegurar que no eran rojos.

-Puede ser, él nació poco después que tú ¿verdad? Quizá los reyes humanos al enterarse de lo de tus ojos rojos crearan este brebaje para que los suyos también fueran de ese color.

-Pero eso no tiene sentido, los ojos rojos son una maldición ¿Por qué querrían hacer creer que su heredero está maldito?

-La marca de vuestros ojos no solo simboliza una maldición, Jiang Cheng, también implica que habéis sido elegidos por las estrellas, que estáis en su punto de mira y que saben de vuestra existencia. Sí, es algo malo, pero también un signo de divinidad que solo los entes celestiales pueden otorgar. Que tú los tengas y el rey Lan no, lo pondría a él en desventaja, ya que no dispone de ese rasgo que supone ser tocado por los dioses – explica pensativa – pero de todas formas esto es solo una suposición, igualmente podría ser lo que hablábamos antes, para esconder alguna malformación de nacimiento que lo haría débil ante los ojos no solo ante el enemigo, también ante su propio pueblo. Los reyes deben ser fuertes, dar seguridad a su país y causar miedo a sus adversarios, alguien con una discapacidad física no conseguiría ese efeto. O incluso puede ser para esconder una marca de nacimiento, como los ojos dorados de los Lan, el pelo blanco de los Jin o las pecas en los pómulos y nariz de los Nie. Estos últimos siempre han estado muy unidos a la realeza de Gusu Lan, ¿Te imaginas el revuelo que habría causado que el heredero de los humanos se presentara a la sociedad con su piel tostada y una línea de pecas que cubriría gran parte de su rostro? Algo así implicaría que no es el hijo legítimo del trono.

Jiang Cheng siente que le duele la cabeza de solo pensar en las múltiples posibilidades.

-Sin duda, para ocultar algo así durante más de veinte años el hechicero que lo hizo debió ser tremendamente poderoso. Como te decía, la luna llena, al igual que los besos de amor verdadero, son capaces de romper cualquier hechizo, pero es diferente para vuestra situación. Lo que sucede con el hechizo de ZeWu-Jun es que se ha creado a partir del sacrificio de una vida, reforzado durante décadas por un elixir, por lo que solo puede ser roto después de haber eliminado todas las toxinas de su organismo, una noche de luna llena – razona Li Meiling, más hablando en voz alta para ella que para ser oída, poniendo su corriente de pensamientos en voz alta.

Crónica de unos ojos escarlata [XiCheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora