CAPÍTULO 22

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DALINA.

29 DE AGOSTO, ISLA ESMERALDA.

Hace cuatro meses que le dije a Anders que estaba embarazada, es decir, ya llevo los cinco meses de embarazo y de todos ellos solo he tenido un mes y medio de tranquilidad, más o menos.

Y ese tiempo estuve sin él.

Eso es lo peor de todo; me carcome por dentro el hecho de no haber podido disfrutar del embarazo, al menos la mayoría del tiempo. Me quedan cuatro meses y no sé que nos va a deparar el destino. ¿Nos vamos a quedar en Isla Esmeralda o vamos a volver a Pueblo Veneno? ¿Qué coño va a ser de nuestra vida?

Agito la cabeza tratando de disipar los malos pensamientos. Vuelvo a la realidad entrando a la gran biblioteca en el segundo piso en la casa de Marino Tártaro.

Anders se encuentra al fondo, buscando entre las estanterías del gran lugar con forma cuadrada.

—Buenos días. —murmuro feliz acercándome a él.

—Hombre, la señorita Fontes. —me mira de reojo sacando un libro gordísimo de color morado. —¿Qué te trae por aquí?

—Nada, solo quería venir a hacerte una visita y preguntarte si has encontrado algo. Llevas toda la mañana buscando.

—Pues... no. La verdad es que no. —refuta con cierta decepción en su tono. —La Fuente de la Juventud solo se menciona como un lugar santificado, listo para rituales que llevarían a revivir personas... se describe mil y una veces detalladamente. Acabo de ver uno concretamente que decía que la Fuente de la Juventud debería ser considerada una de las 7 maravillas del mundo por su belleza.

—¿Y no se menciona dónde puede estar ubicada? —pregunto extrañada. —Es raro que la describan y alaben tanto y no concreten dónde está.

—No se dice nada de su ubicación. —me acerca el libro que previamente ha abierto. —Mira, lee esto.

Acerco los ojos al libro de páginas amarillentas y grisáceas leyendo las letras ligeramente desteñidas.

Leo en voz baja.

La Fuente de La Juventud, el gran misterio de la vida.

Mil escritos se pronuncian sobre ella, pero ninguno como este.

La Fuente de La Juventud; la gran maravilla que debería ser considerada un bien antinatural.

Ubicada en un RecondItO lugar del Reino de Guiena, se dice que en la Isla en la que ya no se puEde ir De vIsitAR

Jugando a la flor, una si y una no, se dice que se podrá hallar de nuevo la octava maravilla del mundo

Dejo de leer, conmocionada por lo que acabo de ver.

—¿Jugando a la flor? ¿Una sí y una no? —farfulla Anders confundido. —¿Sí me pongo a arrancar un pétalo uno a uno va a aparecer la isla?

—No. —tomo el libro analizándolo. —Con una flor no, pero con las letras en mayúscula sí.

Señalo con el dedo las letras grandes.

R-O-G-E-I-R.

—¿Rogeir? —cuestiona Anders extrañado. —En Guiena no existe ninguna isla llamada así, ¿no?

—No...

Algo se me viene a la cabeza. Rogeir... esa palabra me suena mucho. Más bien suena a un nombre.

—Esto no tiene sentido. —no reacciono a las palabras de Anders intentando recordar a qué me suena Rogeir.

—Anders... Rogeir... —pronuncio en alto intentando atar ese cabo que aún desconozco en mi mente, tratando de no dejarlo ir. —Me suena demasiado...

MAR DE CORAZONES ✓ [MAR 2 ©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora