EPÍLOGO 2

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'El asesinato de Laetizia Sinners'

Tercera persona.

22 de junio de 1888.

Desde el día en el que cerró las fronteras, el Reino de Guiena se volvió un lugar inescrutable para el resto del mundo.

Con amenaza de crear bombas con cobalto, Jason Diphron se mantuvo como rey y dictador del reino durante siete años, y probablemente durante más.

Todo el mundo le tenía miedo; era un país donde no existía la libertad de opinión, expresión o incluso la libertad sexual. Todos le temían a un rey tirano que era capaz de matar a quién no fuera como él.

Por eso, Guiena era un país en el que ya no existían las izquierdas, todo eran derechas extremistas que luchaban por la desigualdad del pueblo en cuánto a ricos y pobres, extranjeros y distintos a ellos.

Debido a esto, la población de East Plate había bajado de medio millón de habitantes a apenas cien mil, ya que mucha gente decidió emigrar a una isla perdida en el país en la que poder ser felices.

Pero esto, de todas maneras, benefició a unos ricos sabandijas que decidieron tumbar las casas y montar negocios como prostíbulos, casinos y focos de vicio y fornicio. Todo a favor del rey, obviamente.

En este momento, un Eurocopter AS 332 Super Puma aterrizaba en el helipuerto de West Plate, a cinco minutos en coche de la casa del alcalde westiano.

Exasperado, Jason Diphron abre la puerta para salir del vehículo.

—¡Vamos! —grita a los soldados que lo siguen rápidamente.

Baja del helipuerto por el ascensor, saliendo rápidamente a la Avenida Jackson de West Plate, en el barrio de los ricos.

Nocturno y sigiloso, se montó en la limusina donde ya lo esperaban y se bajó frente a la casa de Laetizia Sinners y su esposo, con el que estaba casada desde hacía siete años.

Esa mujer se las había apañado para huir de Jason, casarse con el alcalde y librarse de la muerte, pero ya no más. Hoy no salía viva y Jason cobraría la venganza que lo hizo tomar decisiones drásticas con la prensa cuando desveló sus secretos.

A día de hoy, Guiena contaba con más de veinticinco mil muertos en sus últimos veinte años de historia. Un país sin memoria está condenado a repetir su historia.

Voraz y con ganas de terminar con la actriz, Jason andó hasta la parte trasera de la casa, cerca de un callejón. Después de matarla, revisará su casa de arriba abajo, buscando el dichoso papel que habla sobre el nacimiento del primer hijo de Ebrah, esa dichosa hoja que faltaba en el Libro Monárquico.

Desde el día que Laetizia huyó de East Plate y desde el suicidio de Vangalore, todo había sido un rifirrafe constante entre ambos, con provocaciones y amenazas indirectas por parte de la actriz de desvelar el 'accidente' sucedido con Ebrah Diphron.

La última, hablando sobre los embarazos prematuros y preguntando públicamente que pensaba la monarquía sobre ellos.

El rey se había cansado, por eso decidió terminar con ella de una vez por todas con daños colaterales. Eso incluía a Iván Otler, que a pesar de su relación muy amistosa, Jason no temía en apretar el gatillo contra él sí osaba a ponerse en medio de él y la mujer con la que tenía cuentas pendientes.

Con diez soldados de su ejército, Jason se coló en la casa de la actriz y en el jardín, reventaron las ventanas a tiros.

De último, se coló dentro del inmueble y subieron las escaleras. Asustados, el matrimonio pulsó la alarma de la policía pero nadie iba a ir. La policía estaba más que advertida de lo que iba a pasar, la prensa sabía que debían decir al día siguiente.

MAR DE CORAZONES ✓ [MAR 2 ©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora