Capítulo 5

351 25 12
                                    


Estaba soñando que ganaba un torneo de cartas pero un pequeño rechinido me hizo regresar a la conciencia, aún mantenía mis ojos cerrados, tenía mucha flojera de abrirlos, había alguien ahí, pero trataba de no hacer ruido, sentí una mano en mi rostro, quizás era mi madre que había ido a pedirme que bajara a comer, trate de abrir los ojos pero no pude, era demasiada mi flojera.

Después sentí que la mano bajaba por mi espalda, eso se sintió delicioso no lo niego, hasta que se posó encima de mi trasero y lo estrujó, ahí fue donde me desperté rápido, y para mi sorpresa estaba Kaiba enfrente de mí, con su mano en mi trasero, que por alguna razón no me molestaba que la tuviera ahí.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, seguido después de una ola de calor que empezó a agolparse en mi entre pierna, y después a mi cabeza al ver que el bastardo se acercaba a mí con la clara intención de...

¿Besarme?

Por más raro que se me hizo ese pensamiento, se podía ver toda la intención de Kaiba de hacerlo de verdad, no sé porque mi cuerpo se paralizo por completo.

¿Acaso quería saber que se siente besar a un hombre?

¿Quería saber hasta dónde se atrevía a llegar?

¿¡¡¡Para empezar, quería que Kaiba me besara!!!?

Creo que este día ha sido el más raro en torno a Kaiba, lo peor es que creo que si quería saber hasta donde era capaz de llegar ese infeliz.

Faltaba poco para que nuestros labios se tocaran, podía sentir su aliento y su perfume muy claramente enfrente de mi nariz, hasta que mi "querido" amigo llego, como siempre, sin tocar la puerta.

Quería morirme de la vergüenza, lo peor que no pude pararme, tenía una erección, que patético, excitarme por un hombre, al que se supone odio demasiado, o bueno, eso creía hasta ahora, el hecho de que haga estas cosas desde la mañana simplemente hacen que crezca mi curiosidad hacia él.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Maldita sea, cuando más interesante se estaba poniendo la cosa, tenían que llegar por segunda vez a interrumpir. Veo que el perro no reacciona, pareciera ser que no se puede mover. Yo por otro lado le aviento la mirada más molesta que tengo en ese momento al enano ojón.

-Yu..ugii- dice rápidamente sentándose adecuadamente en su cama, de no ser por esos boxers holgados junto a su playera, se le hubiera notado la erección que tenía, o por lo menos trato de disimularlo porque era más que obvio que los tres ahí presentes nos dimos cuenta de ello.

-lo siento mucho!- se apresuró a decir el greñudo y salió rápidamente del cuarto, no se escuchó que caminara más allá, solo se quedó afuera, como esperando....

¿Esperando que?

¿Quería escuchar algo?

¿Y por qué no darle gusto? Pensé, Wheeler era un poema, miraba la puerta después a mí, no podía ni articular palabra, creo que le ayudaré un poco.

-¿Qué sucede cachorro?- pregunte en un tono medio alto para que el chismoso de afuera escuchara claramente lo que decía.

-¿Qué mierda es esto Kaiba?- por fin reaccionó el perro, me miró enojado pero pronto le voltee el reclamo, -una erección, ¿acaso nunca habías tenido una?- respondí maliciosamente, dándole a entender que ya sabía que se había puesto duro.

Pero no esperaba que mi cuerpo quisiera reaccionar igual, también sentía un leve hormigueo en mi miembro, la idea de haber excitado a Wheeler con mi caricia estaba causando el mismo efecto en mí.

PreguntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora