CAPITULO 109

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Jessa subió la escalera llevando un jugo de naranja en sus manos, al abrir la puerta atisbó una jarra con agua muy cristalina, dejo el vaso de jugo allí y sirvió otro con esa agua, lo dejo en la mesa y se acercó a la cama en donde estaba su esposo dormido, juntó dos de sus dedos para tocar en un punto específico en el cuello y despertar todos los sentidos de Alexander

Cuando lo hizo, Alexander reaccionó de inmediato se estiró largo y bostezó mucho, abrió los ojos muy despacio, Él balbuceaba palabras que no se entendían se restregó los ojos un momento, hasta que sus ojos se fijaron en su esposa y le dedicó una gran sonrisa de satisfacción y musitó complacido

—Mi amor, estás aquí y... ¿yo en dónde estoy?, esta no es la casa de mi papá

Su esposa le respondió cariñosa

—¡Espera mi amor!, debes tomar agua, todo el viaje no tomaste nada, ya mismo bajamos para que cenes también

Se levantó para dirigirse a la mesita y traer los dos vasos, le dio primero el vaso con agua, Alexander se lo bebió en un instante, ella sonrió satisfecha y le dio un beso en los labios acotando

—Te amo Alexander

Él le respondió de igual manera

—Te amo, creo que he dormido mucho, me siento cansado, como si hubiese trabajado mucho, mis músculos me duelen un poco

Jessa lo abrazó para acotar

—Mi amor, dormiste todo el camino y tuvimos que cambiar la trayectoria, estamos en casa de Iván ahora, es por tu seguridad, descubrimos algunas cosas y quisiera decírtelas después de la cena, no has comido nada desde que subiste al avión

Alexander recordó que estaba sentado en el avión y de repente le pudo el sueño, entonces preguntó

—Mi amor, yo tenía la laptop en mis manos, ¿en dónde está?, pensaba dar unas órdenes

Ella le respondió desplegando mucha seguridad

—Esta abajo mi amor, no era muy seguro de que se enteraran nada del viaje y tampoco en donde aterrizaríamos, es por tu seguridad

Para Él no había tanto justificativo y reclamó un poco enojado

—Esto fue decisión de Iván, ¿verdad amor? este hombre no me deja hacer nada, yo soy el Boss, yo debería tomar las decisiones, y lo que más me molesta es... ¡que tú lo apoyas en todo!

Jessa inhalo un poco para responder con serenidad, pues no quería alterarse ni alterar a su esposo

—Mi amor, solo quiero que cenes y después te informaremos todo lo que quieres saber, las decisiones fueron tomadas por tu seguridad, cuando sepas todo, nos darás la razón

Ya Alexander conocía muy bien a su esposa y sabía muy bien que no le iba a decir nada mientras no acate el pedido de cenar primero, solo se levantó de la cama y Jessa tuvo que ayudarlo pues casi le vence el cuerpo, Él la abrazó diciendo

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