CAPITULO 2

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Mientras en otra parte de la ciudad de New York, en un edificio muy lujoso estaba esperando noticias de su plan maléfico para deshacerse de su socio, Lucca Mattrios caminaba de aquí para allá muy nervioso, revisaba su celular en espera de las noticias.

Se sobresaltó cuando su celular sonó contesto de inmediato

Aló ¿qué paso Ariel? ¿lo hicieron?

Jefe el águila salió herido, no sabemos en donde esta

¿Qué dijiste? cómo que lo perdieron —dijo muy nervioso Lucca

El auto quedo como cernidera, pero no estaba allí

Solo un rastro de sangre, que se perdió después

Maldita sea búsquenlo y remátenlo

Lo están buscando jefe, desapareció

Llámame con resultados idiota

Cerro la llamada, ahora estaba más nervioso conocía a Alexander si estaba vivo, lo mataría pero torturándolo, era sádico, vengativo, lo que si lo calmaba era que ninguno de los que contrato eran conocidos de su socio, de manera que si regresaba no lo conectaría con su agresión

Pero deseaba acabarlo para quedarse con la organización, se sento a esperar más noticias, tomo la botella de whisky para servirse en las rocas en espera de las noticias.

Los esbirros de Lucca buscaban intensamente a su presa sin saber que lo tenían muy cerca, pasaron por la parte de atrás de la casa de Jessa, pero los pandilleros amigos de ella, los observaban que buscaban algo, no les gusto pero para protegerla los emboscaron rodeándolos, ellos eran cuatro y los pandilleros más de 30, les preguntó Carlos uno de los jefes de la pandilla

—¿Qué buscan por acá? Los estamos vigilando, ustedes son los de la balacera, este es nuestro territorio maricas, ¿qué buscan? Contesten mierda o los matamos ahora mismo

Los sicarios optaron por contestar

—Buscamos a un hombre blanco alto vestido muy elegante, debíamos matarlo, sabemos que está herido pero no hay rastros de Él, debe morir para recibir nuestra paga

Carlos los observo caminado alrededor de ellos y soltó —No hemos visto a nadie con esas características, debe haberse ido en algún taxi, aquí todos vemos, todo sabemos, así que lárguense, ahuecando el ala de aquí, largo o son hombres muertos

Los sicarios se dieron cuenta de que estaban en minoría y no podían hacer nada, además tenían razón pudo haberse ido en algún taxi, solo caminaron se fueron a sus autos y se largaron

Jorge estaba en la pandilla, pidió hablar con el jefe Carlos Suarez, éste lo siguió y le conto a solas que estaba en casa de Jessa el hombre a quien buscaban y que ella le salvo la vida a lo que Carlos se sorprendió y dijo

—¿Estás seguro Jorge? —le contesto el chiquillo —Sí, yo mismo fui a llevarle antibióticos, vendas y una bolsa de sangre que ya debe de haberse acabado es O positivo, por cierto debo llevarle otra, estaba muy malherido y desangrado

—Anda a traerle eso aquí te espero para acompañarte, quiero hablar con ella y ese tipo

Jorge se fue y Carlos despacho al resto de la pandilla, se quedó solo a esperar al chiquillo, quería hablar y ver como estaba Jessa la quería como un hermano, no demoro mucho y juntos caminaron rumbo la casa de su casi hermana, entraron por el patio y llegaron donde estaba ella, se había dormido a los pies de ese hombre alto que también tenía los ojos cerrados.

STRIPPEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora