No supo en qué momento la batalla comenzó. Sus recuerdos eran borrosos y estaban inyectados en carmín. La lluvia golpeaba con fuerza su cuerpo mientras Sutr se abría paso por la vegetación para enfrentarse a ella. Kiran estaba paralizada de miedo: jamás le había hecho frente a un enemigo sola. Estaba segura de que su habilidad para el combate no era el suficiente para derrotar a un oponente como aquél. También era consciente de que se trataba de quimeras que Thórr empleaba para los embates, pero eso no le restaba ni una gota de fuerza. Era como enfrentarse al Sutr real.
- ¡Kiran!- Escuchó la voz escandalizada de Freyr. Estaba cargada de preocupación y pánico -¡Ven conmigo! ¡Rápido!
Esquivó a duras penas un feroz golpe de la Sinmara. Las llamas que salían de la hoz se mantenían vivas a pesar del chaparrón que caía sobre ellos. Kiran se volteó, buscando a su compañero de viaje con desesperación, pero en ese mismo momento, sintió un asfixiante dolor en uno de sus flancos y su alrededor comenzó a dar vueltas mientras caía duramente al suelo.
- ¡Kiran!
La invocadora se arrastró penosamente por el suelo. Su capa estaba empapada en barro y sangre. Se le heló la sangre al ver a Sutr sonriendo frente a ella, con ambos ojos llameando triunfales.
El fragor de la batalla rugía a su alrededor. Eran dos contra un inmenso ejército.... No, sólo uno. Ella había quedado fuera de combate con el primer golpe, tan patéticamente como lo era ella misma. Otra patada de Sutr la hizo rodar lejos de él.
Kiran apretó los puños. No tenía fuerza. No podía proteger a quienes amaba. Sus hazañas no eran suyas; el mérito le correspondía a la orden. Ella no era más que una herramienta para conseguir más miembros que resultaran útiles en el ejército de Askr, dijera lo que dijese Alfonse. Estaba encerrada en una batalla provocada por Thórr. Freyr y Kiran estaban solos contra una multitud de Quimeras, y ella nuevamente volvía a estar contra la espada y la pared mientras el dios cabra daba hasta su último aliento por protegerla. Podía ver cómo misteriosos portales se abrían; eran distintos a los suyos, pero sabía lo que eran. Seguramente Freyr convocaba sueños plácidos para que combatieran a su lado (De la misma forma en que Freyja lo hizo en su momento), pero aquellos eran efímeros: se desvanecían al cabo de poco. Kiran sentía deseos de gritar. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que suceder aquello? No podía contra un solo enemigo ella sola. En el mismo momento en que a Freyr se le agotaran las energías, estarían perdidos. Él moriría por intentar salvarla... Y Kiran no podría vivir sabiendo que había provocado la muerte del soberano de Ljósálfheimr otra vez. No... No podía dejar que eso sucediera. No de nuevo...
Apretando su lanza con fuerza, la clavó débilmente en el suelo. Se apoyó en ella para ponerse en pie a trompicones. La sangre no dejaba de manar de una herida en su flanco izquierdo, pero no iba a titubear. Debía derrotar a Sutr. Tenía que hacerlo. No dejaría combatir a Freyr solo.- Aquí me tienes...- Susurró -Escupiendo sangre. La quimera sonrió, exhibiendo una hilera de dientes malolientes color hueso.
El chirrido de acero indicó el inicio del encarnizado combate entre Kiran y Sutr. La invocadora apretó los dientes. ¡Tenía que ser de utilidad! No podía depender de los demás eternamente. Si Freyr moría de nuevo, no se lo perdonaría. Sabía que no era el de su línea temporal, pero de todas formas ya se había encariñado con él, pese a todos los problemas que le ocasionaba tenerlo cerca. Fue en ese momento en el que Kiran comprendió por qué le había dolido tanto la muerte del dios, lo que significaba su nueva incomodidad tras haber superado las trabas iniciales, esa extraña necesidad de tenerlo cerca. Verlo con tanta claridad solo avivaba la llama dentro de ella, ardiente e inextinguible bajo la lluvia, igual que las de Sutr. Sabía que podía abatirlo, solo debía usar la cabeza.
Ya no era consciente de los sonido de la batalla a su alrededor. Ahora su atención estaba centrada puramente en su rival. Se deslizaba por debajo de sus piernas, frenaba su hoz y eludía sus llamas calcinadoras con soberbia agilidad. La invocadora ni siquiera sabía que podía moverse así, pero se enorgullecía de ello. Ambos contendientes estaban demasiados concentrados el uno en el otro. No obstante, Sutr contaba con la ventaja al estar protegido por una resistente coraza. Kiran jadeó en el suelo y abrasó al soberano de Muspell con la mirada. Dio un salto, dispuesta a acabar con la quimera, pero Sutr tenía otros planes. Pese a la velocidad de su acometida, Sutr la atrapó en el aire como si nada, sujetándola desde la garganta. Toda la valentía de Kiran se esfumó, así como el oxígeno de sus pulmones al sentir al soberano de las llamas apretar su yugular. Golpeó su mano inútilmente, mientras su vista se nublaba a causa de la hipoxia.
Finalmente, la dejó ir, pero estrellándola contra el suelo. La invocadora tomó aire a bocanadas, mientras el miedo la consumía entre sus llamas. ¡Siempre dependía de los demás! Al final, todo era igual. Jamás podría encajar... Nunca podría hacer algo por ellos, tan solo ver cómo se sacrificaban por ella.
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яεαℓι∂α∂ σηιяιcα (Freyr x Kiran)
FanficA veces, una se ve envuelta en situaciones desesperadas, situaciones en las que es tu vida o la del otro. Sé que todo lo que sucedió era necesario para salvar Aflheimr y restaurar su equilibrio, pero... ¿Por qué, Freyr? ¿Por qué tenías que dar tu vi...