5. La esperada pregunta

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Narrador:
La alarma de Fang sonó puntual a las 8:00 a. m..
Él se levantó primero, volteó a su lado y vio al delgado joven dormido aún. Su fleco tapaba gran parte de su rostro, por lo que Fang lo acomodó cuidadosamente para verlo bien.
Se veía muy curioso con su pijama de Pikachu, sobretodo porque parecía alguien que ni loco se vestiría así.

Fang no se dió cuenta que habían pasado 10 minutos que llevaba apreciando a Edgar, sino hubiera sido porque su alarma sonó nuevamente, ya que tenía muchas programadas, y cada 10 minutos:

Alarma 1: Despierta - 8:00
Alarma 2: Ya despierta - 8:10
Alarma 3: Ahora sí despierta - 8:20
Alarma 4: QUE DESPIERTES - 8:30
Alarma 5: SE HACE TARDEEE - 8:40
Alarma 6: YA POR FAVORRRR - 8:50
Alarma 7: Nopuedeser - 9:00

Últimamente no llegaba a la tercer alarma, pero era porque ahora sí tenía un gran motivo para despertar a tiempo e ir motivado a su trabajo.
No sabía a qué hora solía despertar Edgar, así que dejó que durmiera.
En lo que bajaba por las escaleras, sonó su tono de llamada. Era su madre.
-Hola, mami. -saludó tiernamente Fang.
-Mi niño, ¿cómo estás? -preguntó ella.
-Muy feliz, ma'. Edgar se quedó a dormir aquí. -contestó él.
-A dormir, a dormir... -dijo ella. Fang sonrió y apretó los labios.
-Sí, ma'. A dormir nada más. -dijo Fang.
-Bueno, entonces llegaremos a la casa a las 12:00, ya sabes, para que pases más tiempo a solas con él... -dijo su madre.
Fang se sonrojó demasiado, agradecía tanto tener una madre que lo aceptara.
-Muchas gracias, ma'. Ya lo conocerán, sé que les caerá bien... -dijo Fang.
Intercambió un par de palabras más con su madre y colgó, para luego ir a bañarse y después cocinar.

A pesar de no saber cocinar mucho, una vez que Fang salió de bañarse, con mucha dedicación preparó hotcakes y le puso fresas cortadas a la mitad alrededor, haciendo parecer una flor.
Agarró un frasco con mermelada, uno con leche condensada y otro con miel y los puso frente al desayuno, ya que no sabía cuál prefería Edgar.

Aprovechando a que su madre siempre tenía cajitas llenas de fresas, hizo una malteada.
Se sintió muy bien al imaginar por un momento que así podrían iniciar sus días a lado de Edgar.
Siendo las 8:50 ya, Fang decidió subir a su cuarto. Le dió ternura ver que Edgar aún estaba dormido.
De no ser porque en una hora ya debían ir a trabajar, tuvo que despertarlo.
Con mucho cuidado lo acarició desde su mejilla hasta su mentón, y después lo acarició desde su hombro hasta su cintura. Fue ahí cuando Edgar empezó a abrir los ojos.

-¡Buenos días, bonito! -saludó Fang.
Edgar se sentó en la cama y se quedó viendo fijamente su par de tenis que estaban en el piso.
-Buenos días... -dijo después.
Fang no podía dejar de sonreír, se le hacía extremadamente lindo al verlo vestido como Pikachu.
-Preparé el desayuno, pero... Supongo que antes querrás bañarte... ¿Te pondrás la ropa que trajiste o quieres que te preste? -preguntó Fang.
-Muchas gracias, pues... No sé si me vea bien con esa ropa que traje... -dijo Edgar.
-Lindo, tú podrías ir con esta misma pijama de Pikachu y te verías muy bien. -dijo Fang sonriendo. Edgar se apenó como siempre y sonrió.
Al final decidió ponerse la ropa que había llevado. Se levantó para dirigirse al baño, en donde Fang le dió un tierno beso antes de que él entrara.

Después, cuando Edgar salió ya recién bañado, se dirigió al comedor, en donde Fang estaba colocando las malteadas en unos vasos de vidrio.
-Espero que te guste el desayuno. -dijo Fang sonriendo.
-Ten por seguro que sí. -dijo Edgar sonriendo también.
Los dos se sentaron y comieron mientras platicaban una que otra cosa.
Edgar se sentía querido al fin. Agradeció nuevamente a Fang por la comida y el mayor no podía encontrarse mejor.

🎫 "Para el chico bueno" 🎁 FangxEdgar 💌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora