Nos separamos cuando el aire comienza a faltar, no por mucho, toma mi rostro entre sus manos y vuelve a prenderse de mis labios. No sé explicar lo que me recorre la espalda cuando gruñe en mi boca.
—Eres... tan adictiva— susurra haciendo que su aliento se mezcle con el mío.
—Anthony...— me callo cuando vuelve a besarme, enreda su lengua con la mía de forma tal que por un momento olvido lo que iba a decir. Ah cierto —no puedo.
—Shhhhh.
—Ya te lo dije— gruño cuando vuelve a besarme y muerde mi labio —. No quiero que...
—Zorra.
Quedo de piedra cuando miro a la puerta y veo a nada más y nada menos que Agatha.
Pero eso no es lo que causa el vuelco en mi estómago. Sino percatarme de lo brilloso de sus ojos antes de que se vaya a zancadas del lugar. No estoy segura del porqué puesto que no me agrada y es más que obvio que me odia, pero intento ir tras ella, solo que choco con Parker en el pasillo.
Al verlo me acuerdo que quería hablar conmigo y me maldigo mil veces por idiota.
Se suponía que iba a hablar con Anthony para dejarle claro que no quería que se ilusione y terminé dejando que me metiera la lengua en la garganta.
Menuda estupida.
Idiota.
—Oboro— tengo que subir un poco el rostro cuando me llama —, podrías...?
Miro hacia abajo cuando él lo hace y me doy cuenta que tengo su camisa entre mis manos, hechas puños. Lo suelto y tomo distancia sintiendo el rostro caliente de vergüenza.
—Lo siento.
—Descuida. Te estaba buscando, pero me doy cuenta que estabas... ocupada— mira detrás de mí e imagino que ahí está Anthony —, en algo más importante. Así que tendrá que ser después.
—Yo...
—Adiós— me interrumpe y pasa de mí yéndose por el pasillo.
Lo siento.
Cierro los ojos con una ligera punzada en la cabeza y me paso las manos por la cara queriendo borrar lo pendeja que soy.
Es que cada vez que hago algo bien SIEMPRE TENGO QUE JODERLO TODO.
Gruño fuerte agarrándome el cabello y tomo mis cosas antes de avanzar por el pasillo importándome poco si soy grosera al dejar a Anthony atrás, cosa que supongo no pasa porque escucho pasos tras de mí.
—Necesito café— la punzada en mi cabeza se acentúa cuando suena mi teléfono y veo quién es.
PENDEJO.
Joder, que me va a reventar el puto teléfono.
Cuando paso por recepción me encuentro con Anabel y al ver mi cara hace una mueca.
—Estás bien?— niego —Ya, lo imaginé. Iba a hablarte de algo pero mejor te escribo luego.
—Sí, mejor. Iba por un café aquí cerca.
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Al Fondo De Mi Alma |+21|
RomanceOboro Mendoza es una joven bailarina cuyo propósito en la vida es expresar con su cuerpo y alma aquello que atormenta su mente desde aquel día en que perdió a sus padres. Después de conocer a Andreas, su vida comenzará a ser una montaña rusa de suce...