Cap. 03: A ciegas.

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Miércoles, 18 de Mayo de 2022.

ANDREAS




El tiempo nublado y fresco se cierne sobre mí con nubes grises y blancas, parece que va a llover, pero no creo que pase. De igual manera, es agradable no tener que preocuparte por llegar sudado y acalorado para dar una clase que te hará sudar sobre una capa anterior de sudor.

Qué asco.

Miro todo a mi alrededor con la voz del vocalista de Imagine Dragons retumbando en mis oídos y pienso que Chicago no es tan horrible como lo recordaba.

El que se deba solo a dos cosas en específico me hace pensar.

Pero bueno, no voy a ahondar en eso ahora, quiero tener la mente despejada y tranquila para cuando comience la clase.

Hoy pienso sacarles hasta la última pizca de energía para ver cuánta resistencia tienen. Llevo un mes en Estados Unidos, tres semanas aquí en la ciudad, una en el estudio y debo admitir que aún no me he arrepentido de haber venido, tampoco me he llevado decepciones por parte del primer grupo al que le di clases cuando llegué.

Casi flaquean, pero se quedó en eso, un casi.

Pero dentro de ese grupo hay cinco en particular que tienen mi especial atención desde el primer día, lo cual podría ser algo extremadamente bueno o considerablemente malo.

Eso va a depender de ellos.

Ajeno a lo anterior, no he podido dar con el dónde o el cómo, mucho menos del porqué Oboro Mendoza se me hace tan familiar. Siento como si la conociera de todas las formas habidas y por haber pero el saber que no es cierto me crea una sensación de vértigo que me resulta difícil de entender e ignorar.

He tratado de indagar sobre ella pero ha sido en vano, no ha asistido ni participado en ningún festival, gala o evento lo suficientemente grande o importante como para que nuestro camino se cruzara.

Menos para hacerme sentir lo que siento cada que la mera imagen de ella aparece en mi mente, lo cual comienza a ser cada vez más seguido.

Aunque, quién podría culparme?

No es mi culpa que parezca una escultura tallada con rostro de porcelana y mirada... cautivadora.

No sé cómo describir lo que me ocurre cada que pienso, hablo o estoy cerca de ella; pero no me cabe duda de que de algún lado la conozco. Y soy lo suficientemente terco y persistente como para agotar los recursos que sean necesarios para quitarme la incomodidad que me genera tener la misma jodida pregunta en la cabeza.

Quién eres, Oboro Mendoza?

Porque algo es seguro, el hecho de que ninguna persona "importante" en este medio no sepa quién es ella o su nombre se le haga familiar aún así sea por mera coincidencia, es extraño.

Todo bailarín en algún momento de su vida artística toma un taller, capacitación, certificación, programa de formación o como mínimo, una competencia o audición. Y puede que trate de ocultarlo, pero con el nivel y técnica que tiene tuvo que estar en alguna antes de llegar aquí.

Y de que lo averiguo lo...

—Llegó temprano— una voz me saca de mis atiborrados pensamientos y es cuando me doy cuenta de que ya llegué al estudio. Bendita sea la memoria corporal y espacial que desarrollamos porque siendo otro termino caminando hasta terminar no sé dónde —, bastante a decir verdad.

—Buenos días...

—Annabel— completa con amabilidad sin dejar de organizar unas cuantas carpetas —. Había escuchado que es dedicado pero hay que ver las ganas que le debe echar para estar aquí antes de las 6:30a.m.

Al Fondo De Mi Alma |+21|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora