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—Cha-at— sollocé en sus brazos desgarradoramente aferrándome a él —Chat Noir— volví a repetir, sus manos acariciaron mi espalda delicadamente mientras empapaba su traje de mis espesas lágrimas —Chat, ayudame— sollocé esta vez en un murmullo y con mi respiración entrecortada, mi vista nublada me había impedido ver su rostro al verme de tal manera 

—Aquí estoy, no te preocupes— susurró abrazándome de manera bastante sutil, mis sollozos retumbaban en el balcón, sentía mis ojos hinchados y mi cara bastante caliente, mezclado con una enorme debilidad en mi cuerpo, el cual era sostenido por los brazos de Chat

—No puedo ma-as— dije en un intento fallido de contener mi llanto —Quiero desaparecer de este luga-ar— desee para caer desmayada.

—¿Qué?... ¿Que me pasó?— cuestione viendo a mi alrededor sin poder identificar en donde me encontraba 

—¡Marinette despertaste!— Exclamó alegremente mi madre, parpadee un par de veces, estaba en mi habitación 

—Estábamos preocupados ¿Que pensabas al salir sola de noche? No me quiero imaginar que hubiera pasado si Chat Noir no te hubiera encontrado— dijo preocupada tomando mi mano, el aire era pesado, me costaba respirar, mi pecho subía y bajaba, escuchaba mi corazón latir fuertemente y retumbando en mis oídos. Las caricias que mi madre me daba intentaban tranquilizarme, pero las imágenes y recuerdos de aquella tarde se hicieron presentes.

(...)

—Oh Marinette... Te daré una última oportunidad, o estás conmigo, o estás en mi contra— decía acorralándome en una esquina del baño —Tu decides— con el coraje recorriendo mis venas y la ira nublando mis pensamientos cambie de lugar con ella teniéndola ahora yo acorralada

—Escúchame bien Lila, no pienso estar contigo, ni mucho menos ser tu amiga ¿Y sabes por qué? Porque eres una mentirosa que no quiere si no atención, te aprovechas de mis amigos y te crees la gran cosa, pero no lo eres Lila, solo eres una farsa y yo misma me encargare de que mis amigos se alejen de ti, no merecen a una persona tan repugnante como tú— contesté completamente enojada, pero en ese momento me di cuenta de que ella estaba llorando, cuando hace unos momentos estaba sonriendo, así que me gire un tanto desconcertada y vi a Alya atrás de mi  —Alya no es lo que— ella solo se acercó y se llevó a Lila consigo, no reaccione en ese instante, pues me quede inmóvil en mi lugar 

—Vamos, tranquilízate, todo estará bien— escuche decir a Alya ya fuera del baño

(...)

Al final de esa tarde nadie me hablaba, Adrien había faltado a la escuela, así que la única persona que me creía no estaba ahí para mi, Alya se rehusó a sentarse conmigo al igual que el resto de mis compañeros, así que tuve que sentarme al final de la clase. Escuché decir a unos estudiantes que Lila no quiso avisarle a ningún docente porque a mi me dolería más que nadie me hablara, lastimosamente tenía razón... todo ese día estuve aguantándome las ganas de llorar, resignándome a el rechazo y no estar con mis amigos. Pero cuando entre a mi habitación y salí al balcón no pude contenerme más, mis pulmones se llenaron de aire y suspire pesadamente sintiendo las lágrimas resbalando por mis mejillas, me recosté en el barandal aguantando la respiración, pero cuando vi a Chat Noir llegar a mi balcón fue cuando reaccioné, cuando me di cuenta que solo me quedaba él, no tenía a nadie más fuera de mis padres que a él, así que me liberé y me desahogue como nunca lo hice en mi vida, quedándome tan pero tan débil que mi cuerpo solo era sostenido por sus brazos.

Mi madre no tenía idea de lo que había sucedido el día que me desmayé, pero no pensaba contarle nada al respecto. Esa noche Chat volvió, entro a mi habitación haciendo contacto visual y sentándose en mi cama, con mucho pesar me acerque a él sin mencionar palabra alguna, me recosté en su hombro lentamente, mi cabello suelto cubría un poco mi rostro, su brazo pasó por detrás de mi cintura acariciando tiernamente mis piernas, dejó su cabeza sobre la mía

—¿Cómo sigues preciosa?— preguntó sin moverse 

—Un poco mejor, gracias al desmayo mamá dijo que faltare una semana a la escuela— contesté manteniendo mi posición

 —Sabes que no me refiero a eso— dijo levantando mi mirada tomándome del mentón con su mano libre

—Lo sé... pero no sé como voy a hacer cuando regrese, ni siquiera he recibido algún mensaje de Adrien— respondí secando un par de lágrimas que escapaban

—Sabes que cuentas conmigo ¿no?— por primera vez en esos dos días sonreí, a pesar de que fuera pequeña al hacerlo sentí un poco de esperanza en mi 

—Lo sé mon amour, pero mis amigos no me hablan... no me dejan acercarme a ellos, y creo que Adrien tampoco me va a hablar— volví a recostarme en su hombro, sus caricias me tranquilizaba, me hacían sentir segura, rompían con la soledad que sentía 

—Pues eso no lo sabes ¿Él te a dicho algo?— cuestionó volviendo a dejar su cabeza sobre la mía 

—No... pero— fui interrumpida por Chat, quien había puesto su dedo índice en mis labios 

—Nada de negativismo, según como me contaste, él no cae fácilmente en las mentiras de Lila— dijo intentando animarme, pero la verdad es que sentía que sus palabras de aliento solo eran eso, para alentarme

 —Oh Chat... ¿Qué voy a hacer ahora? no t-tengo amigos, todos prefieren creerle a Lila— Mi voz entrecortada hacía que aguantara mis lágrimas, pero aquel dolor en el pecho no se iba, sentía que mi mundo se estaba desmoronando y que no podía hacer nada para pararlo 

—Se que dices la verdad, solo es cuestión de tiempo para que todo se arregle, y mientras tanto me tienes a mi, linda, yo creo en ti— lo abracé con todas mis fuerzas, sentí como me correspondió y como sus lágrimas mojaban mi pijama 

—Mientras yo esté contigo princesa, haré lo que sea para protegerte— prometió.

One-shots MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora