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—En serio, ven aquí— dijo Chat Noir desde la cama de la chica, extendiéndole sus brazos a Marinette indicando que lo abrazara

—No— respondió dándole la espalda, bajando las escaleras

—Por favor, dame un abrazo, princesa— pidió con una sonrisa aunque ella no la viera

—No— repitió sentándose en una de las sillas de su escritorio

—¿Pero, por qué?— preguntó sin borrar su sonrisa mientras la miraba

—Ya sabes porque— contestó sin verlo, el rubio rió al escuchar su respuesta. Ella no quería abrazarlo ya que le había robado un beso cuando le recibió el abrazo, y la azabache estaba enferma, así que no quería contagiarlo de su gripe

—Amor, ven— pidió sin levantarse de la cama

—Vuelve a insinuar que te abrace y te veto de mi habitación— dijo mientras hacía bosquejos en su cuaderno

—¿Entonces quieres que me quede callado?— preguntó con curiosidad

—No necesariamente— hizo una pausa y soltó un estornudo

—Que adorable te ves— halagó haciendo que la chica de un suspiro 

—Chat Noir, basta— siguió sin mirarlo

—No he insinuado nada— dijo levantándose silenciosamente de la cama

—Regresa a mi cama a menos de que quieras un golpe— advirtió, pero el chico solo se sintió enternecido

—Ambos sabemos que me quieres abrazar— mencionó bajando las escaleras rápidamente, ella se levantó de la silla no sin antes volver a estornudar

—Alejate— caminó hacia atrás extendiendo su mano

—Solo un abrazo, preciosa— pidió acercándose corriendo y ella alejándose a la vez, iniciando así un juego de las atrapadas

—¡Por favor no!— exclamó entre risas la azabache mientras corría por su habitación

—¿Tanto odias mis abrazos?— preguntó en un tono jocoso intentando acorralarla

—Me encantan, ese es el problema— respondió intentando escaparse

—Marinette solo quiero abrazarte, te prometo que no te voy a besar— alzó su mano derecha, entonces la chica se lo pensó

—Prometelo y te creo— él suspiró

—Lo prometo— dijo a lo que ella miró hacia atrás y vio como estaba cruzando los dedos

—Contigo no puedo— se cruzó de brazos mirándolo de manera curiosa, hasta que se convirtió en una de ternura y cariño

—¿Que pasa?— le preguntó al notar la sonrisa que se había formado en los labios de ella

—Es que yo si te quiero besar— respondió riendo de manera nerviosa.

Al final ella accedió abrazarlo, estaban tumbados en la cama de Marinette mientras veían una película

—Ni se te ocurra— advirtió la chica al sentir que su novio se movió

—Solo uno— pidió acariciándole la cintura

—No— dijo sin mirarlo

—Por favor— ella suspiró

—No— repitió cansada

—¿En la mejilla?— preguntó acercándose al rostro de ella, al no tener respuesta sonrió y le plantó un suave beso en la mejilla

—Cuidado con lo que haces— mencionó cuando se separó lentamente

—¿Que voy a hacer? ¿Esto?— así le robó un beso, que para sorpresa de él, ella correspondió

—El único— advirtió al separarse

—Con eso me quedo tranquilo por lo menos quince minutos— dijo sonriente

—Te quiero— murmuró escondiendo su rostro en el pecho del rubio

—¿A que se debe ese "Te quiero"?— preguntó con curiosidad

—A nada, solo quería decírtelo— respondió  sin moverse, él sonrió

—Yo también te quiero, princesa— susurró volviendo a prestar atención en la película.




Nota: Actualización para matar la inactividad... En serio lo siento.


One-shots MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora