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Esperaba con ansias la noche para volver a ver a Chat Noir, contaba cada minuto desde que salía de la panadería para poder hablar con él y me ponía nerviosa de cualquier cosa que podría suceder. La tonta sonrisa que tenía pasmada en mi rostro con solo pensar en Chat hacía que me reprimiera e intentara no pensar en él "¿Pero como no hacerlo?" me decía "Si es tan lindo y dulce" pero al momento de llegar la noche solo nos quedábamos viendo con una sonrisa, hablabamos tan poco pero se sentía tan bien su compañia, sabía que me gustaba Chat Noir, pero no sabía que estaba enamorada, suspiraba viendo sus fotografías en el ladyblog, pero no era como con Adrien, ¡el de verdad era muy dulce conmigo!, se preocupaba por mi, me decía cosas lindas... Y la verdad es que me hacía muy bien su compañía. A diferencia de Adrien, no estaba obsesionada con él, no tenía fotos de él por todo mi cuarto, ni lo tenía de fondo de pantalla, o me quedaba viéndolo de lejos, cuando veía sus fotos era cuando Alya actualizaba el ladyblog, mi día no giraba al rededor de Chat Noir, solo era parte de mis pensamientos, una muy linda parte de mis pensamientos...

—Hola princesa— Saludó como de costumbre, sonreí acercándome al barandal donde estaba posado 

—¿No planeas pasar Chat?— cuestioné apoyándome en el barandal 

—Si tanto insistes— entró por completo y esbozó una linda sonrisa, me miró directamente a los ojos a lo que agaché mi mirada, sentía mi cara arder

—Te prepare galletas con chispas— dije sentándome en una de las sillas del balcón, su cara brilló casi tanto como cuando le preparo croissants, son detalles que me gusta darle de vez en cuando, tomó una y yo veía cada movimiento que hacía, como saboreaba con deleite la galleta y como la estaba disfrutando

 —Te quedaron deliciosas Marinette— dijo, pero me miró de una manera repentina, me miraba fijamente, sus ojos estaban completamente dirigidos a los míos, incluso sentí como se acercaba un poco, pero la verdad pensé que era parte de mi imaginación.

Después de hablar un poco, terminamos viendo las estrellas, el sentado en el barandal y yo apoyado en este, nuestras manos rozaban colocándome nerviosa, pero escuche un >>Beep Beep<< indicando que tenía que irse, así que me aleje un poco mientras lo observaba 

—Se que tienes que irte— dije esbozando una pequeña sonrisa, él con un poco de pesar se acercó

 —Quisiera que no fuera así, disfruto estar contigo— confesó, sentí mi cara arder y mi corazón acelerarse 

—¿De verdad? y-yo también disfruto mucho estar contigo— mencioné nerviosa.

One-shots MarichatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora