☁︎Capítulo 04☁︎

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Hace dos años

El de gafas caminaba por los pasillos de aquel enorme edificio, había olvidado unas cosas en su oficina, así que se encaminó por ellas.

Pero en lo que iba caminando, escuchó varios pasos...como si hubiera alguien corriendo, algo extrañado siguió avanzando y al escuchar aquellos pasos cada vez más cerca, se ocultó en una habitación cualquiera y abrió un centímetro de la puerta para asomar uno de sus ojos.

Pudo apreciar a una figura al parecer...huyendo, y seguido de eso, dos figuras más altas persiguiendo al anterior, al principio creía que eran sus compañeros latinos, ya que acostumbraba a las tonterías que hacían ellos. Pero resultó que al oír una conocida voz, se dió cuenta que no eran ellos.

(Come back here you little rat!) ¡Vuelve aquí pequeña rata!

Esa voz la reconocería hasta en la luna. Era el inglés.

Aquel rufián del bando enemigo, ¿Qué estaba haciendo aquí? A pesar que ambos son europeos, estos no se llevaban para nada bien, al contrario, se detestaban por lo todo lo que el mayor le hizo pasar al alemán cuando joven.

Al comprobar que ese tipo y su acompañante se habían ido, continuó avanzando con la esperanza de largarse pronto, sentía un mal sabor de boca, y eso no era bueno, sentía que algo andaba mal.

Y claro que fue así.

A medida que iban caminando, observó una puerta entre abierta, la luz seguía encendida, pero eso no fue lo que lo alarmó...más bien fue la sangre que iba saliendo de aquella puerta, como una corriente de un río.

Intrigado y preocupado abrió la puerta completamente para solo encontrarse...un cuerpo agonizante en el suelo.

— ¿¡Mein liebe!?...—al reconocer quien era, se acercó rápidamente para revisarlo.

A pesar de todos los golpes que tenía en el cuerpo, permanecía con una herida de bala en el estómago, que lo tenía con un charco de sangre bajo de él, ya estaba perdiendo demasiado de ese líquido carmín...

A-alemania...—el chileno apenas pudo pronunciar su nombre.

(Was zum... Wer hat dir das angetan?) Que...¿Quién te hizo esto?—con suma delicadeza lo acomodó en sus piernas sin importarle lo manchado que estaba quedando.

Eso...y-ya no importa, d-deben detenerlos...—respondió sintiendo el calor que le proporcionaba su contrario. El último afecto que le daría.

(Ich bringe dich zur Hilfe, halte noch ein bisschen durch.) Te llevaré con ayuda, resiste un poco...—intentó levantarlo, pero tuvo que detenerse al escuchar un fuerte quejido del contrario. No podía moverse.

Ya no p-puedes hacer nada por mí...solo, detengan a UK y España, e-ellos traman a-algo...—comentó, mencionando el nombre de sus agresores.

(Bitte Chile...) Por favor Chile...—sin tardar comenzó a derramar lágrimas, lo desesperaba el no poder ayudarlo.

El chileno levantó su mano ensangrentada y acarició levemente la mejilla del tricolor, manchando esta, pero a ninguno le importó.

Ich liebe dich Ale...—susurró dándole la última sonrisa, para luego cerrar sus ojos, y no volverlos a abrir.

ミ☆🄵🄰🅃🄷🄴🅁🅂☁︎ミ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora