diez

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Hyunjin se quedó mirando en shock mientras Ryujin se alejaba.

¿Cómo podía ella pensar algo así?

Minho era su amigo, no podría si quiera intentar seducirlo.

Recordó como Minho lo había mirado en el laberinto y el brillo en sus ojos hace solo unos minutos... No.
Era un hombre prometido. Minho no pensaría en besar a nadie más que a su despampanante prometida, mucho menos a Hyunjin.

Aunque tal vez el mayor había tenido algo de curiosidad por besar a otra persona precisamente porque se iba a casar en breve.

Debía dejar de pensar tanto, probablemente el mayor solo iba a besarlo en la mejilla, en la punta de la nariz o en la frente. Seguro que no lo iba a besar de verdad, si lo hubiera hecho, todo se habría complicado, su amistad se habría visto seriamente dañada y su amistad significaba demasiado como para permitir que aquello sucediera.
Hyunjin no dejó de pensar en eso hasta el lunes por la mañana cuando llegó a trabajar con ojeras.

-Pareces un cadáver - Yeji lo miró con gracia desde el sillón.

-¿Te hiciste daño? - Hyuna lo miró con pena.

-Estoy bien, solo estoy un poco magullado - se acercó al café.

-¿Quedaste en ridículo frente a Ryujin? - se burló Yeji.

-Más o menos. Se puso desagradable cuando vió lo mal que patinaba y yo recé para que Minho se diera cuenta, pero no fue así - admitió desplomándose en el sofá - Min va a estar fuera una semana y nadie puede hacer que Ryujin parezca una mala persona

-Mamá podría - dijo la menor de forma distraída mientras se ocupaba de unas cajas - Ella sí que es capaz de sacar a cualquiera de sus casillas.

-¡Yeji! - la regañó Hyuna

-¿Qué has dicho? -preguntó Hyunjin.

-Ambos saben que es verdad.

Minho y Ryujin cenando en casa de mamá... Podría funcionar.

-Si mamá no consigue acabar con ella, lo hará Jinyoung.

-¡Yeji! No hables del marido de mamá así.

-¿Por qué no? Cuando se casaron, hasta tú dijiste que era tan soso como una papa hervida.

-Es un poco simple, sí, pero eso no es excusa para no respetarlo

Hyunjin se imaginó la escena y sonrió. Su madre parecía una mujer agradable, pero cuando alguien no le caía bien no tenia piedad.

- En cuanto Minho vuelva de viaje, le voy a decir a mamá que los invite a cenar - sonrió Hyunjin sintiéndose esperanzado.

-Esto no me da buena espina - insistió Hyuna.

Muy a su pesar Hyunjin reconoció que no las tenía todas consigo. Hasta aquel momento, no había conseguido desenmascarar a Ryujin. Si aquel plan fallaba, no iba a tener mucho tiempo para idear otro...

•••

Jihyo había conocido a Park Jinyoung en un club de jardinería justo después de divorciarse del padre de Hyunjin.
Se habían casado unos años después y se habían ido a vivir a casa de él. Se trataba de un edificio de los años setenta en el que todo era verde. A Hyunjin nunca le había gustado demasiado ni el ni su casa... hasta aquella noche.

- El aguacate me está dando problemas - comentó Jinyoung con su voz nasal - Los hongos se lo están comiendo vivo, así que le di pesticida y le fue bien, pero le han salido unas manchas marrones en las hojas que me tienen preocupado - añadió mirando a Ryujin - Me temo que son terriblemente difíciles de quitar. Solo se puede hacer con cobre, pero claro...

Trampa de amor | HYUNHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora