siete

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Hyunjin se alegró cuando llegaron al almacén.

Fue de mesa en mesa. Mientras un empleado buscaba el pedido de Hyuna

De repente, se dió cuenta de que Minho lo miraba con cara rara.

-¿Qué pasa? - preguntó dándole un empujoncito en el hombro.

-Nada - contesto él con una sonrisa - Me estaba acordando de cuando fuimos al baile de graduación.

Hyunjin también se acordaba, era su último año de colegio y acababa de romper con su novio del momento. Así que le pidió a Minho que lo acompañara.

-Recuerdo que te tocaba salir de trabajar tarde, así que pasé a buscarte a la tienda, pero olvidaste el cinturón, así que te pusiste una tela por encima y te la ataste - sonrió el mayor.

-Sí, me acuerdo - rió Hyunjin - El pantalón me quedaba gigante y la tela se te enganchaba todo el rato en la hebilla del cinturón mientras bailabamos.

Entre risas Hyunjin se había disculpado toda la noche, pero a Minho no parecía importarle demasiado.

-Me parece increible que te acuerdes.

-Claro que me acuerdo - le aseguró Minho - ¿Cómo no me iba a acordar si me pase toda la noche preguntándome qué pasaria si te hubiera deshecho el nudo que tenías sobre la cadera?

-Te habría matado, eso es lo que hubiese pasado - rió Hyunjin - Si lo deshacias hubiese quedado en ropa interior.

-Hmmm - sonrió Minho

Hyunjin lo miró y vio que estaba acariciando un rollo de seda, inmediatamente recordó cómo habían bailando, cómo Minho le había puesto la mano en la espalda. Le había gustado aquella sensación.

Sonrojado, aparto la mirada.

«Fue inocente» se dijo.

-Vamos.

El empleado los ayudo a cargar la furgoneta y media hora después iban de vuelta.

Durante el trayecto, Minho permaneció en silencio y Hyunjin estaba demasiado ocupado con su mente como para darle conversación así que encendió la radio.

No podía dejar de pensar en lo que había dicho de deshacer el nudo, le pareció curiosa la forma en que los ojos del mayor se habían oscurecido.

Debían ser imaginaciones suyas. Conocía a Minho y sabía que jamás pensaría en tener nada sexual con él.

Minho estaba comprometido y obviamente, con la única persona con la que tenía pensamientos eróticos era con Ryujin.

-¿Qué tal estarán las chicas? - preguntó Hyunjin mientras aparcaban junto a la tienda de su hermana - Espero que Ryujin no se haya enfadado un poco por dejarla sola.

«O un mucho, con un poco de suerte»

-Seguro que está bien - contestó Minho mientras cruzaba la calle - Además, tiene a Hyuna y a Yeji para ayudarla.

«Si no se han matado ya»

A Hyuna se le daban bien las clientas difíciles, pero su paciencia tenía un limite y Yeji tenía la "sana" costumbre de decir siempre lo que pensaba.

Con un poco de suerte, estarían peleando. Así, Minho podría ver a Ryujin en vivo y en directo y comprobar cómo era en realidad.

Al llegar a la puerta, se detuvo un momento, esperando oir gritos.

-¿Qué haces? - le preguntó Minho

-¿Eh? Nada - abrió la puerta.

Las tres mujeres estaban sentadas en el sofá muy sonrientes.

Trampa de amor | HYUNHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora