Capitulo III

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Narra T/N:
Me desperté en medio de la madrugada por culpa de un mal sueño, en el me estaba enfrentando a una mujer que parecía de una tierra lejana, yo salía perdiendo y ella me encerró en un sitio donde hacía mucho frío.

Me incorporé después de un intento fallido de reconciliar el sueño, me puse algo de abrigo y salí de mi habitación, si mal no recuerdo esta posada tenía una terraza así que decidí investigar.

Después de dar un par de vueltas a la planta donde me encontraba me encontré con unas escaleras que a mi parecer llevaban a la siguiente planta, era de madrugada y nadie estaba despierto así que nadie me podría regañar si me metía en sitios que no debía.

Subí aquellas escaleras y llegué a una terraza muy amplia, todo se veía hermoso desde allí arriba, por alguna razón me sentía tranquila al estar a tanta altura, cada vez tenía más dudas sobre quien era, todo era muy confuso, tenía la sensación de haber vivido por siglos pero tan solo era una mortal, ¿No?

Decidí sentarme un rato cerca de la barandilla, mi pierna aún dolía y tampoco quería forzarla, de repente sentí una suave corriente de viento detrás mía, me giré a ver si había alguien pero nada.

T/N: ¿Hay alguien ahí?

Silencio, nadie respondió, tal vez el cansancio me estaba pasando factura y tan solo era imaginaciones mías...

Pasó el tiempo y el sueño se acabó apoderando de mi, sin darme cuenta me quedé dormida en aquella terraza.

Al día siguiente:
Desperté por los rayos de sol que empezaban a salir por el orizonte, por alguna extraña razón no me dolía el cuello pero lo más extraño era que no estaba en el mismo sitio donde supuestamente me había quedado dormida, ¿Que estaba pasando? Me incorporé sin darle mucha importancia al asunto, tal vez ayer estaba tan cansada que me cambié de sitio para estar más cómoda y ni me di cuenta.

Baje a la primera planta para hablar con Verr, debía buscar algo que me generara algún ingreso de mora, no podía mantenerme con el saquito que tenía.

Verr: Buenos días, ¿Que tal ha sido su estancia?

T/N: Bueno días, muy bien, muchas gracias por su hospitalidad.

Verr: Es la especialidad de la Posada Wangshu. - Dijo ella con una sonrisa.

T/N: ¿Puedo hacerle una pregunta?

Verr: Por supuesto.

T/N: ¿Sabe donde podría conseguir un trabajo?

Verr: Aquí en la posada nos hacen falta aventureros la verdad, cada vez lo campamentos de hilichurls avanzan más rápido y necesitamos mantenerlos a raya.

T/N: Pues puede contar conmigo. - dije con una sonrisa.

Verr: Bien pues, vaya a esta dirección, cuando termine le tendré algo de mora como recompensa, pero tenga cuidado, por alguna razón se han estado volviendo más violentos de lo normal, la gente dice que un aura oscura emana de ellos.

T/N: Esta bien, muchas gracias.

Salí de la posada en dirección hacia donde Verr me había indicado, no se cuanto mora acabaría recibiendo pero era un buen comienzo. El camino fue bastante tranquilo pero a mitad de este me di cuenta que no tenía ningún arma con la que defenderme, debía buscar una pero donde.

Continué andando mientras buscaba algún sitio donde encontrar un arma, no muy lejos de donde estaba vi un cofre con una especie de bolas color rojo, me acerqué para ver si podía recoger el cofre sin llamar su atención pero este estaba sellado así que no me toco otra más que enfrentarme a aquellas bolas raras.

Después de una ardua batalla logré derrotarlas, salí con un par de quemaduras y rasguños pero valió la pena, al fin podía recolectar aquel cofre...

Cuando lo abrí encontré un arco medio roto, 50 de mora y una flor que parecía un artefacto pero estaba muy deteriorada... ¿¡Pero que timo era este!? Poco más y me dejó la vida para conseguir esta cosa... pero bueno, mejor que nada era supongo.

Continué mi camino hacia el campamento, si me costó tanto derrotar a aquellas bolas no quería saber lo que me costaría derrotar a aquellos bichos, por un segundo pensé en volver pero ya había recorrido mucho camino y ahora no podía rendirme.

Cuando llegué decidí observar a los enemigos, logré contar 8, eran demasiados pero debía intentarlo. Cuando estaba estudiando su comportamiento para saber cómo atacarlos sentí una corriente fría en mi cadera, abrí mi bolsita para ver de que se trataba y vi aquel objeto azul celeste, ya lo había visto antes pero no le había dado importancia, ¿Por que estaba brillando ahora?

Después de un rato observándolos decidí atacar desde la distancia pero me vieron muy rápido, intenté esquivar sus ataques pero eran muy rápidos, me llevé muchos golpes, ¿Como podía ser tan torpe? Seguí intentando atacarles pero me fue imposible, tenía muchas heridas y parecía estar perdiendo mucha sangre, de la nada volví a sentir la misma corriente de aire que anoche pero no logré vislumbrar quien era ya que mi cabeza volvió a doler, pero esta vez era peor, el dolor era muy fuerte, sentía que me iba a explotar, como pude intenté apoyarme en árbol para no caerme pero me desmayé antes de alcanzarlo...

꧁𝕄𝕚 𝕢𝕦𝕖𝕣𝕚𝕕𝕒 𝕘𝕦𝕖𝕣𝕣𝕖𝕣𝕒꧂ Xiao x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora