Collins salió para Rosings en cuanto vio que el carruaje de los Bingley entraba en la finca.
Elizabeth les había informado a todos que Jane y Bingley llegarían pronto, por lo mismo había desechado la idea de salir a caminar para así esperar a su hermana, y no enterarse tarde.
No pasó ni media hora cuando Mr. Collins regresó, acompañado de la pareja y Mr. Darcy. Elizabeth advirtió que hasta ahora nunca había tenido la ocasión de observar a aquellos tres caballeros juntos, fue una escena de lo más cómica, Collins no tenía el porte que los otros sí.
Se hicieron las habituales reverencias y saludos. Jane y Bingley sonreían sin parar e incluso contagiaban al ambiente. Ambos relataron su viaje por Inglaterra, y agradecieron la invitación de Darcy a Rosings.
— Estoy seguro, de que de no haber estado Elizabeth aquí, no habríamos aceptado tu invitación Darcy. Mi querida Jane es tan cercana a ella que no toleraría la idea de una larga separación —comentó Bingley mientras miraba a su hermana.
— Se lo debo agradecer entonces a la señorita Elizabeth.
Darcy miro a Lizzy y le lanzo una sonrisa. La plática duró así por otra hora, luego los caballeros decidieron hacer un recorrido por la finca y así podrían dejar a las damas hablando de temas en los que ellos no podían opinar.
Charlotte y Maria dejaron a las otras hermanas solas, para que hablaran plenamente de temas que no se sentirían en libertad de compartir con otros.
Jane le dijo a Elizabeth lo sorprendente que le pareció Lady Catherine, como primera impresión.
— ¡Oh! me aterró, al ver como trató al pobre de Mr. Collins, por no haberlas llevado a ustedes con él. Me sentí muy mal por él — comentó.
— Estoy segura que no le ha importado, créeme Jane para Mr. Collins el que Lady Catherine le dirija la palabra ya es todo un honor.
— Espero que tengas razón, el pobre parecía tan desecho, ¡Oh!, y con los caballeros no le fue mejor, mi querido y Mr. Darcy estaban muy ocupados hablando entre ellos como para prestarle atención. ¡Oh, Lizzy! Quiero mucho a Charlotte y no desearía que a Mr. Collins lo traten tan mal.
Elizabeth le aseguró a Jane que su primo era muy bien tratado en Rosings, y que si fue esa su primera impresión no era culpa más que de una mala suerte. Su conversación se centro en la familia de Rosings, Jane solo conoció a Lady Catherine por lo que Elizabeth le describió a las otras, continuaron hablando sobre la anfitriona, Lizzy no tuvo ninguna opinión buena de ella pero Jane constantemente le decía que no podría ser tan mala, aunque Elizabeth si lo creía, dejó que su hermana se formara su propia opinión, de Lady Catherine.
Hablaron de todo lo que se les ocurrió. Jane sacó el tema que deseaba, desde el momento que vio en tan mal estado a su hermana.
— Lizzy querida, pareces tan desdichada.
— Creo que es el amor el que me mantiene así.
— ¡Oh Elizabeth! te repito que deseo que tu seas tan feliz como yo.
— Jane, si supieras lo que me abruma sentirías tanta pena por mí. Se que mi oportunidad de ser feliz ha pasado definitivamente.
— ¡Oh Lizzy! No puedes decir eso. Cuéntame que te aqueja
— Aunque deseo contártelo Jane te ruego que no insistas, pues me sería muy doloroso decírtelo.
Jane no insistió, pero se acerco a su hermana para confortarla, cuando hubo estado mejor decidió cambiar de conversación, aunque enserio deseaba saber quién era la causa del dolor de su hermana.
Cuando llegaron los caballeros, Jane tuvo que retirarse para prepararse para la cena. Lady Catherine había extendido una nueva invitación para que todos asistieran.
Cuando todos se hubieron despedido y dirigido a sus respectivas habitaciones a cambiarse, Elizabeth notó que su sentimiento de tristeza era eclipsado por la alegría de ver a su hermana, tanto que no le importaba tener que pasar toda la noche soportando la mirada indiscreta de Lady Catherine.
Elizabeth fue testigo de cómo Darcy le cedió la cabecera a Bingley esté se negó, mantuvieron una discusión, la joven notó como Collins parecía desear que se le diera tal asiento, sin embargo los caballeros no lo consideraron, Bingley termino cediendo y tomo el lugar.
Lizzy se sentó junto a su hermana por lo que no le resulto nada incomodo, era placentero poder hablar con Jane nuevamente, no hablaron de lo que en verdad les interesaba ya que no deseaban que alguien en la mesa los pudiese escuchar.
Al término de la cena pasaron a jugar, esta vez solo una mesa de juego fue colocada, solo Lady Catherine se mostró firme en el deseo de jugar, por lo que los Collins y la señorita Lucas se vieron obligados a jugar con ella.
Elizabeth se acercó a hablar con los Bingley, se sorprendió al ver que Darcy la imitaba, Lady Anne estaba al lado de Mrs. Jenkinson, todos hablaron y en un momento los caballeros se centraron en su propia conversación, eso obligó a las damas apartarse para no interferir.
Lizzy deseaba escuchar la conversación que Darcy y Bingley mantenían, por lo cual se posiciono lo más cerca que pudo, sin que lo advirtiese nadie.
— Darcy tienes que casarte. Estoy seguro que encontraras en el matrimonio una felicidad inmensa como yo lo he hecho, con mi querida Jane.
El caballero en un primer momento no contestó, hasta que hubo meditado lo suficiente su respuesta, para que Bingley no observara el pesar que le causaban aquellas palabras.
— No considero casarme hasta encontrar una mujer que cumpla con mis expectativas.
— ¡Vamos Darcy! ¿Nunca has encontrado una mujer que desees tanto como para querer pasar toda tu vida a su lado?
Elizabeth no pudo escuchar la contestación del caballero pero creyó ver que asentía, lo cual supuso que se refería a Lady Anne.
Cuando Lady Catherine se aburrió ordenó que quitaran la mesa de juego y luego se sentó junto a su hija.
La plática fue amena la dama de Rosings hizo la observación de que deseaba ofrecer un baile en honor a los Bingley.
— ¡Oh! Lady Catherine ¡Eso sería todo un honor! —comentó Jane, que se encontraba verdaderamente complacida por su anfitriona.
Lady Catherine se mostró complacida por la reacción que causo en todos los presentes y continúo enumerando las ventajas del baile aunque perdió la atención de la mayoría por lo cual cambio de tema.
— Mr. Bingley he confesarle que me sorprendió bastante la noticia de su boda, ¡Más aún el saber con quién se casó!
La dama continuó diciendo que si no se arrepentía de tal decisión.
Bingley se mostró sorprendido pero le aclaró a la dama que era tan feliz con su decisión que nunca la cambiaria. Otras preguntas fueron hechas por Lady Catherine, la última era de la especial atención de la dama y es que lo cuestionó si no le importaba la cuna inferior de Jane.
— ¡Por supuesto que no!
Bingley le dijo que lo único que le importaba era que Jane lo amase, con eso se agotó el tema. De la velada no hubo más que se pudiera resaltar todos se encontraban hablando plácidamente a excepción de Lady Anne de Bourgh quien junto a su madre parecían muy molestas por el hecho de que Darcy no se acercó a la joven y en su lugar mantenía una larga charla con sus viejos amigos, le lanzaban miradas indiscretas aunque el caballero parecía tan a gusto que no las notó.
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Sombra de amor
Historical FictionLady Catherine decidida a que Darcy se case con su hija le miente a este asegurándole que a conseguido un promesa de Elizabeth en la que la joven le dijo que jamás aceptaría casarse con Mr. Darcy. Por lo tanto Darcy decide alejarse de Elizabeth resp...