Las luces de las calles encendidas, pero las de las casas apagadas, el frío instalado en el aire y la oscuridad invadiendo mis ojos levemente.
Una suave brisa y luego una suave lluvia, con el corazón en la boca y el cabello todavía rubio oscuro.
No me dolían los pies, había intentado parar pero si lo hacia empezaban a dolerme, era algo tan confuso en mi mente. Probablemente Charles si me conoce ¿y que mierdas voy a hacer si va por Thomas enserio?.
Decido aceptar el dolor y paro, miro la hora y decido que es hora de volver a casa.
Giro la llave y entro, todo está oscuro y tal como lo dejé.
Escucho unos pasos por la escalera y me inclino para ver a Thomas bajando con una expresión fría en el rostro.
Y nuestra salida viene a mi mente. Me giro dándole la espalda y muerdo mi labio inferior.
-¿En donde estabas?- los pasos se detienen cuando el pregunta
-Emm ¿Yo?
-¿Quien más?- Responde demasiado frío.
Me doy la vuelta y el me mira de pies a cabeza.
-Caminando
-¿Ah si?- pregunta ahora con diversión
-Si- aseguro
-¿Y con quién?
Desvío la mirada hacia el suelo.
-Sola- miento
-Ahh... Oye... Y.. ¿No se te olvido nada?- pregunta sarcásticamente
Ahora mismo mis piernas tiemblan.
-¿A mi?
-¡A QUIEN MÁS!- Grita y se acerca a mi
Doy dos pasos hacia atrás y no quito la mirada del suelo.
-¿Que... Que pasa contigo?
Me quedo en silencio
-¿Tienes miedo? ¿De mi?- Pregunta indignado
Tampoco respondo.
-Solo eso me faltaba- Dice groseramente antes de darse la vuelta y subir enojado las escaleras.
Me tiro en el sofá y decido que dormiré aquí. Ni siquiera quiero verle después de lo que le hice.
La noche se me hace eterna... Como todos los días que paso en Los Ángeles. Parece que todo seguirá igual, Sam en mi mente, Lou acosandome, yo defraudando a Thom y con la mente en Louis.
Mi corazón se encoge y una vez más comienzo a preguntarme como hubiera sido mi vida diferente.
Y no duermo. Cuando el sol sale por la ventana, me levanto y hago una taza de café bien cargada y luego subo a la habitación pero Thomas no está allí, el no pudo haber salido porque yo estuve despierta todo el tiempo.
La puerta del baño se cierra y entonces yo me apresuro a entrar al otro para cambiarme. Me pongo un vestido negro y unos botines bajos blancos, tomo una chaqueta de cuero y arreglo mi bolso para luego lavarme los dientes y salir, sin maquillaje ni nada.
Estoy decidida, cambiaré el color de mi cabello e iré por ese tal Charles. Estiro mi mano y el taxi para y lo guió hasta el centro comercial. Lo primero que hago es comerme unos Donuts y otro café para evitar quedarme dormida y luego voy a la estética.
A estas horas de la mañana no hay nadie así que me hacen sentar.
-¿Que quiere hacerse?- me pregunta la mujer de cabellos rojizos.
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