¡Una sorpresa!

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Día tras día voy al hospital a ver a mi padre. Cada día esta más apagado, poco a poco esta perdiendo sus fuerzas.

Es triste ver cómo una persona se va desvaneciendo frente tuyo , y más cuando ya no puedes hacer nada. Conversó con él, le cuento de mi vida y mis planes, él solo sonríe, su voz esta tan débil que casi no logró escucharlo.

Dentro de tres día  tendré los exámenes para aplicar a la Universidad.  Estoy muy emocionada, y me siento mal por ello. Después de volver a encontrar a mi padre es duro volverlo a perder  y eso es algo muy duro de superar.

Laura no se separa de mí, no me deja sola, le prometió a Marcos que me cuidaría y estaría al pendiente de mi. Después de un largo día me deja en casa.

-—Gracias amiga.

-—Jazmín, somos como hermanas lo que a ti te duele a mi también— pone su mano en mi hombro brindándome apoyo.

-—Lo se y te lo agradezco.

-—No había querido decirte nada, pero tienes una sorpresa en casa— hace el intento por sonreír

-—¡Una sorpresa!— respondo intrigada.

-—Bueno más bien una visita.

-—¿Quién? .

-—Le prometí que no te diría— y sella sus labios imitando un cierre.

Así que bajo lo más rápido que puedo. Marcos vino a verme. Abro desesperada la puerta de la casa y entró directo a la sala, mi madre esta sentada conversando con un chico, este se vira cuando me ve llegar.

—-¡Alex!... -—no se porque pero me lanzo y lo abrazó, él siempre me ha dado la fuerza que necesito.

-—Hola.... -—me abraza tan fuerte que siento que me deja sin aire.

-—Cuando llegastes— le digo sin soltarlo. Todavía no creo que esté aquí.

-—Hace un rato.

-—¿Dónde te vas a quedar? .

-—En un hotel serca de aquí.

—- ¡No!, aquí hay un cuarto vacío que nadie usa.¡ Mamá!— le dirijo una mirada en busca de su apoyo.

Mi madre me mira extraña, pero sabe que Álex y yo somos muy buenos amigos.

-—Claro hija, por mi no hay problema.

-—Viste, todo resuelto.

—-Jazmín, no quiero causar problemas— responde apenado.

—-No vas a causar nada, ¿Cuánto piensas quedarte?.

-—Solo un par de días, tus abuelos tienen mucho trabajo y necesitan mi ayuda.

—- Esta bien. Ahora vamos para que te instales.

Llevo a Alex a su habitación, no es tan grande como las demás, pero por lo menos estará cómodo. Imposible dejar a mi amigo pasar trabajo y solo en un hotel, sabra  dios dónde.

—-Cuando estés listos, me buscas para conversar -— le digo esto y voy a la sala con mi madre.

-—Hija disculpa, no es que este en contra que el chico se quede aquí, pero y Marcos.

-—Mamá, Alex es solo un amigo, un muy buen amigo. Marcos lo sabe y esto no va a causar problemas— sonrió. Me siento feliz, después de tantos días grises, Alex es como un rayo de luz que viene a iluminar mi día.

-—Te voy a decir algo, entre un hombre y una mujer no existe la amistad, ¿ y sabes por qué? — me dice  sería.

-—No.

Perdóname Donde viven las historias. Descúbrelo ahora