Capitulo 4:El sapo

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Al día siguiente, cuando fue hora de presentarlos trabajos, Cinnia y su melliza fueron juntas, ya que sus maquetas en cierta forma se complementaban. 

-Expliquen sus maquetas. 

Exigió la profesora.

 Bueno, en nuestra ciudad futura los edificios pueden rotar, como en mi maqueta. 

Explico Cinnia.  

-Y cargarse con energía solar como en la mía. 

Termino Laura a la vez que ambas abrían sus maquetas. La profesora se acercó a ver y desprendió un fuerte grito de terror. Las chicas se inclinaron a ver que pasaba, entonces los vieron dos grandes sapos dentro de sus maquetas. 

-AAHHHH! 

 Grito Cinnia mientras tomaba a su hermana por la muñeca para retroceder tomando la mayor distancia posible con los sapos. 

-Arreguis se van inmediatamente a dirección. 

Dijo la profesora a la vez que uno de los sapos saltaba hacia las chicas. Los gritos de la profesora y las chicas se mezclaban, por su lado la profesora pedía que algún sacara al sapo, Laura intentaba calmara a Cinnia mientras que esta estaba aterrada por viscoso animal. Francisco fue el que actuó, tomo un sapo en cada mano y los liberó en el patio. Las hermanas fueron enviadas a la oficina de Dunoff, donde se les pusieron un parte de amonestaciones a cada una. Para Cinnia no era algo fuera de lo común, así que lo firmo sin problema, Mientras que para Laura era la primera vez que firmaba amonestaciones. 

Tiempo después en la clase de matemática, las hermanas y marcos fueron felicitados por entregar los ejercicios perfectos, por lo mismo fueron designados para responder preguntas que tuviesen otros estudiantes. El intelecto de Cinnia era increíble, ya que había pasado gran parte sé su infancia en hospitales leyendo. 

Por su parte, Francisco y Lola estaban hablando. 

-Viste lo que les ha pasado a Laura y Cinnia una lástima, ¿no? 

Pregunto el primero 

-¿De qué me estás hablando? 

Pregunto la chica. 

-Empezaron a salir sapos de las maquetas, las llevaron a la dirección y encima les pusieron amonestaciones. Parece que a Cinnia no le gustan los sapos. 

-Así que pusieron sapos en las maquetas, mira vos, yo no sabía que las sabelotodo eran tan atrevidas. 

-Ellas dicen que no tienen nada que ver y por el miedo de Cinnia yo les creo. Y sabes que también creo que fuiste vos. Te vi a vos y a tu amiguita al lado de las maquetas. 

-Eso lo único que prueba es que estuve al lado de las maquetas de mis hermanas nada más. 

-¿Hermanas? ¿Vos ,Cinnia y Laura hermanas? 

-No me digas que no te diste cuenta, ¿vos sabés que todo el mundo dice que somos tres gotitas de agua? 

-Mira como sea yo no voy a decir nada por qué no soy un buchón, pero vos solita vas a ir y vas a decir la verdad. ¿Mira no piensas que se te fue un poco la mano? 

Dijo el chico poniendo su mano sobre el hombro de la chica de una forma comprensiva. La chica miro a su alrededor y al ver al preceptor empezó a gritar. 

-Ayyyy me duele, soltame por favor. 

Por los gritos y movimientos de la chica el preceptor Blas se acercó. 

-ay menos mal muchas gracias. 

-¿Qué paso acá?  

Pregunto.

-No, no sé que paso el vino y me pidió de salir y como le dije que no me empezó a apretar el hombro.  

-Parece que tiene mucha energía acumulada y yo sé cómo calmarlo ¿sabe? 

 El preceptor hizo que francisco hiciera 150 flexiones de brazo en el patio. Unas horas después, Marizza consiguió no ir al capo de deportes. Por su parte en el campo, Cinnia vio en un momento a su amiga Feli sentada algo triste y hablando con Francisco, algo hizo que ella tenga qué ir a interrumpirlos. 

-Feli te estaba buscando, vamos que las chicas nos deben estar esperando. 

Dijo la de cabello rizado interrumpiendo la conversación.

-No anda vos, a mí no meda el físico 

-A mí menos así que vamos las dos Feli.

Si bien al principio Cinnia quería separar a los chicos ahora solo quería ayudar a su amiga 

-Si, pero lo tuyo es diferente es médico lo mío es que soy una gorda asquerosa. 

-No digas eso Feli, bajo ese razonamiento yo soy una enferma asquerosa vamos y no aceptó un no. 

-Bueno, vamos.

Dijo la otra chica. 

Cinnia salió corriendo y gritando.

-¡Atrápame si podes!

 Dejando solo al chico que cada vez tenía más curiosidad por la chica de pelo rizado.

Polos opuestos(Francisco Blanco) pausada indefinidamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora