Capítulo 03

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Sola en mi habitación, mientras las lágrimas caen lentamente, la lluvia sigue, y yo me encuentro aquí culpandome a mi una y otra vez.

—Deberías bajar a comer—dice mi hermana mayor.

—Rubí, no tengo hambre—le digo limpiando mis lágrimas.

—Rosie, deja de llorar. Las adversidades se enfrentan de pie, no quiero minimizar lo que te sucede, y no lo haría, pero tengo razón cuando te digo que el estar bien depende de uno mismo—me dice—. Quieres estar bien físicamente, también lo debes de estar mentalmente. Lo que muchas personas ignoran es que tanto la salud mental como la física dependen una de la otra, si no hay una de ellas fallara la otra.

La observo y bajo la mirada, muerdo mi labio inferior y ella toma mi mano.

—Rosie, eres mi hermanita menor y quiero protegerte de todo lo malo, lamentablemente no pude hacerlo ese día, y me dolió no ir contigo. Pero puedo ayudarte ahora, darte apoyo y hacerte saber que no estas sola—me acaricia la mejilla—, vamos a comer ¿si?

Asiento y me levanto, bajo atrás de ella. Lo primero que veo al bajar es a Boo comiendo, a mi hermano sirviendo arroz chino, sonrió automáticamente por que ellos quieren verme feliz y yo tengo muchos pensamientos caóticos; Boo viene y se me tira encima haciendo que caiga en el piso, ella lame toda mi cara y yo río.

—Boo, ya—la apartó con delicadeza.

Me levanto y me siento en el sofá grande, me pongo en posición de indio y observo a mi hermano quién me da el plato, y una cuchara con mi respectivo alimentó, Rowan se queda en el suelo, Rubí a mi lado mientras vemos una película de Spider-Man.

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Término de atar la coleta, tomó mi mochila y bajo para salir de casa. Llegó a mi salón, ya hay unos cuantos compañeros de clase, voy a mi lugar, me siento , justo ahí entra Max. Se sienta a mi lado.

—Hola ,pequeña alien—me saluda.

Arrugó la nariz ante el apodo.

—Hola—murmuro.

—Bueno somos vecinos, y como soy muy bueno te acompañare y vendrás conmigo a la escuela—me dice—. No quiero un no por respuesta, por que eso es muy negativo y tu deberías ser muy positiva.

—Solo somos compañeros de clase y vecinos, deberías dejar de querer socializar con una chica promedio como yo—le digo.

El me observa y niega.

—Creo que eres interesante—se enoje de hombros.

—Creo que eres irritante—confíeso.

El ríe—Eres adorable, Rosie—me dice.

No le prestó atención, y en eso entra la maestra. Hoy será el día en que tengo que prestar atención, tal vez no he estado interactuando con mis amigas, pero solo siento como si yo no pertenezco a ese pequeño grupo.

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Me siento tan pequeña al rededor de tantas personas, siempre pasa cuando estoy en este lugar. No importa los años que pase con mis compañeros, siempre me sentiré fuera de lugar; no pertenezco a este lugar.

—¿Me puedo sentar a tu lado?—pregunta.

Me encojo de hombros, veo mis zapatos. En ese momento mis pocos amigos llegan  y se sientan atrás de mi.

—Rosie, casi no nos has hablado en estos días. Tenemos que platicar—me dice Ivy.

—No pasa nada—murmuro.

—Claro que algo pasa te conocemos, debes saber que estaremos para ti—dice Daiana.

Les doy una sonrisa de boca cerrada. Ellas más que nada me han acompañado en cada momento de dificultad, en cada ataque de pánico ellas se han encontrado conmigo.

—Gracias—les digo.

Horas más tarde me encuentro con ellas, hablamos un poco y me siento bien. Landon luego se nos une y nos habla sobre baloncesto, los tres hicieron que comprara algún alimento para la hora de receso, el día fue diferente a los otro y me senti bien.

Salimos de la escuela y nos despedimos de Ivy y Landon. Senti raro el hecho que Max no me ha saludado o hablado conmigo. Llegamos a la otra esquina del Instituto y me despido de Daiana. Me veo a ambos lados para cruzarme, entonces aquel aroma de una persona en específico me hace reaccionar.

—¿Qué haces aquí?—le pregunto y me cruzó de brazos.

—Crei que era buena idea venir a recogerte. Hace días no contestas mis mensajes o has aceptado verme—dice con su voz tan calmada como siempre—Rosie, realmente te amo. Te doy tu tiempo y no quiero que salgas de mi vida y no quiero perderte, quiero hacer todo lo que este en mis manos para estés feliz—dice luego de tomar mi cara entre sus manos.

Mi corazón se encojo por que muy en el fondo yo no me siento así, realmente quisiera decirle que no puedo ser más su novia que lo dejemos aquí y que el merece una persona mejor que yo. Pero simplemente no puedo pronunciar alguna palabra, trago grueso.

—Xavi, realmente hoy no puedo recibirte en mi casa. Tengo muchas tareas que hacer, lo lamento—murmuro.

Me cruzó la calle y no veo atrás, soy una perra por ser tan cortante con un chico que me ha demostrado amor, ha dado todo por mi. Tanto físico como sentimental, me siento como una mala persona y lo peor es que no tengo valor para hablar. Tengo miedo que sea igual a los demás que saquen en cara todo lo que ha hecho por mi. Ni siquiera se que puedo hacer.

Llegó a la acera de mi casa, doy un suspiro y veo atrás por instito, entonces Max sale de su casa. Nuestras miradas se encuentran, no se que estoy haciendo, mis pies se mueven solos, me acerco a el quien me ve extrañado, una vez frente a el recuesto mi frente sobre su pecho.

—No se que hacer—murmuro.

—Rosie, ¿Qué paso?—pregunta, la preocupación se nota en su voz.

—Quiero acabar con todo, quisiera que el mundo ardiera en llamas y que todo lo malo fuera quemado—digo mientras mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas.

Nankurunaisa «Con El Tiempo Se Arregla Todo» (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora