Capítulo 07

1 1 0
                                    

Rosie.

Veo como cae tierra en el agujero que hicimos para enterrar a Boo, me duele mucho el hecho que no la volveré a abrazar, oir como ladra, tocar su suave pelaje. Me duele en el alma; cuando la tumba ya esta cubierta de tela, dejó unas rosas y tulipanes, ella siempre arrancaba los tulipanes y rosas que sembraba para darmelas.

Al llegar a casa me arrecuesto mi mamá dijo que debía comer y que no llorara ya que me haría daño, pero obviamente estoy aquí llorando mientras veo las cosas de Boo. Mañana tengo que desinfectar todo, ya que es una infección que también puede pasarse a los seres humanos.

—Cariño, ven vamos a cenar—mi mamá entra.

Niego—. No tengo hambre—digo, mi vida se oye ronca de tanto llorar.

—Boo estará bien, donde quiera que esta te cuidara—hace que me levante y me abraza.

—No quería que se fuera—le digo soltandome en llanto.

—Mi niña—dice mamá dulcemente—no llores, es egoísta querer que una persona o un animal se quede mientras sufre de una enfermedad, solo ellos saben que sienten y nosotros llegamos a ser muy egoístas, no llores. Ella no descansará en paz , no dejes de comer y no te tires a llorar. Ella no lo hubiese querido así.

Limpia mis lágrimas, trago grueso. Mi cabeza duele mucho y no puedo dejar de derramar lágrimas.

—Iré a preparar un té, así te relajaras y dormiras. Pero dejes comer aunque sea un sándwich—dice dando un beso en mi frente.

Me acuesto a seguir llorando, lo único que se es que una parte de mi, se la ha llevado Boo.

Max.

Entró a la habitación de Rosie, la veo llorar y temblar. Su madre me ha pedido que le trajera un té para que pueda calmarse, se que ama tanto a su perrita, ella realmente no estaba lista para dejarla ir.

—Rosie—murmuro.

—Duele que me haya dejado—me dice entre sollozos.

—Hey—exclamó y dejó el té al lado—ella te cuidara desde el cielo. Ella te seguirá amando—digo intentando que viera a mi.

Su mirada veía a la nada, sus ojos hinchados de tanto llorar, sus labios rojos y nariz del mismo color. No podía calmarse.

Minutos más tarde se tomó la bebida y logró calmarse un poco, deje que cerrará sus ojos y durmió, entre sus sueños lloraba y mencionaba lo mucho que extrañara a su hija canina, me consta que realmente no quería dejarla ir.

—¿Se ha dormido?—pregunta la mamá de Rosie.

—Si, Julieta—respondo.

—Mi niña quería que Boo no la dejara, me duele verla tan mal—me comenta—gracias por no dejarla sola.

—Gracias a usted por permitir que me acerque a su hija.

—No te preocupes,Max—dice un poco dolida al ver a Rosie en tal estado.

Su rostro ha quedado pálido, y tita patadas al vacío mientras se queja y derrama lágrimas.

—Hoy me quedaré durmiendo con ella.

—Es lo mejor—le hago saber.

—Max, por favor apoyala en estos momentos. Realmente ella se encariño tanto con Boo, se que ella no se iba tranquila por que Rosie no dejaba que muriera en paz. La estuvo atando mucho tiempo—comenta—apoya a mi bebé.

Rosie.

Guardo todo lo que fue de Boo, algunas lágrimas escapan de mis ojos. Mi pecho se oprime, me siento muy dolida por lo que pasó.

Perdón pequeña si no pude hacer más.

Sello la caja y la dejó bajo mi cama, noto el collar con la placa de boo, se lo mande a hacer personalizado con resina; me la pongo de pulsera.

—Tu mamá dijo que sigues triste—dice Max.

—Era muy importante, me duele mucho—digo tratando de no llorar—me siento culpable—digo en un pequeño susurro.

—No lo eres—dice, no se como logró escucharme.

—Me siento culpable por que si hubiera puesto más atención a su comportamiento, si mis problemas no hubiesen ocupado mi cabeza, ella se hubiese atendido y salvado.

—A veces las cosas pasan por alguna razón—acaricia mi cabeza.

Siento que no puedo más, y me suelto en llanto, siento sus brazos alrededor de mi, me arrecuesto en su pecho y lloro. Minutos después me calmo, sus brazos me dan seguridad y hace que mi miedo al contacto físico no salga a la luz.

—Gracias, Max—digo en un susurro.

—No hay de que, pelo fuego—da un beso en mi cabeza.

Capítulo dedicado a Perla, aun no te has ido. Pero me imagino así o más triste ese día que no esta muy lejano, me siento culpable d e haberte llevado a las manos equivocadas, si hubiese tenido más dinero , te hubiera llevado al mejor veterinario. Perdón mi pequeña.

Nankurunaisa «Con El Tiempo Se Arregla Todo» (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora