Rosie.
Me encuentro en el consultorio de mi psicóloga, ella me saluda y le doy una sonrisa de boca cerrada que seguro salió mal, por que la tristeza es evidente.
—¿Sucede algo,Rosie?—pregunta.
—Murió mi perrita—respondo—ese hecho me tiene triste, pero debo intentar estar tranquila. A ella no le hubiese gustado verme tan mal. Estoy intentado llevar bien el duelo.
—Me alegra que estés consciente de que debes estar tranquila, Rosie. Igual pasa con las personas, cuando se enferman deben irse y dejan un vacío muy feo. Es difícil superarlo, si, pero no imposible.
—Si—murmuro.
Aparte de lo que pasó con Boo, le comente sobre que pasó con mi ex novio y las cosas que hacia y yo no le contaba a ella.
—Rosie, al venir aquí te sientas—señala donde me encuentro—y sacas todo lo que te pone feliz, triste, enojada, decepcionada. Cada emoción que lleves contigo es importante saberla, ya que así trabajamos en las terapias—explica.
—Lo siento por no hacerlo comentado—me disculpó.
—Comprendo que no querías comentarlo, pero no quiero que eso te haga retroceder. Rosie, cada que pasó que damos es una batalla ganada ¿por qué? , por que logramos superar alguna cosa por muy pequeña que sea, es motivo de celebración—me dice.
Unos minutos más tarde me encuentro caminando por la calle, repaso cada una de las palabras que ha dicho la psicóloga. Comprendo que no debía quedarme callada mientras lo pasaba mal, también el de estar con una persona que estaba más por gratitud. Pero ya pasó, a partir del día de hoy, la Rosie del pasado se convirtió en cenizas y de ellas voy a renacer.
Llegó a mi vecindario y fuera de la casa está mi ex novio.
—Steven, deberías marcharte—le digo.
—Es que no quiero perderte, por favor—me suplica.
Intenta acercarse pero me alejo—. No—bramo—no quiero tenerte cerca, has hecho cosas por mi, pero me sentía comprada, como cada cosa que me dabas o hacías, te la cobrabas tocandome—escupo.
—Yo...—iba a decir algo , pero interrumpi.
—No me interesa lo que quieras decir, nunca fui feliz a tu lado. Quize llenar los vacíos que hay en mi corazón, pero se acabó. Esos vacíos se llenan con amor propio, cosa que lucharé hasta conseguir por mi misma y no tener aprobación de absolutamente nadie para que diga si esta bien o mal.
—Rosie, te amo—dice desesperado.
—¿A si?, entonces ¿por qué carajos no parabas cuando me tensaba mientras me tocabas?, yo no necesito regalos de nadie, yo puedo pagar mis cosas y todo. No quiero pensar en un futuro, tampoco en un pasado, ya suficiente daño me ha hecho recordarlo, pero quiero vivir el presente feliz, sin que nadie se meta en mi vida—le digo—adiós—doy por terminada la conversación.
Una vez intento abrir la berja de mi casa, el me toma del brazo fuertemente a tal punto de sentir dolor, intento safarme.
—Eres mis, Rosie—me dice mientras me pegaba a el.
Intentaba apartarlo, las personas que pasaron solo nos vieron, pero ninguna hizo un favor en acercarse. A este punto me doy cuenta que hay personas que por no meterse en problemas, son capaces de dejar que a una persona le dañen.
—¡Dejame!—le grito.
No podía darle una patada en su entre pierna, ya que una rodilla la metió entre mis piernas, una lágrima resbaló por mi mejilla. No se en que momento pero una persona lo apartó de mi, mis ojos estaban nublados por las lágrimas acomuladas.
—Alejate de ella—esa era la voz de Max.
Ví como ambos se peleaban, la gente se acercó a ver. Pero nadie los separaba, tome fuerzas y me puse entre ambos. La mano de Steven se estrelló en mi mejilla, haciendo que el sabor metálico llenará mi boca.
—Amor lo siento—se disculpa.
—No soy tu amor, un no es un no. No seas ignorante, estoy harta de esto—digo enfadada.
—Vamos, Rosie—dice Max.
Abro la berja de mi hogar, entramos y señalo el sofá.
—Voy a traer el maletín para curarte—le digo.
—Tu labio esta herido, tu también lo necesitas.
—No tanto como tu, no deberías haber peleado con el. Pero te agradezco que fuiste la única persona en defenderme—le digo sinceramente.
Max tiene una herida en la ceja y el labio roto, aparte de unos moretones más en sus mejillas, voy al baño y tomó el botiquín, antes de ir a el, voy a la cocina a conseguir hielo, vuelvo con el.
Ayudó a curarlo, y una vez término hago que tenga el hielo en la zonas inflamadas y moradas. El también me ayudó a curar la herida de mi labio y poner hielo para la inflamación.
—Rosie—me llama.
—Mmmh.
—¿Sabes que significa, Nankurunaisa?—pregunta.
—No.
—Con el tiempo se arregla todo—me dice—. También recuerda que una tormenta no dura para siempre, por que llega el día más soleado y hermoso dando por terminado el día gris.
—Vale—murmuro.
Seguimos una plática de si somos, team frio, team calor, team llovía, team sol. Y cosas así.
De una cosa estoy segura y es que, Max, es mi angel.
ESTÁS LEYENDO
Nankurunaisa «Con El Tiempo Se Arregla Todo» (Borrador)
Teen FictionLas lágrimas se apoderaron de ella... El la hizo sonreír... Ella quería morir... El la hizo feliz... Ella pensó que la tormenta duraba siempre... El le hizo recordar que con el tiempo se arreglaba todo...