➳9 Sáquenme de aquí

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Estar encerrada en un espacio tan reducido junto a Taylor jamás había estado en mi lista de cosas por hacer, pero aquí estábamos en medio de un silencio incómodo hasta llegar al primer nivel

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Estar encerrada en un espacio tan reducido junto a Taylor jamás había estado en mi lista de cosas por hacer, pero aquí estábamos en medio de un silencio incómodo hasta llegar al primer nivel.

Me dedicaba a esperar pacientemente que los números cambiaran de lugar para avisar que estábamos más cerca, pero hubo una falla eléctrica que provocó que nos quedáramos atascadas entre el piso tres y dos, dando una fuerte sacudida que terminó dejando mis cosas en el suelo.

—¿Suele dar estos problemas? —me preguntó preocupada.

—Usualmente no...

Dije empezado a presionar el botón para que avanzara en repetidas ocasiones pero sin lograr, empezando a desesperarme por estar atrapada en una situación que no podía controlar de ninguna forma.

Taylor me miro de reojo mientras llamaba a los de mantenimiento para que vinieran a ayudarnos, pero la señal era bastante mala y se entrecortaba, luego de un par de intentos más lograron entender en la situación que nos encontrábamos pero para agravarlo todo dijeron que el tráfico estaba pesado y se tardarían un poco en llegar con las cosas necesarias ya que se habían retirado de la academia puesto que su turno ya se había acabado.

—Carajo, no puedo respirar —murmuré mientras empezaba a hacerme bolita en una esquina del elevador— esta cosa se caerá y moriremos aplastadas, quedaremos hechas puré...

—Josette, debes calmarte.

Ignoré su indicación, ¿como se atrevía a pedirme eso? ¿no veía la situación en ma que estábamos y como todo se iba haciendo más pequeño?

Mi mente empezaba a emanar recuerdos de ese día, el día que cambio todo y empecé a temer quedarme encerrada en espacios cerrados. Sentía las lágrimas empezar a caer por mis mejillas pero mi mente estaba muy lejos de aquí.

¿Se podrán olvidar esas noches de desvelos? Aún odio haberme quedado dormida ese viernes, no haber estado más pendiente del teléfono y a la mañana siguiente enterarme que la historia había cambiado, que, aunque le pidiera al tiempo que vuelva no se podría cambiar, que ni aunque me ofreciera como voluntaria me pasaría a mi o te podría darles un poco de mi vida para que las suyas continuasen tan solo un poco más.

Todavía recuerdo que me senté en mi cama varios minutos viendo el suelo o a la nada misma intentando procesar todo lo que estaba pasando, las voces sonaban tan lejanas y no sentía nada más que un dolor en el pecho, un nudo en la garganta que me causaba dificultad para respirar, consumiendo el aire de mis pulmones y dando la sensación que me quebraba por dentro lentamente hueso por hueso, pero de la nada empezaron a salir lagrimas de mis ojos, como si todo lo que había pasado fuese en parte culpa mía, como si el dolor me consumiera poco a poco y me hundiera en el profundo abismo de la desesperación y el sufrimiento.

Las personas que más he amado y que amaré en este planeta, las que me enseñaron incalculables cosas, pero jamás a vivir sin ellas, sabía que el día llegaría, pero jamás que sería tan pronto... el día en que murieran.

No sé en qué momento exactamente Taylor se había arrodillado frente a mi, pero las suaves caricias que dejaba en mis mejillas hacían que mis espasmos se fuesen calmando y volviera a ser consiente de mi realidad, mi corazón sonaba tan fuerte que tenía la sensación de que estaban martillando en mi cabeza, el ataque de pánico me había activado la taquicardia.

—Josette... respira conmigo ¿si? Debes estar tranquila hasta que nos saquen de aquí —me explico con una voz tan dulce que llegué a dudar si era real.

—Me duele el pecho... —explique entre pequeños jadeos.

Ella colocó una de sus manos a la altura de mi corazón, creo que solo con eso pudo darse cuenta de que mi ritmo cardíaco no era normal, asintió entendiendo pero no había mucho que hacer, no tenía la medicina a la mano ya que no me tocaría hasta más tarde.

—Josie...ven aquí, pequeña, mientras yo esté junto a ti ten por seguro que no te pasará nada.

Prometió mientras me atraía hacia ella para sentarme en sus piernas, abrazándome y dejando caricias en mi espalda para reconfortarme, jamás se me había cruzado por la mente que ella terminaría consolándome en medio de un ataque de pánico.

Había perdido la noción del tiempo, no sabía si habían pasado segundos o minutos, intentaba concentrarme en el compás de las caricias de Taylor y como tarareaba una pequeña melodía mientras cantaba con su voz un poco ronca para tranquilizarme.

'Cause an empty room can be so loud. There's too many tears to drown them out. So, hold on, hold on, hold on, hold on...

Cosa que estaba logrando con creces, mi corazón iba normalizándose poco a poco, dando paso a una sensación de calidez mezclándose con confianza, en ese pequeño momento toda mi confianza estaba depositada en ella y extrañamente eso me hacía sentir como si esos brazos de verdad me pudieran proteger de todo.

En medio de la espera sentimos otra sacudida del elevador, cosa que me alertó pero duró poco ya que sentí como íbamos descendiendo, ambas nos levantamos y recogimos nuestras cosas. No sabía muy bien cómo actuar ahora pero sabía que mínimo debía empezar dando las gracias.

—Taylor, yo...

—Lo se, tranquila ¿Si? —me regaló una pequeña sonrisa que correspondí al instante— Todos tenemos fantasmas del pasado que nos persiguen, tú experiencia no fue fácil y es lógico que reacciones así.

—Igual, muchas gracias.

Al salir del elevador y sentir el aire entrar a mis pulmones me llene de una paz tan tranquilizadora que casi me pongo a llorar de nuevo, Taylor me acompaño hasta mi carro y ahí nos despedimos.

Quisiera decir que ese pequeño momento íntimo nos ayudó a mejorar en nuestra relación pero estaría mintiendo, al día siguiente todo volvió a la normalidad y nuestras interacciones se limitaban a pocas y buenas, que ilusa fui al pensar que quizás lograríamos avanzar a una pequeña relación cordial o inclusive a la fuerte relación de confianza y cariño que yo llegué a experimentar con su padre.

Tiéntame las GanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora