➳22 Cayendo a pedazos

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Retomar poco a poco las clases había sido todo un reto, habíamos dejado los horario mixtos para así poder impartir clases virtuales también y evitar riesgos de contagio, el uso de mascarilla era obligatorio y procurábamos siempre tener el distanci...

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Retomar poco a poco las clases había sido todo un reto, habíamos dejado los horario mixtos para así poder impartir clases virtuales también y evitar riesgos de contagio, el uso de mascarilla era obligatorio y procurábamos siempre tener el distanciamiento social requerido.

Con Josie intentábamos acoplarnos a esta nueva realidad que quiérase o no había alterado la forma en que veníamos estando con nuestra relación. Por días iba a mi casa para dormir juntas o ver algo, aprovechábamos que era la secretaria del club de los "sagrados 21" para estar juntas en la Academia y así nadie sospechara, pero de verdad se me hacía insoportable tenerla a un par de metros y no poder besarla, ardiendo en deseos en cada mirada.

Pero algo que me tenía bastante preocupada y que no me dejaba tranquila cuando estaba sola, era pensar en la salud de mi padre, estaba cada vez se iba poniendo más delicada, por lo que me contaba mi madre y los reportes médicos que hacía mi hermano, el Parkinson iba avanzando a pasos acrecentados haciendo que los temblores esporádicos se volvieran más constantes y le afectará también en su andar, sumándole que el Alzheimer también hacía sus estragos y poco a poco iba olvidándose de nombres y actividades que realizaba, dejándolas inconclusas.

Cada vez que iba a verlo a la que fue mi casa por muchos años iba con el miedo de que mi héroe y más grande apoyo no me reconociera, que me haya olvidado, olvidado todos nuestros momentos junto y que solo quedarán en mi memoria ya que la suya estaba luchando contra una gran tempestad.

Por eso el miércoles, cuando estaba en medio de una reunión con los demás catedráticos de la escuela y recibí la llamada de mi hermano, no dude en salir corriendo y aislarme del mundo porque en ese momento mi mente estaba en blanco, mi padre estaba siendo internado de emergencia porque había tenido un pre infarto.

Según mi hermano, mi padre había presentado una presión incómoda del pecho que irradiaba a los hombros, los brazos, el cuello, la mandíbula y la espalda. Luego empeoró sintiendo un mareo y antes de poder hacer algo había terminado en un desmayo.

Las siguientes horas me las había pasado sentada en la pequeña sala que había en la habitación, contemplando a mi padre en busca de alguna reacción que me confirmara que estaba recobrando la consciencia. Pero este se encontraba en un profundo sueño, por vía intravenosa le estaban pasando suero y medicamentos, mientras que cables salían hacia el monitor cardíaco y me estresaba el sonido que hacía constantemente aunque al mismo tiempo me reconfortaba ya que eso significaba que seguía vivo.

Mi teléfono no dejaba de recibir notificaciones y estaba bastante segura que varias de ellas venían de mi novia, pero sentía que no podía lidiar con nada más que la espera de que mi padre se pusiera mejor, me permitiría ser egoísta y no contestar porque sabía que Josie entendería y no se molestaría por mis decisiones.

Tiéntame las GanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora