Inefable

HALCYON

Halcyon

"Calma y paz, feliz"

Pov Armando

Continuamos tendidos en la playa, el sol ha comenzado a ocultarse, sopla una suave brisa que nos hace estremecer.

-Creo que deberíamos entrar Armando, tengo un poco de frío- dice incorporándose un poco.

-Si mi amor, además deberíamos pensar en preparar la cena, tengo un poco de hambre.

-Me parece que está recuperando el apetito perdido doctor.

-Es que usted es muy buena cocinera doctora.

-Bueno, pero antes de la cena quiero darme una ducha.

-Está bien mi vida- entramos a la casa y se pierde en la habitación, hubiera deseado entrar con ella a la ducha, me muero por hacerlo, pero no quiero presionarla demasiado.

- ¿No viene doctor? - me grita desde el interior del baño.

No alcanza a terminar de pronunciar la frase que ya me encontraba a metros de ella, las partes del traje de baño de Betty regadas en el piso me pusieron a mil, saber que dentro de la ducha, detrás de ese vidrio empañado, me esperaba completamente desnuda me volvió loco, me deshice de mi traje de baño y lentamente me acerqué a ella, el agua acariciaba su cuerpo de manera exquisita.

-Doctora, usted me va a volver loquito pero loquito- se gira hacia mí, el agua recorre sus pechos haciéndome sentir envidia por cada gota que acaricia su piel.

-Y usted me vuelve loquita a mí- extiende su mano para que la tome y me acerque a ella. La pego a mi cuerpo mientras beso su cuello, sus clavículas, absorbiendo cada gota que desliza sobre ella, mis manos la acarician con urgencia, adoro la forma en la que su espalda llega a sus fin para convertirse en ese hermoso trasero, la acerco aún más para que sienta los efectos que causa instantáneamente en mi cuerpo. Betty exhala gemidos apenas audibles que me vuelven loco, sus manos van desde mis hombros a mi abdomen masajeándome con las yemas de los dedos durante su recorrido.

No puedo contenerme y comienzo a descender dejando rastro de besos por sus pechos, su abdomen, hasta llegar al inicio de su pubis, me arrodillo ante ella con lentitud, no quiero hacerla sentir incómoda, quiero que tenga el tiempo suficiente para pedirme que me detenga, si así lo desea, pero al contrario, está absorta disfrutando cada caricia, con sus manos masajea mi cabeza incitándome a continuar, doy suaves caricias con mi lengua sobre su clítoris, Betty gime con sorpresa pero llena de placer, me encanta ser el hombre que la haga descubrir cada nueva sensación.

Empiezo a succionar con fuerza mientras ella se desespera, empuja mi cabeza hacia su intimidad exigiéndome más, tomo su pierna colocándola sobre mi hombro para tener mayor acceso.

Mientras continúo el trabajo con mi lengua, introduzco un dedo en ella para consentir el punto que espera deseoso por mí, acelero mis movimientos, cada vez le cuesta más mantenerse en pie, la aprieto hacia mí y en unos cuantos movimientos llega al clímax, me incorporo lentamente sosteniendo su cuerpo aún tembloroso, beso su cuello, su oreja, ella comienza a recuperarse, se apodera de mi boca, muerde mis labios, introduce su lengua recorriendo cada rincón, baja su mano hasta mi miembro, me tiene tan al límite que no creo aguantar demasiado

-Mmmm Betty me vuelves loco, pero, para por favor, no voy a aguantar demasiado.

Retira su mano de mi intimidad, pero continúa recorriendo mi pecho con su boca, comienza a bajar, imitando el recorrido que yo mismo hice hace unos minutos.