Inefable

MONO NO AWARE

Mono no aware

Conciencia agridulce de los momentos que pasan de la vida.

Pov Beatriz.

Al fin puedo recostarme en la cama, el día fue muy pesado, Michelle pasó por mí a las 8 de la mañana, primero recorrimos el restaurante más alejado, conocí a los empleados y recogí toda la documentación necesaria para conocer el estado económico del lugar.

Casi al mediodía partimos hacia el restaurante que queda solo a unas cuadras de mi casa, un lugar pequeño, muy cálido con un hermoso patio lleno de mesas a la orilla del mar, es el lugar más hermoso en el que he estado, creo que voy a acostumbrarme muy rápido a trabajar aquí.

Después de recolectar los documentos que necesito del lugar, nos disponemos a almorzar.

-Digame Beatriz ¿que desea almorzar?

-Esperaba que usted me recomendara algo típico de aquí, me gustaría conocer la gastronomía del lugar.

-Entonces pediré para ambos el pargo, es un pez que se cocina mucho en esta parte del país, además es exquisito y es la especialidad del chef.

-Suena bien.

-Cuenteme Betty, ¿que le ha parecido la casa que rente para usted, está comoda?

-Si Michelle, muchas gracias por elegirla para mí, es hermosa.

-Cualquier cosa no tiene más que avisarme.

-Todo es perfecto, no se preocupe, por lo pronto no puedo esperar a ponerme a trabajar, hay mucho por hacer.

-Tiene razón, se me fue un poco de las manos, abrí restaurantes sin pensar en que necesitaría alguien de confianza aquí, he viajado muchísimo este último año, necesito descansar un poco.

-No se preocupe, en un par de días le presentaré el informe de estado y a partir de allí podremos pensar en adquirir el siguiente.

-Mi intención es volver a Cartagena mañana si usted se siente bien como para quedarse sola.

-Si, todos los empleados fueron muy amables, no creo tener ningún problema para adaptarme.

-Si le parece podemos aprovechar la tarde de hoy para conocer los posibles locales, así usted ya sabrá cuáles me interesan apenas salga la oportunidad de abrir.

-Me parece perfecto y no se preocupe que me siento feliz por haber tomado esta decisión, muchas gracias por confiar en mi.

-No me agradezca, usted vale mucho Beatriz. El que gana aquí soy yo.

La tarde pasó volando, recorrimos unos cinco posibles locales para rentar y establecer el nuevo restaurante, solo deseo darme una ducha y meterme a la cama a descansar, pero antes de eso tengo que comunicarme con Nicolás, hoy debía reunirse nuevamente en Ecomoda para conocer la decisión de los accionistas.

-Que hubo Betty- contesta al otro lado de la línea.

-Hola Nicolás, ¿como está?

-Bien, aguarde un minuto que estoy comiendo una empanada de su mamá y tengo la boca llena.

-¿Está en mi casa?