72

1.8K 199 59
                                    

- ¿Vos tenes frío? —preguntó Sunoo confundido por lo que habían dicho sus amigos antes de marcharse, pues el moría del calor.

- No, creo que los otros dos se están volviendo locos —rio Riki.

Luego de eso se instaló un silencio para nada incómodo, mientras que ambos chicos pensaban lo obvios que fueron sus amigos al irse para dejarlos solos.

De repente Riki se tiró para atrás, acostándose en el pasto. El sol se estaba yendo y el cielo se veía de unos hermosos tonos rosas y naranjas. Sunoo imitó su acción, acostándose cerca del menor.

- En unos días nos vamos... —dijo Sunoo en un susurro, temiéndole a la conversación que estaban por tener.

Riki suspiró, sabía que tenían que hablar al respecto, y mientras antes lo hagan era mejor.

- Si... uhm... ¿cuándo volves a....—preguntó el menor, dudando en si terminar la pregunta o no. De todas formas Sunoo entendía a que se refirió.

El mayor cerró los ojos, sintiendo una angustia enorme. Sabía que les quedaba poco tiempo pero decirlo en voz alta lo hacía mucho más triste de lo que ya era.

- Saliendo del campamento... voy para mi casa a buscar mis cosas y de ahí al aeropuerto... —contestó.

- Oh... wow—Riki sintió como si la realidad acabase de caer frente a sus narices ahora mismo. Sabía que había un punto en el que Sunoo volvería a Australia y no se verían nuevamente, aunque sea no por mucho tiempo, pero el verano todavía seguía y no esperaba que se vaya tan rápido del país. —Eso es... rápido.

- Son los últimos días de vacaciones de mi mamá, así que decidió comprar los pasajes antes de que terminen, así puede descansar un poco más antes de volver al trabajo —explicó Sunoo apenado.

Los dos se quedaron en silencio, pensando en que decir.

Para Sunoo la situación era clara, él tenía la culpa. A pesar de ya haberse disculpado reiteradas veces con Riki, y que el menor le haya perdonado, el desperdicio de tiempo seguía siendo notorio y Sunoo no podía dejar de culparse por ello. Tal vez no era del todo culpable de vivir lejos, pero sí de no haber manejado las cosas de mejor manera y haberse mantenido tanto tiempo lejos del menor. Tal vez ahora ya era demasiado tarde, no había perdido a Riki, pero si había perdido el tiempo que les quedaba juntos, Sunoo se odiaba por esa razón.

Sin embargo, para Riki la situación era diferente, si era muy confusa, pero remontable. Así era la vida para aquel joven optimista. Sabía que el hecho de que Sunoo viviera a miles de kilómetros de distancia probablemente generaría sentimientos desagradables entre ambos, pero creía y estaba completamente seguro que valía la pena intentarlo, al fin y al cabo los dos se querían.

Pero, ¿estaba dispuesto a renunciar a toda posibilidad de conocer a alguien y enamorarse solo por un chico que conoció hace dos meses? Riki tenía 17 años, era joven y tenía una vida por vivir, al igual que Sunoo. Y lamentablemente ambos sabían que, por el momento, sus vidas no se encontraban destinadas a ser vividas juntas.

Por eso mismo tenían que ser maduros, comprender la situación y encontrar la mejor manera de manejarla, aunque eso implicará no ser nada más que amigos. Eso no sacaba el cariño que tenían el uno por el otro, pero forzar una relación que sabían que les iba a doler a los dos era en vano.

- Te voy a extrañar.

- Nos quedan siete días, todavía no me fui ni me voy mañana —contestó Sunoo intentando reconfortar al menor.

- Lo sé, solamente quería que sepas que te voy a extrañar. Y mucho.

- Y yo a vos —contestó el mayor con una sonrisa melancólica, tomando su mano y apretándola.

Se quedaron un rato más en esa posición, mirando el cielo hasta que las estrellas fueron apareciendo una por una y decidieron ir adentro porque ya estaba refrescando...

summer love | SUNKI auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora