Lamento

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Ray estaba quieto, sin mover ni un solo musculo, ya que la chica que no debía estar ahí se paró para estar frente a él, y movía su mano enfrente suyo.

─¿Puedes verme? ─ Ella volvió a preguntarle con su cara de desesperación ─ ¡HEY!, ¿puedes verme? ─ aún así, Ray no respondía, su cerebro trataba de pensar en cual seria el mejor curso a seguir, si ignoraba a Emma podía fingir que todavía estaba cuerdo, pero no entendía muy bien porque de repente podía verla.

¿quizá había sido un error?

─Ray... por favor, mírame... ¡buuuaa!─ La chica sollozando frente suyo no le ayudaba, sintió como ella se recostó en su pecho mientras lloraba ─ Nadie puede verme, ¿por qué? ─ Emma seguía derramando sus lágrimas, y Ray se dio por vencido, ya que ella estaba muy triste.

─Si... ─ Susurró levemente, pero lo suficiente para que Emma alzará su cabeza bruscamente ─Puedo verte ─ Ray se alejó un paso, mientras ella le miraba sorprendida, pero luego sonrió.

─¿De verdad? ─ Ella aun continuaba con sus lágrimas rodando por sus mejillas, pero parecía más tranquila ─Entonces no estoy muerta, ¿verdad? ─ Ray se quedó callado, sin saber que responder, pero Emma al ver su cara, supo que se estaba autoengañando ─ Eso no es posible, ¿verdad? ─ Ella todavía continuaba en negación, agachando su cabeza.

Ray paso de largo, sentándose en el suelo, mientras meditaba, ¿ por qué su compañera de clase muerta estaba delante de él?, tragó un poco de su saliva sin saber que hacer.

─¿Qué paso? ─ Le preguntó a ella, ya que era la única que podía resolver sus dudas.

─No sé... ─ Emma se sentó en el suelo también, Ray vio sus manos temblar, lo cual le parecía surrealista.

─¿Qué es lo último que recuerdas? ─ Siguió interrogándola, Emma solo miró hacía el suelo confundida.

─Sali de la azotea y me fui para mi casa... ─ Eso era lo que ella dijo ─ Pero cuando iba por la floristería, vi una luz muy intensa acercarse hacia a mí, y la esquive ─ Emma continuó con su relató, pero Ray supo que eso no era posible ─ Al volver a mi casa, Papá y Mamá no estaban, así que me dormí en mi habitación, luego me levante para desayunar, pero Papá y Mamá parecían ignorarme, estaban muy callados, y al parecer habían llorado toda la noche, intenté hablarles pero ninguno respondía ─ La voz de Emma temblaba.

Ray se quedó analizando sus palabras.

─¿Y qué hiciste? ─ Ray siguió preguntándole.

─Pensé que quizás se enojaron conmigo, así que vine a la escuela, pero mientras iba en el camino, a todas las personas que saludaba, ninguno me contestaba, y al entrar al salón, todos estaban llorando, y diciendo que yo había tenido un accidente ayer, intenté corregirles... pero nadie podía verme ─ Ray observó como ella limpiaba sus lágrimas con sus manos, ya que salían sin control ─Luego el profesor dijo que yo había muerto y vine corriendo aquí ─ Ray sintió mucha lastima por ella.

Emma no sabía que había muerto y se había enterado de la peor manera posible.

─¿ por qué Ray puede verme? ─ Ella le preguntó, el chico se encogió de hombros, sin saber que responderle.

─Sé lo mismo que tú, Emma ─ Ray le respondió sinceramente, esto confundió a la chica.

─¿No tienes algún tipo de super poder y puedes ver a los fantasmas? ─ Ella había hecho sus propias conclusiones.

─No, es la primera vez que me pasa ─ Ray seguía confundido.

Ambos se quedaron callados, sin saber que decirse, el ambiente se puso incomodo entre los dos, Emma se pudo tranquilizar un poco por la compañía del chico, así que dejo de derramar lágrimas, ambos se perdieron entre sus pensamientos, mientras los minutos pasaban.

─¿Qué debería hacer ahora? ─ Emma se preguntó así misma, abrazándose con miedo.

Ray levantó su mirada hacia ella, la chica que estaba perdida, sin saber como aceptar su realidad, él tampoco sabía que hacer, sinceramente, no pensaba que hubiera alguna vida después de la muerte, tampoco creía en los fantasmas, siempre había tenido la fantasía de que cuando muriera, solo iba a terminar con su vida, y ese sería su final, estar bajo tierra pudriéndose hasta convertirse en abono de gusanos. Pero el hecho de que Emma estuviera delante suyo, una persona que ya no debería existir, de una forma en la que no debería estar ahí, lo había asustado mucho.

¿Si él muriera también se convertiría en un fantasma errante sin poder dejar el mundo?

Ray empezó a sentir sus manos temblar, mientras se aterrorizaba por ello.

Un recuerdo lejano llegó, uno donde su fallecido padre le hablaba de la vida después de la muerte, como en algunos lugares el alma viajaba hacia su próximo ciclo y reencarnaba.

─Deberías reencarnar ─ Contestó él, quizás porque era su única pista.

Emma se interesó en sus palabras.

─ ¿y cómo hago eso? ─ Su pregunta era válida, pero Ray no sabía como responder a eso, su conocimiento se limitaba a lo mortal.

─No lo sé ─ Ray se calló, ya que su propia sugerencia le pareció tonta después de decirla.

─Bueno, ya había oído sobre la reencarnación, incluso sobre el cielo, pero no sé donde ir─

─¿alguna iglesia? ─ Ray le sugirió ─ Quizás no hayas podido ir al cielo porque aún no te hacen los ritos funerarios ─ Él cayó en cuenta de eso, una vez que Emma fuera enterrada y velada, tal vez ella podría ascender al cielo o a su próxima vida, o a lo que sea que hubiera después de morir.

Ray volvió a verla llorar, mientras empuñaba sus manos en su falda.

─¿Tengo que ir? ─ La voz de Emma tembló ─ No quiero ver... a nadie... llorar ─ Emma cubrió su cara con sus manos, tratando de retener sus lágrimas ─ Papá, Mamá... ─ Ray la vio sollozar en silencio.

Emma era alguien amada, así que era inevitable que todos los que la amaban lloraran por su partida, Ray le miró con tristeza, mientras la envidiaba un poco, ya que el amor que la rodeaba era algo que hubiera deseado para él.

─Podría ser la última vez que los verás, así que será mejor escuchar sus palabras de despedida ─ Emma quien seguía derramando lágrimas asintió.

Ray se quedó unos minutos con ella, pensando en que decirle, pero no se le ocurría nada para decirle a Emma, esa posiblemente sería la última vez que se verían, así que debía de decirle algo, pero... ¿ qué?, ¿ qué sentía su muerte?, ni siquiera estaba muy seguro de eso, no había podido llorar ni un poco, sentía pena por ella, y algo de tristeza, pero pensaba que era hipócrita ya que casi no se conocían.

─Yo... ya me tengo que ir ─ Susurró esas palabras, mientras su voz temblaba ─ Cui.. adiós Emma ─ Ray se levantó del piso.

Emma reaccionó, observándole desde el suelo.

─Gracias Ray ─ Ella pronunció esas palabras, que lo hicieron temblar.

─No hice nada ─ Ray le aclaró, pero ella negó.

─Me escuchaste... y me viste, así que te agradezco por eso, ya no me siento sola ─ Ray miró como Emma, a pesar de las lágrimas y de su dolor, sonreía radiantemente hacía él.

No podía entenderlo, ¿cómo podía sonreír?, ella estaba muerta, sus familiares estaban sufriendo, sus amigos estaban devastados, ella misma parecía ser una espiral de sufrimiento hace unos segundos, pero ahí estaba, dedicándole una sonrisa cálida hacía él.

El pecho de Ray comenzó a doler demasiado, desvió su mirada un poco por la incomodidad que le produjo.

─Lamento tu muerte, Emma... ─ Fue lo único que le dijo antes de irse y dejarla sola en la azotea otra vez.

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Gracias por leer el fic, los capitulos van a ser cortitos, espero

I just wanna disappearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora