manecillas

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Ray no lo entendía, de verdad, que no la entendía, ¿ por qué Emma estaba tan cómoda en su casa?, el solo hecho de que ella pudiera tocar cosas en su casa era demasiado extraño, y lo extraño no le gustaba, ahora estaba sentado en su cómoda mientras la veía cocinar, ya que quería agradecer su hospitalidad con ella, Ray soltó un gran suspiró, la verdad, le gustaría echar a la fantasma, pero no se armaba de valor para hacerlo.

─hehe ─ Ray la escuchó reír mientras freía algo, y tembló un poco por su expresión, ¿ sería buena idea comer su comida?

No dijo nada, solo tragó en seco, rezando que no le cayera mal, entonces la vio apagar el fuego y se acercó con la olla para servirle, Ray vigilaba todos sus movimientos, sin perder ninguno.

─¡Está servido! ─ Emma sonreía alegre, y el pelinegro no entendía porque.

─Gracias ─ Susurró, tomando la cuchara con cautela, llevándose una porción a su boca, abrió los ojos, impresionado de que la comida era comestible y estaba deliciosa.

─hehe ─ Ella volvió a reír ─ Siempre quise darte mi comida ─ Emma le confesó, sentada en una silla frente a él, mientras movía sus piernas alegremente de atrás hacia adelante en el aire, ella apoyaba su mentón en sus manos y sonreía.

─¿ Por qué querías hacer eso? ─ Cuestionó el chico, mientras ella le miraba con sus esmeraldas brillantes.

─¿Por qué no?, siempre me das comida en la clase de economía doméstica ─ Ray recordó eso, Emma y él eran compañeros en esa clase, y él siempre terminaba haciendo demasiada comida, ya que al vivir solo, una porción pequeña era suficiente para él, así que le daba las sobras a Emma ─ Tú comida es realmente deliciosa, pero quería devolverte el favor ─ Los ojos de la peli-naranja brillaban, parecía muy feliz por ese pequeño gesto.

Las mejillas del chico se colocaron levemente rosas, ya que para él, ese gesto solo era para no desperdiciar comida, pero Emma le apreciaba por eso.

─Esta delicioso ─ Ray le alabó, haciendo que ella se alegrará más, podía ver esa antena bailar de un lado para el otro, ella no paraba de moverse.

La comida se terminó, y Ray fue a tomar un baño para prepararse para dormir, luego de hacer su tarea, se acostó en la cama, en donde Emma estaba a un lado, leyendo alguno de sus libros, ya que ella no tenía nada que hacer, solo vagaba a su alrededor.

─Ray... gracias por consolar a Gilda hoy ─ Emma al verlo llegar a la cama le volvió a hablar.

─No fue nada, solo le dije la verdad ─ Ray secaba su cabello con la toalla, no veía nada importante en sus acciones, pero Emma solo negó con su cabeza.

─¿Por qué eres tan terco como un ladrillo?, Gilda debe estar muy agradecida ─

─Cualquiera puede hacer eso ─ La chica solo volvía a negar.

─¿Considerarías hablar con Norman? ─ Su expresión incomoda, denotó que no le agradaba la idea ─ Estoy segura que se llevarían muy bien ─

─No ─ Ray dejo la toalla de lado.

─Por favor ─ Emma se acercó hasta él, mientras le pedía el favor una vez más.

─Emma, déjame dormir en paz, ya dije que no, respeta eso ─ Emma solo hizo un mohín con sus labios, decepcionada por su respuesta.

Sin embargo, la chica no dijo ninguna otra palabra, Ray se acostó a dormir, y pronto el sueño llegó hacia él.

A pesar de que dormía profundamente, el frio en su espalda lo estaba atormentando, así que abrió los ojos para tomar la cobija, pero se encontró con unos brazos rodearle, lo cual lo alarmó bastante. Se movió de la cama, en donde notó que Emma se había subido a su cama y se había dormido abrazándolo.

─¿Emma? ─ Le llamó por su nombre, pero la chica no respondió, solo estaba profundamente dormida, Ray parpadeó extrañado por eso ─¿De verdad puedes dormir? ─ él decidió tranquilizarse, y acostarse, sin tocarla esta vez.

Emma ocupaba la mitad de su cama, y parecía estar en un sueño muy profundo, como no la había visto dormir antes, decidió no perturbarla, y dormirse también, pero era complicado ya que a pesar de que Emma era un fantasma, también era una chica, y no deberían compartir la misma cama.

Ray dormito por horas, hasta que de nuevo, el sol salió y debía ir a la escuela, se levantó sin mucho animo y sin mucha energía, cuando vio a Emma despertarse, y bostezar, ella se estiró a su lado, bastante animada y relajada.

─Oh... dormi bien ─ Ella lucía satisfecha con su sueño.

─Que bien ─ Ray le dijo con ironía, ya que él no pudo pegar bien el ojo durante la madrugada ─ Pensé que ya no sentías sueño ─ Le habló él, mientras se alistaba para ir a la escuela.

─No tengo sueño, pero me aburro de verte dormir ─ Ray tembló por eso, odiaba que alguien lo mirará dormir ─ Así que intenté dormir ─ él soltó un suspiró pesado.

─La próxima vez que quieras dormir, vete a otra habitación ─ La chica le miró directamente, mientras ladeaba la cabeza, algo sorprendida por su petición.

─¡Eh!, ¿te moleste? ─ Ella lucía un poco mortificada.

─Dos adolescentes no deberían compartir la cama, especialmente tú, que eres una señorita ─ Emma solo parpadeó un par de veces.

─Pero no podemos hacer nada, después de todo, yo no estoy aquí ─ Emma le aseguró.

Ray solo la miró como si estuviera loca, ella olvidaba que él podía sentirla, verla y tocarla, quizás los otros no, pero para él, la chica si existía.

─¡Solo vete a otro lugar! ─ él exigió, avergonzado, ya que todavía recordaba como le había rodeado con sus brazos, Emma asintió levemente, dándole a entender que lo comprendía.

─Es que me siento sola cuando no estoy a tu lado ─ Ella dijo aquello, lo cual molestó aun más al pelinegro.

Eso no era su problema.

Ray siguió con su rutina diaria, y al entrar de nuevo a su salón de clases y fingir que nadie más existía, pero hubo un cambio ese día, Gilda se acercó hasta él, mientras le sonreía levemente.

─Buenos días ─ Ella le miró con aprecio, lo cual confundió bastante al chico, ya que usualmente, no lo miraban así en su clase.

─Buenos días ─ La chica se alegro por recibir una respuesta, y luego se fue hacia su lugar, lo cual dejo perplejo al chico.

─Felicidades Ray, hiciste tu primer amiga ─ Emma su lado, le molestaba con eso.

Ray la ignoró, ya que no eran amigos, solo que ahora Gilda se portaba amable con él, lo cual era muy distinto.

La chica parecía estar más tranquila, y un poco más animada, dejando atrás el rastro de la tristeza que le provocó la muerte de Emma.

Ray observó hacia el escritorio, donde Emma estaba sentada, mirando hacia sus compañeros, era inevitable, ya que el tiempo pasaría y curaría los corazones de todos, notó como un pétalo de las flores que le había dejado encima del escritorio se cayó, las manecillas del reloj seguían avanzando, dejando atrás el recuerdo de quien ya no estaba más.

Aquel pensamiento, le pareció sumamente doloroso e injusto.

I just wanna disappearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora