13.Atrapados🔥

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—¡Kit estoy bien! —Era la dulce voz de San, y yo estaba feliz de oírlo— Los niños, Krist —dijo— y Mikie estaba en la sala de música.

Escuchar que San estaba bien me llenó de alivio, pero aun sentía en mi corazón una fuerte presión, que sin lugar a dudas sólo se aliviaría en cuanto viera a Mike sano y salvo.

El capitán TopTap me indicó irme de inmediato y él continuó con su trabajo.

Logramos sacar a San y Wooyoung de la habitación y el mismo Wooyoung  fue quien se encargó de conducir a San hasta una de las ambulancias para que los paramédicos le brindaran atención.
Casi cuatro horas transcurrieron, antes de que el fuego en la iglesia cesara. Un equipo especial estaba intentando dar con la causa del siniestro y hasta ese momento se manejaba la teoría de que un cortocircuito en el área de túneles subterráneos había originado el incendio.

—La sala de música estaba vacía. —Informó el capitán a todos los demás— Ya todos han sido evacuados, todos excepto un seminarista.

Mike se encontraba desaparecido.

—¿Tienen idea de donde podría estar?

—La subteniente Monoban se unió al teniente Jung y al capitán— el fuego en el bosque ha sido controlado, así que mi equipo regresará a la estación en cuanto llegue la unidad de respaldo. 

—Ya no hay mucho que hacer aquí, todos han sido atendidos o trasladados al hospital y el equipo especial ha llegado. Haré una nueva exploración en lo que llegan tus muchachos. —El capitán TopTap  informó a la subteniente— Jung, vuelve a la estación. Solo déjame algunos hombres. —finalizó, recibiendo un asentimiento de cabeza por parte del teniente. 
 
Di un paso al frente, ofreciendo quedarme, preocupado, ansioso por tener noticias de Mike. Singto hizo lo mismo y unos cuantos compañeros más le siguieron.  

»Desde niños, San, Mike  y yo, pasamos todo el tiempo juntos, era jodidamente increíble la manera de querernos y protegernos a pesar de no compartir los mismos gustos, de ser completamente diferentes y de no haber experimentado siempre sólo momentos dulces llenos de sonrisas. Pasamos por mucho y a juzgar por los últimos acontecimientos, se nos venían un montón de cosas por enfrentar, aún. Pero no importaba qué, estaríamos juntos para hacerle frente a lo que fuera. Así que estaba decidido a encontrar a Mikie, solamente cuando lo viera sonreír frente a mí, tendría la certeza de que ese día gris se había convertido —por fin— en uno completamente brillante y lleno de esperanza.

Debíamos encontrarlo a como diera lugar.

La unidad de bomberos de la otra estación, tenía como nuevos reclutas no sólo a la hermana de Mike, sino que, para mi sorpresa, también mi hermano Vegas había logrado entrar. De hecho, eso me había sorprendido porque me hizo darme cuenta de que realmente veía más como hermanos a San y Mike, que al hermano de mi propia sangre y bueno no era que no lo amara, pero era Vegas, éramos completamente distintos y pasábamos peleando todo el tiempo. Nadie podía culparme por olvidar que llevábamos el mismo apellido y habíamos nacido de la misma madre, y mucho menos por fantasear —durante años— con que alguien llamaba a la puerta y les decía a mis padres: "se equivocaron en el hospital y les entregaron a mi hijo recién nacido"...

Ay, como me aliviaba pensar en eso, pero nunca sucedió...

—Krist, una de las entradas a las catacumbas, ya está abierta. El capitán bajará ahora a explorar, quería saber si- —Los ojitos de la gemela, siempre vivaces, estaban apagados y tristes después de siete horas sin saber de Mike.

—No te preocupes, yo iré con él.

—También los acompañaré Krist —Singto  puso sus manos sobre mis hombros.

—El padre San  informó al equipo especial que la última semana, Mike había tomado interés en limpiar los subterráneos y reemplazar las bombillas que estaban fallando. Se le había ocurrido que podrían habilitar los túneles para visitas de los feligreses.

—¿Quién diablos querría pasar tanto tiempo entre tumbas de curas, Vegas?
 
—Ey no quieras matar al mensajero, Krist. Simplemente estoy informándote lo que San dijo cuando llamó desde el hospital. Además, dijo que no te preocupes, que lo que le pasó en el brazo, no es de gravedad.

—Bueno... ¿no van a pelear ahora cierto? — Por favor Krist, encuentra a mi hermano.

Claro que lo haría

.
***
—Necesitamos entrar, él está ahí adentro. —el capitán TopTap se dirigió a nosotros, pero estaba preparándose a sí mismo, para ser quien ingresara.  La entrada a los túneles era muy estrecha, solo permitía el paso de una persona a la vez y gran parte de las paredes se habían derrumbado. No sería nada fácil llegar hasta donde aparentemente se encontraba Mike, esperábamos que no hubiera quedado atrapado en el túnel, sino que estuviera en alguno de los tres cuartos, que nos indicó San, había en el lugar y que últimamente a Mike le gustaba visitar porque contenía una biblioteca con escritos muy antiguos. Era un poco retorcido para mi pensar que Mikie hubiera podido dormir ahí abajo, sabiendo que también albergaba las tumbas de algunos de los religiosos de la diócesis a la que pertenecían, pero Mike nunca dejaba de sorprenderme. El equipo especial había intentado romper el piso de la sala de música, que era la más cercana a la entrada de los túneles, para filtrar un poco de oxígeno, antes de que bajáramos, pero al romper el piso, este se había derrumbado dejando expuestas las conexiones de gas y electricidad. Si continuaban perforando podrían ocasionar un nuevo derrumbe, o una nueva explosión—. Ustedes dos síganme a una distancia prudente. —ordenó y no hicimos más que obedecer.

Singto  cargaba el equipo y yo me encargaba de guiarlo en la profunda oscuridad.  Habíamos avanzado lo suficiente cuando escuchamos un murmullo. Era Mikie, estaba seguro, su voz se escuchaba a lo lejos, débil pero hermosa, él estaba cantando—. Aquí está, lo he encontrado, pero-
La voz del capitán se perdió en medio de una explosión sobre nosotros e inevitablemente un nuevo derrumbe terminó sepultándonos a los cuatro.

—¡Krist!... ¿Krist estás bien? —Apenas escuchó el estruendo, Singto se apresuró a cubrirme con su cuerpo. Estábamos atrapados, no podíamos avanzar ni retroceder.

—Si. ¿Cómo... tu-

—Estoy bien. Pero perdí el bolso con el equipo.

—¡Capitán! ¡Mike!

—Tranquilo Krist, evitemos hacer cualquier movimiento brusco. Podría haber otro derrumbe.

—¿Cuántos metros Singto, exactamente cuántos metros abajo estamos?

—Aproximadamente diez en esta área, que es la entrada. No han encontrado el mapa aún. Pero tranquilo, nos sacaran de aquí.

Fuego en el Corazón  <<KristSingto<< Adapt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora