17.Cachondo y desesperado🔥

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—Felicitaciones Krist —El capitán extendió su mano para sujetar la mía. Y después de agradecerle, me sorprendió lo siguiente que dijo, antes de salir por la puerta de la piscina—. Creo que para lo que sigue no necesitarás público.

El capitán terminó de sacar a todos los demás y sólo se escuchó el ruido de las puertas cerrándose. Era una piscina cerrada, la cual teníamos en el recinto.

Me perdí un momento en mis pensamientos, antes de darme cuenta que no estaba completamente solo, Singto se había quedado junto a mí. Incluso God se había marchado.
¿Acaso TopTap estaba al tanto de lo que me pasaba con Singto? No, imposible. Sacudí esos pensamientos de mi cabeza. Lentamente fui secando mi cuerpo, sin perderme la manera en que Singto estaba mirándome atentamente y empezaba a acercarse a mí. Quise provocarlo un poco más y entonces me agaché mostrándole mi trasero mientras secaba mis piernas. Singto dio dos zancadas y enseguida me vi atrapado contra los casilleros, con su hermoso cuerpo apretándose contra el mío.

No podía moverme y tampoco era como si quisiera hacerlo, quería estar mucho más unido a él, sintiendo ese cuerpo musculoso apretándome y haciéndome suyo.  

—Singto~ —susurró contra mi oreja y su voz me hizo estremecer— ¿así es como estabas imaginando que te tenía? —tragué saliva cuando lo escuché decir eso.

—Pues... me tenías empotrado contra los casilleros, follándome en el aire...

—¡Joder! ¿Con tus piernas enrolladas en mis caderas?

—Si... —le dije acercando mis labios a los suyos y rozando mi nariz contra la suya. Cerré los ojos un instante dejando que su olor me envolviera.

—¿Por qué te gusta provocarme, lo disfrutas mucho, eh Krist? —dijo sobre mis labios, tocándolos apenas, con los suyos y mandando una oleada de excitación que fue a dar directamente a mi polla.

Estaba por enloquecer, mi corazón a punto de escaparse y mi polla recibiendo todos los estímulos posibles. 

—¿Yo? —pregunté tragando saliva, porque sus grandes manos sujetaron mi cintura, presionándome contra su cuerpo y logrando que mi espalda sintiera el frío del metal de los casilleros y mi pelvis su endurecido bulto.

Claramente ambos nos deseábamos, anhelábamos ese acercamiento, no entendía porque Singto estaba resistiéndose tanto cuando podríamos pasarla de maravilla.

Sabía que no se trataba de fidelidad, porque Evil  me había contado —mientras esperábamos por Mike en el hospital— que ella y la subteniente mantenían una relación. Eso fue muy sorpresivo, pero a la vez me dio esperanza. Hacía más de cinco meses que su relación con Singto había terminado, aunque aún compartían el departamento. Así que los últimos días había estado pensando que simplemente Singto quería hacerse el difícil conmigo. Y claro eso solo me hacía desearlo más.

—¿Tenía mi polla metida profundamente en tu agujero, Krist? —me preguntó acariciando suavemente la piel desnuda de mi cintura y empujándose una vez más contra mí. Dejándome sentir su dureza. No fui capaz de decir nada, sentí un tirón en mi polla y solo pude morder mi labio inferior y mover la cabeza asintiendo—. ¿Qué más hacía, Krist? —Insistió con su excitante y profunda voz— ¿acaso lamía tu cuello? —Su húmeda lengua viajó desde mi clavícula hasta el lóbulo de mi oreja— ¿Así Krist, lo hacía así? —Asentí— ¿te gusta como lo hago ahora?

No sabía que decir, había perdido el habla. Singto aprovechó mi confusión y volvió a apretar su pelvis contra la mía, haciendo que mi cuerpo se elevara un poco y arrancándome un suave gemido.

—Ahhh

—Ohh Krist. ¿Te follaba duro, mientras sujetaba tus hermosas nalgas con mis manos y las apretaba? —llevó una mano a mi trasero y empujó su dedo en mi agujero, separando un poco la tanga. Y volviendo a cubrirme al instante.

Fuego en el Corazón  <<KristSingto<< Adapt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora